Política nacional

Una reforma en marcha

Julio María Sanguinetti  

Si la educación fue siempre fundamental, en estos tiempos de globalización y sociedad del conocimiento, lo es más que nunca.

De ahí que, como Partido Colorado, hayamos reclamado, con positiva respuesta, una alta prioridad sobre la primera infancia en la Rendición de Cuentas anterior y ahora en el proceso de transformación educativa que está en marcha. Y decimos con propiedad “en marcha”, porque así es, pese a la obstinada resistencia de los conservadores gremios de la educación, siempre reacios a todo cambio. La patética Fenapes, la de los dirigentes falsificadores de horas sindicales, paga publicidad para hablar de un “recorte” presupuestal que no existe, porque en lo que hace a educación propiamente dicha los recursos han aumentado, aunque se arrastra aún el rezago salarial que ha afectado a todos los funcionarios del Estado y que se irá solventando en el resto del período. Lo ha aclarado reiteradamente el presidente del Codicen Dr. Robert Silva, pero no hay explicaciones válidas para la realidad paralela en que hace años vive esa gremial profesoral.

En cuanto a la reforma, advertimos tres pilares:

I.TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA. Se trata del desarrollo de una pedagogía basada en competencias, que responde a una concepción ya definida en un documento básico fundamental. La punta de lanza de su ejecución son los centros María Espínola de enseñanza media, la mitad en Secundaria y la mitad en UTU. Es un currículum integrado, con trabajos por proyectos, articuladores de materias diversas. Poseen docentes estables, horario doble, apoyo de profesores en innovación y tecnología y coordinador de deportes. Hoy son 19 y se piensa llegar a 60 con los nuevos fondos. En los sectores más deprimidos de la sociedad es la vanguardia en el complejo enfrentamiento a la deserción y la consiguiente dificultad de inserción de los muchachos en el mundo del trabajo.

II. LA CARRERA DOCENTE. La formación para todos los docentes en general está renovando su currícula pensando en el cambio permanente, en ese nuevo paradigma. Se parte de una visión integral, que incluye -además de los valores cívicos fundamentales- una educación interdisciplinaria, la formación en las técnicas digitales y el desarrollo de una segunda lengua, hoy imprescindible para maestros, profesores o maestros técnicos. Al mismo tiempo, están en marcha las tramitaciones para alcanzar el valor universitario de la formación docente. El Codicen llamará a concurso en la educación media, alcanzando a unos 2.000 docentes. Asimismo, se prevén fondos especiales para jerarquizar las funciones de inspección y dirección, especialmente en los contextos críticos. Naturalmente, se afectan rutinas, se premia la calificación y de ahí los rechazos corporativos asociados a la mediocridad igualitarista de las militancias organizadas para la protesta y la siembra del descontento.

III. APROXIMACIÓN AL MUNDO DEL TRABAJO. Toda la estructura curricular está pensada en función de las exigencias de la sociedad digital, que suponen una formación renovada y una inversión en infraestructura muy postergada, ya que en el gobierno anterior se ampliaron los presupuestos de gastos, pero no de inversiones. La educación técnica se está haciendo atendiendo a la realidad de la demanda del empresariado público o privado. El bachillerato de informática, por ejemplo, ya es bilingüe en los centros de Montevideo y Paysandú, en función de los requerimientos de la industria tecnológica. En Las Piedras, otro ejemplo, el bachillerato en Movilidad eléctrica se desarrolla en acuerdo con UTE y el MIEM. Es decir que el sistema educativo consulta a los posibles demandantes sobre el perfil de formación adecuado.

Decimos “en marcha” porque así es, pese a la resistencia de los conservadores gremios de la educación.

Sobre estas bases que exponemos con mucha generalidad, ya se está trabajando y -por supuesto- se adolece de una oposición que actúa con la misma ceguera con que, en nuestra reforma de 1995, cuestionaban hasta la alimentación en bandejas para los niños de las escuelas. Así como en aquel momento las preescolares y las escuelas de tiempo completo fueron el emblema del cambio, ahora lo son los centros María Espínola que, en las dos ramas de la educación media, se están desarrollando en los lugares más necesitados de atención.

Pese al acento social de todos los cambios, las oposiciones nacen, en algunos casos, de sectores rutinarios que siempre resisten las transformaciones, pero más virulentas son las que provienen de dirigencias dogmáticas que sueñan todavía con la utopía socialista y rechazan todo lo que sea pensar en crecer en los términos de nuestro mundo. La economía de mercado es vituperada desde el apóstrofe del ominoso “capitalismo”, cuando la historia ya ha demostrado que ningún sistema ha sacado más gente de la pobreza en las economías desarrolladas sobre su estructura.

¿Es casualidad que nadie emigre a Cuba y sí los cubanos a los EE.UU.? En el fondo del pensamiento está todavía la idea revolucionaria, que no reconoce que el único trampolín de ascenso es la mejor educación y que, en los tiempos que corren, ello impone una formación permanente, con métodos modernos. Lamentablemente en la deserción estudiantil enorme que sufre nuestro sistema subyace la idea, el prejuicio, de que la formación que ofrece el Estado no es útil para la vida. De ahí la necesidad de la reforma, de ahí el deber moral de emprenderla.

Los cambios en la educación siempre son lentos, porque la mentalidad es más difícil de modificar que la realidad material. Razón de más para seguir empujando lo que la pandemia postergó, pero ya ha empezado a andar.

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