Situación de calle en tiempos políticos
Marcelo Gioscia
Un gran porcentaje de las personas sin hogar, cuyo número parece haber aumentado en nuestra ciudad de Montevideo, padecen problemas psiquiátricos y de adicciones, según los relevamientos efectuados por el Ministerio de Desarrollo Social, lo que dificulta un “abordaje técnico” en cada uno de los casos. Esta realidad, que lamentamos comprobar se reitera a nivel mundial, deja al descubierto en nuestro país la aplicación de distintas soluciones, que pasan necesariamente por decisiones no sólo técnicas, sino también políticas, muchas de las cuales pueden no satisfacer las presiones que se ejercen tanto por los medios de comunicación, como por la sociedad en su conjunto. Y menos pueden coincidir con los “tiempos políticos”, en el año electoral que transitamos, donde cada quien, buscará llevar agua para su molino.
Lo cierto es que, la actual administración ha implementado políticas de largo alcance, aumentando los cupos de atención en los refugios para que nadie permanezca a la intemperie, así como dar respuesta a través de ASSE al tratamiento de adicción a las drogas. En ese sentido aumentar a 24 horas los tiempos de permanencia en los refugios, busca poder atender a las personas con una cercanía muy diferente a quienes sólo se servían de los refugios nocturnos, donde pasaban la noche, y se marchaban. Se mantuvieron una cantidad de convenios con Organizaciones No Gubernamentales, que son las que trabajan a nivel de calle y se busca la no estigmatización de quienes requieren de esta asistencia, a través de su participación en el programa “Accesos”, donde se ha -de alguna forma- integrado a quien brinda su trabajo a través del MIDES, tanto en ministerios como en gobiernos departamentales. Se ha criticado por la oposición no haber trasladado la sede del Ministerio a Casavalle (como fuera manifestado inicialmente), aunque es bueno recordar que allí, no sólo se trasladaron oficinas de este Ministerio, sino de prácticamente todo el Estado, acercando servicios y marcando presencia, en esa zona de tanta población, que los requería. Seguramente, la recientemente sancionada Ley de Internación Compulsiva, permitirá salvaguardar vidas en situación de riesgo y la integridad de los vecinos y logrará mitigar en algo, esta realidad social que a todos nos afrenta. A nadie escapará la multiplicidad de aspectos que hay que considerar a la hora de terminar con estas situaciones, que van mucho más allá de aplicar la Ley de Faltas, sino además de mantener el buen y decoroso uso de los espacios públicos, con la intervención de la autoridad policial y de la Intendencia. No alcanza con sancionar leyes para cumplir con “la tribuna”, como ocurrió con la de salud mental, con seguridad bien intencionada, pero que no previó contar con recursos presupuestales para solucionar la vivienda de los que salen de una internación psiquiátrica y nadie los recibe. En suma, más que reclamar soluciones inmediatas, debe seguirse apostando a solucionar las causas -ciertamente profundas- que llevan a estas personas a vivir fuera de sus hogares, (si es que en algún momento los tuvieron) para que con un ingreso estable y digno, se integren nuevamente a la sociedad.