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El gol es un detalle

Hugo Machín Fajardo (Cadal)

Qatar 2022 marca el inicio de la caída de la cúpula de la FIFA. El 2 de diciembre de 2010, cuando se consumía la doble designación de Rusia y Qatar como sedes para 2018 y 2022 respectivamente, las federaciones de futbol de Inglaterra y Estados Unidos sufrieron una decepción. En el caso estadounidense, fue la piedra de toque para el inicio de un seguimiento de la dirigencia del fútbol mundial hombre a hombre en toda la cancha.

El muro de impunidad levantado desde los sesenta por la conducción de Joao Havelange, Seep Blatter y sucesores, con base al desvirtuamiento de la FIFA, su corrupción y contribución al maquillaje de regímenes dictatoriales —Mussolini (1934); Videla (1978); dictadura uruguaya (1980) y la monarquía absolutista catarí en el presente— sufre un paulatino perforamiento fruto de la labor del periodismo y la exfiscal general afro estadounidense Loretta Lynch [*]

No menos importante en la divulgación realizada por las plataformas de streaming de ese submundo donde el futbol, al decir del dueño durante 35 años del futbol argentino Julio Grondona (1931-2014) «es una caja registradora» para dos docenas de dirigentes corruptos, como lo fue él.

El patrimonio dejado por Grondona, quien también se desempeñó por décadas como vicepresidente de la FIFA, es todavía una incógnita para la justicia argentina y de los Estados Unidos. El cálculo sobre su fortuna, sin embargo, parte desde una cifra: el banquero suizo Julius Baer confesó en los tribunales de Nueva York que «blanqueó USD 25 millones proveniente de coimas pagadas al dirigente argentino para digitar las sedes de los distintos mundiales de fútbol y a cambio de los derechos de televisión de las Copas del Mundo de 2018, 2022, 2026 y 2030 además de otros torneos».

Documentales como Los entresijos de la FIFA emitido por Netflix, en paralelo con toda la movida Qatar 2022; o El presidente, distribuida por Amazon; el especial del periodista argentino Ezequiel Fernández Moore: El Inicio del Fin – FIFA Gate, por el Bien del Fútbol, emitido en YouTube, que están soportados en trabajos de investigación como los del periodista inglés David Yallop, Como robaron la copa, 1998; el libro CBF Nike, de dos diputados brasileños, Aldo Rebelo y Silvio Torres, publicado por Casa Amarela en 2001 [**]; libros de investigación como Juego Sucio. Fútbol y Crimen Organizado, 2010, del periodista canadiense Declan Hill, un reportaje «sobre las distintas mafias que se han infiltrado en el mundo del fútbol y rastrea de primera mano el funcionamiento de las apuestas los sobornos, que han llegado a manipular partidos del Mundial 2006 como el de Ghana -Brasil, el de Italia-Ucrania o el de Inglaterra-Ecuador».  O El último milagro, 2013, del argentino Horacio Convertini, prólogo de Jorge Valdano, sobre las barras bravas utilizadas como fuerza de choque de sindicalistas y políticos a nivel nacional en Argentina; también El lado oscuro del futbol, publicado por cuatro periodistas brasileños en 2013, que documenta la privatización del futbol ocurrida desde hace décadas. Hasta novelas de serie negra: Mercado de invierno (RBA), del británico Philip Kerr [***].

En mayo de 2010, la televisión británica BBC informó que Ricardo Texeira y su ex suegro Havelange, recibieron un soborno de 9,5 millones de dólares a través de la empresa off shore Sanud Etablissement, con sede en el principado de Liechtenstein, «a cambio de los contratos firmados con las empresas de comunicación bajo intermediación de la ISL, que negociaba los contratos de mercadotecnia y transmisión de la FIFA».

