Ejemplo oscuro
Fátima Barrutta
“El asalto al cuartel Moncada es un punto de inflexión de la historia reciente de Cuba. Fue declarado Día de la Rebeldía Nacional porque da comienzo a un proceso que iluminó con su ejemplo las esperanzas de soberanía e independencia de todos los pueblos hermanos”, fue una de las frases más significativas que se escucharon el 26 de julio pasado en el Teatro El Galpón, en ocasión de un homenaje del Pit-Cnt a los 70 años de la revolución cubana.
Leyendo eso de que tal revolución -justa en su origen, pero en muy poco tiempo devenida en la dictadura más larga y liberticida de toda América Latina- “iluminó con su ejemplo” al resto del continente, una piensa que solo puede provenir de una persona radicalizada, que descree de la democracia representativa… Sin embargo, lo dijo Fernando Pereira, quien hoy ejerce la presidencia de la principal fuerza opositora del país, el Frente Amplio.
Hay rituales que permanecen en nuestra vida, aunque tengan poco sentido, contextualizados en el mundo actual, y por eso deberíamos eliminarlos, por obsoletos y perimidos. Homenajear a la revolución cubana debería ser uno de ellos.
Fito Páez es un músico argentino identificado desde siempre con ideas de izquierda. Incluso manifestó en su juventud una clara simpatía por la revolución en la isla. En su álbum “Abre Páez” de 1999 incluye un tema dedicado a la capital de Cuba, que tal vez sea uno de los más bellos de toda su producción: “Habana a tus pies… no sabría cómo amarte de otra forma… Habana a tus pies… pasa el tiempo y tu recuerdo no se borra”. Empezó a desenganchar su adhesión a los ideales revolucionarios, a fuerza de eventos que tomaron estado público, y dio testimonio de ello en un documental filmado por el cubano disidente Juan Pin Vilar, que hoy está censurado por el gobierno de la isla. La runfla totalitaria que hoy lidera Miguel Díaz-Canel ha intentado decir que el realizador “manipuló” la entrevista a Fito Páez para hacerle decir cosas que no comparte. Posteriormente, el propio músico aclaró que no fue manipulado en absoluto y que su apoyo es al pueblo cubano y no a quienes usurpan el poder. En declaraciones a Infobae, dejó bien claro que “yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias. Intentar acusarme o considerarme una persona manipulable habla de lo poco de lo que me conocen y es una falta de respeto (…). Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloqueo norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre o en el mar. A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba pero la burocracia cubana no es Cuba. ¿En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.
Es interesante contrastar estas declaraciones de un músico de izquierda (también se han desvinculado del apoyo a la dictadura cubana intelectuales como Eduardo Galeano, José Saramago y más recientemente el cantautor español Joaquín Sabina y el escritor cubano Leonardo Padura), con las del actual presidente del Frente Amplio que acusa muy suelto de cuerpo al bloqueo norteamericano de todos los males que padece la isla, repitiendo aquella patética máxima del nazi Josef Goebbels según la cual había que inventar un enemigo al que echar la culpa de los errores del gobierno.
También hizo uso de la palabra esa noche la senadora frenteamplista Sandra Lazo, quien acentuó nuestra vergüenza ajena identificando a la dictadura cubana con la libertad: “Los medios, en general aquellos que son hegemónicos, quieren hablarnos de la tan mentada libertad, ese don tan arraigado en el corazón de hombres y mujeres, y nos quieren confundir permanentemente. ‘Libertad es tener, libertad es acaparar, libertad es el mercado’. Contrariamente, porfiadamente, defendemos con convicción lo que nos enseñaron nuestros padres allá por los 50 y 60. Reivindicamos la libertad de aquellos que creen en la libertad de aquel hombre libre que es el que tiene un proceso educativo, que tiene salud, que tiene dignidad. Por eso gracias, Revolución Cubana, por haber sido y ser luz permanente para la libertad”.
Decir que un régimen que persigue y encarcela a los opositores y que impide el ejercicio de la libertad de expresión, una dictadura que patotea a los artistas y reprime a los manifestantes pacíficos, es una luz permanente para la libertad, es un verdadero insulto.
Un insulto no solo al sentido común, sino fundamentalmente a los cubanos emigrados que viven en nuestro país, que escaparon con sacrificio de esa realidad hostil y albergan la esperanza de una nueva era democrática en la patria que tanto aman.
No escribo esto desde una trinchera de la tan mentada “grieta”. Puedo criticar al Frente Amplio -y lo he hecho muchas veces- por medidas impulsadas en su ciclo de tres gobiernos, pero también lo he aplaudido cuando concretó aportes positivos para el país. En esta instancia, sin embargo, me preocupa el silencio de esa fuerza política sobre este derrape atroz que cometen Pereira y Lazo, asociando su imagen a una dictadura, como si se rieran en la cara de sus víctimas.
¿Qué dicen los precandidatos Yamandú Orsi y Carolina Cosse de este vergonzante disparate? ¿Qué demócrata uruguayo está dispuesto a votar el año que viene por quienes así defienden un totalitarismo aberrante, liberticida y hambreador de su propio pueblo?