Política nacional

CON CONOCIMIENTO DE CAUSA

Zósimo Nogueira

Ansiedad de protagonismo y titulares de prensa sensacionalistas, sin análisis profesional y sin advertir las consecuencias. La seguridad sigue en el tapete. Reeditan postulados de Larrañaga.

La ciudadanía dijo no, y aunque parece algo menor, insisten.  Y ponen cara de circunstancia. El Diputado Álvaro Perrone de C.A., indignado por la seguidilla de delitos salió con la rimbombante idea dela “Cadena Perpetua”. Sin fundamento e inconveniente.

Nuestra legislación es lo suficientemente severa, quien cometa homicidio puede permanecer preso por hasta 45 años.  30 por homicidio y 15 como medidas de seguridad.

Dos condenas similares superan la expectativa de vida de cualquiera.

Agregue-se los 18 años para llegar a la mayoría.

Agrava el problema  carcelario. Instala un contingente de sicarios.

El  preso perpetúo negocia y asume culpas ajenas; o mata a quién sea.  

Mayor impunidad para los capos mafiosos. Aumenta violencia.  Quién va a perpetua no tiene límites.  Esta jugado.  

Sin esperanzas de vida familiar. Se generan abandonos afectivos.  Se alteran y rompen relaciones. Mantenidos perpetuos

El Senador y Pre candidato blanco Jorge Gandini, habla de incorporar militares a la seguridad pública, llega a decir que una Tanqueta  en un barrio o lugar problemático anula al criminal, impone paz y tranquilidad.

Hay que aclarar; “no estamos en situación de emergencia en seguridad” los guarismos de criminalidad se han mantenido y han descendido.

Los militares no están  preparados para reprimir el delito, Carecen del estado policial, de la logística y armamento adecuado. 

Solo pueden actuar en casos de flagrancia. Con el sistema procesal vigente la policía debe justificarlo todo. Imaginemos el nuevo escenario.  No es viable que para detener a un “presunto infractor” se disparen  armas de guerra y menos un cañón de tanqueta.   

Notoria falta de conocimiento y desborde de improvisación.

Poco sabe de cómo opera el criminal, no se intimida fácilmente y convive en el mismo barrio con muchos soldados.

Se habla de experiencia adquirida en las misiones de paz.

No es así. Esos contingentes militares actúan con vehículos, armamento y pertrechos de guerra.  En países emergentes de conflictos bélicos y con el patrocinio de Naciones Unidas.

No son estados de plena democracia, están en transición con retorno gradual de los derechos individuales.

Actúan como contingentes, de manera grupal; no individual como los policías. Reciben otro sueldo.

Movilizarlos genera  erogaciones por traslados, equipamiento, combustible, alimentación y viáticos no muy redituables.

Recursos que pueden destinarse a equipamiento y tecnología para mejorar controles.

Policial, migratorio y aduanero, cerrando y blindando fronteras. Scanner, radares, etc.

Allanamientos nocturnos, la fortaleza que aporta al sistema, se contrapone con inconvenientes operativos.

A mi entender, se contradice con lo establecido en la LUC que amplió el “ámbito domicilio” para ejercer legítima defensa de personas y patrimonio.

Los mismos legisladores promovieron la LUC y el actual proyecto.

A ellos les cabe dar explicaciones y armonizar dos posiciones contradictorias.  

Adherimos al  mecanismo de la consulta popular.  Democracia directa, pero no reiterativa de pronunciamientos cercanos.

De aprobarse esta propuesta, será una fortaleza para la actividad policial, ampliara su ámbito de actuación.  No significa que los allanamientos por droga deban  ser  nocturnos.

Tampoco moverá la aguja en cuanto a mejoría en la seguridad.

Pero advertimos  que esta modificación reduce una protección individual consagrada en la Constitución  y que ese marco legal no será exclusivo para el narcotráfico, o comercio al menudeo.

La realidad social y el crimen son dinámicos. Los gobiernos con sus ideologías cambian, la norma queda.    

Un allanamiento por drogas es habitualmente sorpresivo e intempestivo.  

En un enfrentamiento nocturno, hay mucho más riesgo; para funcionarios y destinatarios.

Se generan ámbitos más propicios para desbordes y/o actos de corrupción.

Retornamos a Cabildo Abierto y otros legisladores.  La obsesión del trabajo en cárceles como panacea para la recuperación.  

