La LUC no es Uruguay
Alvaro Diez de Medina
Te lo dicen los que sirvieran, contra viento y marea, a potencias extranjeras durante casi medio siglo, y con el desembozado propósito de establecer aquí un régimen dictatorial de signo comunista.
Te lo dicen los que espiaban para gobiernos extranjeros a cambio de whisky y cigarrillos, los que se entrenaban en el uso de armas en Cuba o Libia, los que usaban los fondos rapiñados en Uruguay para financiar movimientos sediciosos en otros países.
Te lo dicen los que escondieron tras pixeles, ni bien lo pudieran, la bandera nacional, los que escondieron en un desván el escudo de la ciudad capital, los que echaran al olvido las fechas patrias, los que se refirieran a los pabellones nacionales como «trapos», los que no cantan el himno, los que usan a los dirigentes de otros partidos como propios en campañas electorales, los que elevaran a un rapiñero a la primera magistratura del país, los que le aplaudieron que luciera un uniforme militar extranjero.
Te lo dicen los que han importado en un paquete bien atado la agenda de las agencias globalistas, sus regulaciones y consiguiente destrucción de empleos de uruguayos, aceptando a cambio las treinta monedas de la subvención de sus «think tanks».
Te lo dicen los que morirán negando la existencia de las peores tiranías solo porque ello les asegura esa hermandad criminal que les permite eternizarse en el poder, desde el que destruir y depredar los dineros y ahorros públicos.
Y te lo dicen, sencillamente, porque ellos no fueron, no son, y nunca serán, Uruguay.