Historia

ANCAP: La soberanía en debate.

Miguel Lagrotta

ANCAP fue creada el 15 de octubre de 1931  por la Ley  Nº 8764 que estableció en su artículo 1º: “Créase un Ente Industrial del Estado, que se denominará Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Pórtland con el cometido de explotar y administrar el monopolio del alcohol y carburante nacional y de importar, rectificar y vender petróleo y sus derivados, y de fabricar pórtland.” Se declara de utilidad pública a efectos de intervenir en nombre del Estado en tres campos estratégicos. En materia de combustibles, estableció el monopolio estatal de la importación y refinación de petróleo crudo y con la condición de producir al menos, el 50% de la nafta consumida en el país, la extensión del mismo a la importación y exportación de cualquier tipo de carburante líquido, semi líquido o gaseoso. Es interesante buscar en las fuentes lo que el batllismo realizó en materia económica y como su modelo impactó en nuestra sociedad. Estamos en un debate interesante en el Partido Colorado dentro del cual se discuten varias posturas que pasan desde un liberalismo económico muy fuerte hasta posturas que oscilan en un proceso de intervención radical. Pues bien trabajando con fuentes disponibles en la WEB y con materiales muy serios desde la perspectiva académica y desde visiones políticas de coyuntura me dedico a meterle el diente a estos temas con la esperanza, nuevamente, que surjan debates profundos sobre la visión batllista dentro del Partido Colorado con referencia al rol de las Empresas Públicas, el Estado y la redistribución de la riqueza.

El Estado empresario en los primeros años exitosos de la ISI tuvo una gran expansión debido al crecimiento de la cobertura y de las funciones de UTE y de ANCAP, así como al aumento del número de empresas principalmente por la estatización de las empresas británicas de servicios, el pasaje de la línea aérea PLUNA de empresa privada a empresa mixta en 1944 y a empresa estatal en 1952, y la fundación del SOYP, que en 1976 pasó a denominarse ILPE. En 1947 UTE logra el monopolio eléctrico en todo el país. En el mismo año  estableció una estructura de tarifas única nacional, con independencia de los costos de producción del servicio, lo que significó una importante rebaja para el Interior. El mayor destino de la electricidad fue el industrial y comercial, pero el uso residencial registró un fuerte crecimiento, en el marco de caída persistente y significativa de las tarifas reales. Otra característica fue la importancia de las inversiones, entre 1945 y 1960 se construyen las dos primeras represas hidroeléctricas del país y se amplió significativamente la principal central térmica del sistema mixto. Obras financiadas a través de los primeros préstamos internacionales que toma la empresa, principalmente con el BIRF. La expansión de ANCAP fue muy importante en la posguerra luego de la situación crítica vivida durante la Segunda Guerra Mundial. Para 1940 comercializaba casi la mitad del combustible líquido consumido en el país y había impulsado la baja de las tarifas. Mediante sucesivas remodelaciones de la refinería de La Teja estuvo en condiciones desde 1947 de suministrar la totalidad de los combustibles líquidos requeridos por la demanda doméstica y de producir el fuel Oíl necesario para el desarrollo industrial que estaba viviendo el país. Los cincuenta fueron años de gran expansión e inversiones, construyéndose una nueva refinería inaugurada en 1961. La ampliación de la capacidad de las destilerías de alcohol permitió hacia 1949 satisfacer la demanda interna de alcohol y bebidas. Paralelamente ANCAP promovía los cultivos de maíz y cebada para la producción de alcohol, así como el cultivo del azúcar de caña en las tierras adquiridas en El Espinillar, inaugurándose el ingenio en 1952. En estos años también se construyó una planta de portland, inaugurada en 1956. En 1948, aprovechando que el Estado tenía congeladas en Inglaterra 17 millones de libras provenientes de los suministros efectuados durante la Segunda Guerra Mundial, se compraron a las empresas británicas los ferrocarriles por 7,15 millones de libras, fundándose AFE en 1952. Desde la segunda posguerra, los ferrocarriles dieron pérdidas en diversas regiones y países, y además presentaban atraso en las inversiones. Las propias leyes de creación de las primeras empresas públicas determinaron la asignación de las utilidades que produjeran. La filosofía de la empresa pública batllista sostenía que las utilidades debían quedar en las empresas. En el caso de UTE, por ejemplo, su ley de creación de 1912 estableció que se formara un fondo de reserva con el 10% de sus utilidades y que con el resto se bajaran tarifas y se ampliaran las instalaciones. No obstante, la propuesta de no utilizar los beneficios de las empresas públicas con fines fiscales fue rápidamente matizada frente a los apremios fiscales que impuso la Primera Guerra Mundial.  Así, por ejemplo, UTE  y con la asistencia del Banco de la República fue convocada a contribuir en dicha situación, aportando incluso por encima de sus utilidades entre 1916 y 1919. En 1931 y 1932, debido al impacto de la crisis de 1929, se deciden contribuciones extraordinarias de las empresas públicas.  En 1934, bajo la dictadura de Terra, aumentaron en dos ocasiones los aportes, llegando a 80% sobre utilidades, lo cual triplicó lo aportado por las empresas públicas en 1935 respecto a 1931. Estas nuevas contribuciones, si bien se planteaban como transitorias, quedaron en aplicación hasta el final del gobierno de Terra (1938). Nuevamente se establecieron contribuciones extraordinarias de varias empresas públicas frente a los apremios fiscales durante la Segunda Guerra Mundial, a partir de leyes de 1942 y 1944 y su renovación hasta 1946.”

