Un año de transformación
Kim Gómez Parentini
Este fin de año no llega con estridencias. Llega con algo más profundo, la certeza de un trabajo bien hecho y la convicción de que el Partido Colorado está atravesando un proceso de transformación real, silenciosa y sostenida. Porque la política, cuando es auténtica, no se mide por el ruido que genera, sino por la huella que deja.
Este fue un año de acción,
de presencia, de compromiso constante.
Pedro Bordaberry, Tabaré Viera y todo su equipo marcaron un ritmo que no se improvisa, días enteros de trabajo legislativo, de estudio, de discusión, de propuestas y luego, sin pausa, viernes, sábados y domingos recorriendo el país, reuniéndose, escuchando, dialogando, acercándose a la gente.
Parlamento de día, territorio siempre. Esa combinación —la del rigor institucional con la cercanía humana— es, en sí misma, una forma de renovación. Una renovación que no se proclama, se practica.
Tabaré Viera encarna como pocos esa idea de cambio permanente. Su trayectoria, su experiencia en la gestión, su vínculo con Rivera —bastión histórico del Partido Colorado— muestran que transformar no es romper, sino modernizar con sentido, actualizar sin perder identidad.
Rivera es hoy una referencia porque supo conjugar historia con futuro, tradición con innovación, identidad con apertura. Y ese mismo espíritu se proyecta a nivel nacional.
En el Parlamento, Pedro Bordaberry reafirmó una convicción profunda, la República se cuida con estudio, con precisión y con responsabilidad.
Cada artículo trabajado, cada propuesta presentada, cada corrección pensada con impacto social, hablan de una política que no busca el aplauso inmediato, sino la mejora concreta de la vida de la gente.
Ese rigor no es frío. Es profundamente humano. Porque detrás de cada norma, proyecto de ley, hay personas, familias, oportunidades y futuro.
Este año dejó algo claro, la renovación de Vamos Uruguay es ideológica, programática y cultural.
Ese nuevo Vamos Uruguay que suma lo mejor del batllismo histórico —la justicia social, el Estado inteligente, el desarrollo con equidad— con el Riverismo, con otras corrientes vivas del partido y con una vocación republicana profunda.
Vuelve a poner en el centro al republicanismo, a la libertad responsable, al desarrollo productivo, a la sensibilidad social y al compromiso con la democracia.
El 2025 cierra con trabajo acumulado. El 2026 se abre con esperanza.
Esperanza de un Vamos Uruguay protagonista, moderno y profundamente conectado con su tiempo. Esperanza de una política que vuelve a ser servicio. Esperanza de una República que se fortalece cuando hay dirigentes que están, que caminan, que escuchan y que trabajan.
Este año no se cierra con promesas. Se cierra con hechos.
Y cuando los hechos hablan,
el futuro empieza a tomar forma.
Arriba Corazones!