Política nacional

Unidad y propuesta

Respuesta a la baja votación colorada

Manuel Flores Silva

En las elecciones internas de 2019 el Partido Colorado obtuvo el 17.2% (181.384 votos). En las elecciones nacionales de 4 meses después, octubre de 2019, el Partido Colorado alcanzó un 12.7%. Perdió el apoyo del 4.5% de la ciudadanía entre la elección interna y la nacional. En la elecciones internas de 2024 el Partido Colorado recibió el 10.4% (101.386) de los votos, pese a tener intensa competencia interna. No es buena cifra. Es la peor en la historia del Partido Colorado. Incluso peor que la de 2004 luego de la terrible crisis económica.

La conexión del Partido con la sociedad necesita, tal vez, más propuesta y proyecto. Darle esperanza a la gente, y luego concretarla en realizaciones, ha sido la esencia del Partido Colorado. 

Cuando la votación es débil es claro que esa conexión Partido-sociedad falla, probablemente por falta de llegada de la propuesta partidaria. No hay dos lecturas posibles: el Partido Colorado no convence a la gente respecto a que ella va a pasar a tener mejores condiciones de vida si lo acompaña.

La Carta Orgánica del Partido dispone por resolución de la Convención -a nuestra propuesta en 2007- de una instancia orgánica de Congreso Programático enseguida de las elecciones internas. Justamente para enfrentar este tipo de situaciones.

Debería citarse de inmediato dicho Congreso para que el Partido en unidad encare una propuesta con la que teñir a la coalición de una oferta de mayor crecimiento económico y mayor bienestar social.

Con ideas concretas que galvanicen a la opinión pública en una campaña general que viene siendo la más pobre -meramente retórica- de la historia nacional.

Solo una vigorosa propuesta nos unirá, por otra parte. Obsérvese que mientras que la mayoría de los votantes frentistas y la mayoría de los votantes blancos han sufragado claramente por el candidato ganador en su partido (60% del Fa y 75% del PN), fortaleciendo a sus respectivos partidos, en el Partido Colorado la mayoría de los votantes no sufragaron por el ganador (60% no votaron a Ojeda). Eso, obviamente, puede llegar a resentir la representatividad del candidato.

Debe anotarse acá que el mundo de las ideas es cada vez más necesario en un Partido Colorado que lo que vivió ayer fue el colapso absoluto de todos los “aparatos” y estructuras partidarias estables en todos los departamentos. Ya no pesan los votos cautivos o clientelares. Tenemos un partido que por un lado no vota bien y donde, además, por otro lado los “aparatos” tradicionales tienden a cero.

La peor votación de la historia de ayer nos muestra hasta donde llega el declive del partido sin ideas. Otras son las ambiciones dominantes. Y la gente se da cuenta.

Si se sigue con la idea de un partido “light”, sin más idea que alguna ocurrencia de campaña, partido que tenga como apuesta central la sola figura del candidato, entonces se seguirá retrocediendo.

Obviamente las coberturas de los canales 10 y 12 fueron vigorosamente pro Frente Amplio y anti coalición. No repararon, sin embargo, mientras exaltaban la votación del Frente de izquierda, que los partidos de la coalición sacaron 35.049 votos más que el FA.

Efectivamente fue 410.282 votos el FA y 445.341 la coalición, escrutados el 100% de los votos. La misma diferencia de sufragios que dio aproximadamente la victoria a la coalición en el balotaje de 2019 (37.000 entonces). Los bloques siguen iguales e intactos solo que mucho más enfrentados. En el referéndum por la LUC de marzo de 2022 la coalición ganó, también, por 30.000 votos.

El bloque de oposición no sobrepasó al bloque republicano. El FA ha puesto la manija radical a full sosteniendo que todo lo que no sea frentista es la misma encarnación del Diablo. Ese discurso autocomplaciente de un Frente Amplio que goza a Astesiano y lo hace superlativo, casi categoría filosófica -clave que explica que todo lo no Frente es maldad pura- quedó claro ayer que solo calienta a su propia militancia hasta el odio, la sobregira … pero no gana.

Ni Seregni, ni Astori, ni Vázquez, ni aún Mujica fueron eso. Ahora es otra camino, la ruta de Fernando Pereira, Cosse, el “boca”, el “pacha”, Marcelo Abdala, y el más radical Bergara (y la crisis final del capitalismo y otras tonterías que cada tanto anuncian). Por ese sendero… el Frente Amplio pierde. Eso se vio ayer en los resultados salvo en las coberturas televisivas del canal 10 y el canal 12 y sus académicos militantes que creyeron ver el seguro triunfo y el apogeo final del FA.

El discurso bien contra mal del Frente Amplio ha lanzado al país en lo que será la elección más polarizada de la que se tenga memoria.

Que el Partido Colorado crezca en estos meses será imprescindible, obviamente, para el triunfo de la coalición.

En los canales de televisión que apuestan al triunfo frentista (canal 10 y canal 12) sostenían que la elección como candidata a vicepresidenta de Valeria Ripoll era un error que le iba a costar caro al Partido Nacional.

No advertían, sin embargo, que lo que va a costar caro es la elección de vicepresidenta del candidato Orsi. Carolina Cosse, su suficiencia y su desprecio por el prójimo que no coincide con ella, es rechazada de plano por el decisivo centro político. Esa señora es un tajo nacional. Su inclusión en la fórmula del Frente Amplio es el más grande favor que se le puede haber hecho a la coalición republicana.

En cualquier elección, en cualquier lugar y en cualquier tiempo, lo fundamental será cuál es la opción es que elijan los votantes del centro político. No solo es más poblado de votantes que los extremos sino además menos politizado, con más indecisos, siempre.

De las dos candidatas a Vicepresidente que se eligieron ayer una le cae bien al centro político (Ripoll que viene de la izquierda y se acerca al centro) y la otra le cae mal al centro (Cosse radical intransigente e intolerante enemiga del centro). Cuando las elecciones se suelen resolver por 30.000 votos eso es decisivo.

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