¿Cuál fue entonces el lugar y el rol del primer batllismo (1903-1916) que el sentido común de los uruguayos, alimentado a lo largo del ciclo de enseñanza escolar y liceal, tiende persistentemente a identificar como un momento casi rupturista y a la vez fundacional del Uruguay moderno y del Estado empresario y social? Con él, la expansión del Estado encontró un momento de culminación en el proceso que vengo describiendo. El Estado intervencionista en lo económico y lo social no germinó con José Batlle y Ordóñez, pero sí se afirmó y expandió bajo sus gobiernos. El aporte específico de este primer batllismo fue el de profundizar ese intervencionismo ya existente y darle una orientación preferencial hacia los sectores populares urbanos de aquel Uruguay de principios de siglo. Con el batllismo no nació el Estado intervencionista sino el Estado deliberadamente interventor y popular (Barran – Nahum 1984).

Sin embargo y como conclusión la visión de Luis Batlle va a marcar con claridad el rol del Estado en el Uruguay.  Hoy el debate pasa por la búsqueda de nuevos paradigmas económicos, pero si realmente queremos volver a ser un partido de masas debemos transitar la adecuación económica a los tiempos actuales, pero sin perder de vista la esencia del batllismo de justicia social y justa redistribución de la riqueza.

«El discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de la sociedad, pero lejos de considerarse un discurso que presentase a la sociedad enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón el neobatllismo tuvo un gran apoyo en la clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado Batllista (y clientes de la maquinaria política del Partido Colorado) El hecho de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no obedecía a un orden natural preestablecido, por el contrario, al resultado directo de la estrategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro que el primer batllismo, la visión neobatllista es la mediación entre los distintos sectores sociales a través de la tutela estatal» Ver Panizza, Francisco.” Uruguay, batllismo y después» EBO MVD 1990. Pág 96.

Ver. Varios autores: “CIEN AÑOS DE EMPRESAS PÚBLICAS EN URUGUAY: EVOLUCIÓN Y DESEMPEÑO” Revista de Gestión Pública | Volumen II, Número 1 | Enero-junio 2013 | issn 0719-1820 pp. 25-66. Barran, J.P., Nahum, B. Batlle los estancieros y el Imperio Británico.

 Panizza, Francisco.»Uruguay, batllismo y después» EBO MVD 1990. Pág. 96

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