¿Siglo XXI o siglo XI?
Ricardo J. Lombardo
Es una paradoja. El siglo XXI nos trajo avances fenomenales en el conocimiento, la ciencia y la tecnología. La astrofísica, la física cuántica, la inteligencia artificial, nos han permitido adquirir una imagen avanzada del universo (o los universos) en que vivimos, sus dimensiones, la desconcertante y casi impensable noción de tiempo y espacio, el probable principio y fin de TODO. Quizás la TEORIA del TODO, nos esté acercando a la revelación de la eterna sabiduría que los humanos hemos atribuido a dios.
Sin embargo, en estos tiempos, los humanos nos estamos comportando con los valores y supersticiones con que contábamos mil años atrás.
Las guerras de las cruzadas, que tenían un fuerte contenido religioso, enfrentaron al mundo católico de la Europa Occidental con el Islam de los Árabes. Por esos tiempos de tanto fanatismo, caracterizaron al Judío Errante como un ser inmortal que traicionó a Jesucristo y fue condenado a errar hasta su retorno.
Parece mentira que hoy, tantos siglos después, y al tiempo que el ser humano adquiere el conocimiento más sorprendente no solo en la astrofísica, sino en otras disciplinas como la economía, la sociología, la psicología, etc., el mundo occidental siga enfrascado en la misma guerra.
La Europa cristiana enfrentada a los musulmanes, mientras se desata una ola de antisemitismo que parece querer llevarnos a un nuevo holocausto (que todo el mundo aborreció, pero que parece haber quedado en algún rincón del inconsciente).
Los seres humanos parecemos predestinados a un doble destino. Por un lado la naturaleza nos dio la gracia de la inteligencia por el desarrollo de nuestro cerebro. Pero por otro nos condenó a seguir siendo animales que cargamos el peso de nuestra ignorancia.