En las actuales condiciones, poco aportan para la reeducación y no genera habilidades para desempeños laborales externos

Directores de establecimiento se regocijan por actividades y producción agrícola. Bajan tensiones pero no habilitan para actividades post condena.

Son tareas de mucha oferta y escasa demanda.

En las grandes cárceles la actividad laboral es muy reducida, la dinámica no permite aprendizajes, para los remplazos se busca a alguien con conocimiento del tema.

En muchas designaciones hay influencia del “poder paralelo”.  Está siempre atento, promueve y/o limita aspirantes.

La movilidad de las actividades laborales permite trasiego de información y efectos; para sí y para los otros presos.

Desde alimentos, bebidas, teléfonos, droga, y material para confección de armas, madera, varillas de hierro etc, etc.

Resulta casi imposible sustraerse a la presión de la cárcel y sus grupos de poder.

Hemos planificado; medidas para trasformar esta penosa realidad.  

La prioridad actual ha de ser imponer orden, asegurar la reclusión, vida, integridad física, salud, alimentación, asistencia jurídica y educación de los reclusos. 

Tanto en establecimientos masculinos como femeninos.

La mayoría de reclusos/as tiene experiencia laboral breve y precaria, hay que estimular.

Promover habilidades que le permitan ingresar a un mercado laboral con demanda y/o trabajar por su cuenta. El camino lo elige c/u, solo se lo puede direccionar.

Parece mentira. Liberar el consumo.

Se han concertado legisladores de todos los partidos lanzando al vuelo la idea de liberar totalmente el consumo de drogas.

Plantaremos Amapola, Coca y habilitamos laboratorios de droga sintética; o se elimina el delito de contrabando.

En nuestro país el “experimento  marihuana” no bajo consumos. La drogadicción siguió en aumento.  El narcotráfico se tornó más violento.

Es una actividad muy redituable y “aunque no lo parezca” menos riesgosa que otras.   

El Estado, digamos “los blancos”  le han errado.  Se fomentó el  “mayor pegue” promoviendo producción de nuevas variables de cannabis.  Groseramente, lo dicen quienes están a cargo de su regulación.  

Somos tres millones y medio;  se pretende dar ejemplo en un problema de proyección internacional que afecta a miles de millones de personas.

 Seguimos manipulados y ofrecidos como conejillos de india.

Desbordados, elucubran soluciones sin un buen análisis de consecuencias.

 Sin recurrir y responsabilizar en su justa medida a los profesionales. Los policías.

El respaldo a la policía no es una palmadita en la espalda. Hay que poner el problema sobre la mesa, pedir solución; y dar el apoyo necesario.

Combatir el narcotráfico no significa ubicar al “presunto delincuente” y liarse a tiros eliminándolo.  No entreverar roles ni instituciones.

Vivimos en estado de derecho, hay que desarrollar y fortalecer líneas de investigación para descabezar y desarticular las organizaciones criminales.

Hay narcotráfico porque hay consumidores. Hay que combatir las adicciones. 

Concientizar, visibilizar los daños que ocasionan las drogas. Tratamientos obligatorios, coercitivos. Atención de salud mental a pleno.

Lo otro.  Blindar fronteras, impedir y reprimir el ingreso de drogas y narcotraficantes.  

Control estricto en puestos de frontera, lugares de embarque terrestres, fluviales, aéreos y toda la red vial que se conecta con nuestras fronteras.

Sobre el Ministerio de Justicia que promueve nuestro correligionario Dr. Ojeda coincido plenamente  con  el Dr. Fagúndez, Presidente de la asociación de Penalistas.

“Seamos serios” Fue una de las cosas más nefastas del periodo dictatorial.

Veamos algo  coherente.

La propuesta del Diputado Conrado Rodríguez;  una fiscalía plural con menor tiempo de permanencia.  Va en sintonía con lo que promueve el Diputado Zubía, democratiza a la Fiscalía  con mayor control parlamentario y del ejecutivo.

Tenencia y porte de armas.  Acorde a lo legislado sobre la legítima defensa, la tenencia de armas debe ser un derecho, sujeto a las pautas y limitaciones establecidas. Antecedentes, salud mental, física y poseer habilidades para su manejo.

El porte restringido a quienes por su actividad lo requieran y habilitados por la autoridad correspondiente.

Interruptores de violencia.  Una fantochada riesgosa e impracticable para eludir responsabilidades, tirar la pelota hacia adelante y recibir una buena cuantía de dólares. Mantengamos la coherencia y seremos la opción de cambio.

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