Historia

Baldomir y la restauración democrática.

El final del Terrismo.

Miguel Lagrotta  

Luego del golpe y reformulada la Constitución, el Dr. Terra asume su segunda presidencia ahora de acuerdo con la Constitución de 1934. El ordenamiento político se mantuvo casi sin variantes, los opositores continuaron absteniéndose estos eran el batllismo, la Unión Cívica, los blancos independientes, los socialistas y los comunistas. Todos estos grupos estaban legitimados por instituciones educativas y culturales como El Ateneo o la Universidad de la República. Acompañaban al nuevo gobierno los terristas, los riveristas y el herrerismo.

“El Colegio actual es el producto de una gran campaña dirigida por el señor Batlle que tuvo que vencer enormes resistencias opuestas por sus adversarios y por sus propios amigos, transando al fin, con perjuicio del ideal que perseguía y surgiendo de esa transacción en sistema empírico, híbrido, defectuoso; un Gobierno débil, carente de energía y de acción, que pudo subsistir en épocas de bonanza, de riqueza, por la considerable valorización de los productos nacionales durante la gran guerra y continuar después usando del crédito por sumas muchas veces millonarias cuando la balanza de nuestro comercio exterior empezó a hacerse desfavorable, cubriendo con creces el desequilibrio con esas corrientes de oro extranjero que nos permitieron construir puentes, sanear ciudades, extender carretas, vías férreas, construir ramblas y puertos y abrir avenidas y otras obras públicas que dieron trabajo a millares de obreros, provocando el bienestar general. Pero inmediatamente sobrevino la gran crisis, quedaron de relieve todos los defectos de la forma gubernativa del Consejo Nacional, porque sobreviene el derrumbe rápido de nuestra organización económica y financiera, que consideraba sólida e inconmovible, sin que adoptaran a tiempo las medidas para atenuar el mal”. Discurso del presidente Terra en Minas, diciembre de 1932.

Luego del golpe y reformulada la Constitución, el Dr. Terra asume su segunda presidencia ahora de acuerdo con la Constitución de 1934. El ordenamiento político se mantuvo casi sin variantes, los opositores continuaron absteniéndose estos eran el batllismo, la Unión Cívica, los blancos independientes, los socialistas y los comunistas. Todos estos grupos estaban legitimados por instituciones educativas y culturales como El Ateneo o la Universidad de la República. Acompañaban al nuevo gobierno los terristas, los riveristas y el herrerismo. El 5 de mayo de 1934 se aprobó la “Ley de Lemas número 9538 en tano que en el área económica se desarrolla el gran emprendimiento dirigido a la independencia en materia energética con la construcción de una gran represa sobre el Río Negro. En el Rincón del Bonete, lo que además regularizaría el caudal del Río haciéndolo navegable unos 400 kilómetros todo el año y con un espejo de agua que ayudaría a la irrigación. Se promulga una ley de cultivo obligatorio sobre unas 300.000 hectáreas, ocupando a 30.000 trabajadores. En el aspecto social el avance se dio en la ley de licencia por maternidad, la sanción del Código del niño y la creación del Instituto Nacional de Alimentación. El 27 de marzo de 1938 se realizaron las elecciones nacionales donde votó pro primera vez la mujer. Nuevamente hubo abstención batllista y los blancos independientes. El oficialismo se presentó dividido con las candidaturas de Alfredo Baldomir (cuñado de Terra) por un lado y por Eduardo Blanco Acevedo(consuegro de Terra). Terra dejaba el cargo habiéndolo ejercido por dos períodos, golpe de por medio, y darle la sucesión a un integrante de su mismo grupo.

Gobierno de Baldomir

El 19 de junio de 1938 se efectuó la transición del mando. Su política interna estuvo marcada por la reforma constitucional; la política externa tuvo con telón de fondo la segunda guerra mundial. Y los aspectos más importantes fue la entrada en vigor del nuevo Código Rural en 1941 y los códigos Penal Militar y el código de Procedimiento Civil en 1943. Un año antes se funda la Universidad del Trabajo (UTU). La Constitución de 1934, a imagen y semejanza del terrismo/herrerismo nunca logró la simpatía general y por extensión la normalidad en la política. Baldomir era por antecedentes familiares y políticos el heredero del terrismo. Ya en 1940, Baldomir había designado una Junta Consultiva para la reforma constitucional con delegados de todos los partidos, excepto el herrerismo. Esta junta no esta prevista dentro de los mecanismos previstos para la reforma constitucional. Las diferencias con el herrerismo se agrandan con las posturas de neutralidad o de ser aliados contra el Eje en la segunda Guerra Mundial. Los aportes de la Junta Consultiva eran resistidos por el herrerismo en el senado. El terrismo había dejado de existir. Baldomir se une a los batllistas de “El Día”, blancos independientes, cívicos, socialistas y comunistas. El herrerismo solo y con el colorado Charlone defendiendo la Constitución de 1934. A cinco semanas de las elecciones el presidente Baldomir disuelve el Parlamento, lo sustituye por un Consejo de Estado, el cual serpa presidido por José Serrato, destituyó al vicepresidente, prorrogó su mandato y asumió plenos poderes. Este episodio pasó a la historia como el “golpe bueno”. En realidad, se intentó justificarlo moralmente. Batllistas y baldomiristas votaron la formula triunfadora integrada por Amézaga-Guani. El herrerismo perdió y votó mal, aunque siguió teniendo el doble de votos los independientes. Nomás senado del medio y medio. Es el inicio del retorno al poder del batllismo, y se cierra un episodio de nuestra historia y se abre otro. El 15 de febrero de 1943 entra en vigor la constitución de 1942. El vicepresidente vuelve a presidir el Senado y la Asamblea General. Los senadores vuelven a ser electos por el sistema de representación proporcional integral cono ya se hacía con los diputados poniendo fin al senado del 15 y 15. En el Poder Ejecutivo se suprimió la coparticipación obligatoria en los ministerios. El presidente designa los ministros, sin cuotas fijas entre personas que contaran con el respaldo parlamentario favoreciendo el parlamentarismo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Uruguay mantuvo una postura de neutralidad durante la mayor parte del conflicto. El presidente, Alfredo Baldomir, lideraba el Partido Colorado y apoyaba la causa de los Aliados, pero desde una base neutral. Los herreristas querían la neutralidad absoluta. Sin embargo, en febrero de 1945, Uruguay se unió a las Naciones Unidas, lo que lo obligó a declarar la guerra contra Alemania y Japón2. Este cambio marcó el fin de su neutralidad y alineó oficialmente al país con los Aliados en los últimos meses de la guerra.

Ver: Frega, A  y otros : Baldomir y las restauración democrática, EBO Montevideo 1987.

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