ISL fue una empresa suiza creación del dueño de Adidas, Horst Dassler, quien diseñó el mecanismo de venta de derechos de transmisión televisiva de los mundiales de futbol. En 2014, la justicia suiza determinó que entre los años 1992 y 2000, ISL, —quebrada en 2001— había pagado por sobornos a Havelange y Teixeira unos 27 millones de libras esterlinas y otra suma al paraguayo Nicolás Leoz, entonces presidente de la Conmebol. Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, habría tenido pleno conocimiento del escándalo por sobornos cercanos a los US$100 millones en la FIFA durante la década del 90, según señaló Havelange.

Antivalores y valores. En contraste con el seleccionado internacional que a 2018 estaba acusado por fraude fiscal, —en algún caso por más de 28 millones de euros— los italianos Valentino Rossi y Favio Cannavaro; los argentinos Diego Maradona, Javier Mascherano y Lionel Messi; los brasileños Romario y Neymar; los alemanes Uli Hoeness y Boris Becker, los españoles Arantxa Sánchez, y Xabi Alonso, el chileno Alexis Sánchez, y el portugués Cristiano Ronaldo; en el presente, numerosos futbolistas dan muestra de ubicar correctamente el cuadro de valores de su vida.

Antes del inicio del Mundial, siete selecciones europeas anunciaron que sus capitanes usarían el brazalete de «One Love» durante la competencia. La decisión explicitaba un apoyo a la comunidad LGTBIQ+, cruelmente perseguida en Catar, pero reflejaba una denuncia respecto el conjunto de violaciones a los derechos humanos históricamente ejercidas por la monarquía catarí, donde la muerte de miles de trabajadores a causa de condiciones laborales de semiesclavitud en la construcción de los ocho estadios, alcanzó una difusión inédita en la historia del futbol.

La campaña iniciada por Países Bajos fue apoyada por Alemania, Bélgica, Dinamarca, Suiza y Gales, en legítimo reclamo de que «no se manche la pelota».

La amenaza de la FIFA de sancionar con tarjetas amarillas a ser aplicadas durante la competencia, así como con multas a los futbolistas, detuvo los brazaletes iniciales. Pero, no obstante, el reclamo por respeto a los derechos humanos está presente en Qatar 2022: los jugadores de Irán rechazaron entonar su himno en protesta por la represión causante de cientos de muertos y miles de presos que hoy se vive en su país. Los alemanes posaron para los fotógrafos con la mano sobre la boca en protesta contra la censura de la FIFA. Los daneses estudian seriamente abandonar a la institución responsable de corromper el negocio de futbol para enriquecerse en provecho propio.

En su reacción la FIFA se mostró tal cual es: enemiga de los derechos humanos. A casi 230 años de la Declaración de los Derechos del Ciudadano de la Revolución francesa, prohibió y amenazó con sanciones deportivas a quienes manifestaran la necesidad de respetar esos derechos. Así debe leerse el subterfugio de promover otros brazaletes «con los que todos se puedan comprometer», según ha dicho el impresentable presidente de la FIFA, Gianni Infantino. El mismo que en el discurso inaugural de Qatar 2022 dijo sentirse «un trabajador inmigrante, un gay, un excluido», presentándose como alguien contrario a lo que realmente representa. Su argumento principal es que el fútbol y la política no deben mezclarse…como si lo que se anota al inicio de esta columna no hubiera ocurrido desde que la FIFA sustituyó al Comité Olímpico Internacional en la organización de los mundiales de fútbol desde 1930 —donde Uruguay ganó su tercer mundial— a la fecha. La infamia llega al punto de querer hacer pasar por «islamofobia» la defensa de los derechos humanos y asimilar el reclamo de respeto por tales derechos “a la hipocresía de Occidente». Qué lamentable que hayan sido dirigentes precisamente del fútbol uruguayo —Wilmar Valdez, Rafael Fernández y Eduardo Ache— quienes en 2016 desempeñaron un papel clave en convencer a otros dirigentes de la Conmebol para que el suizo-italiano fuera electo como sucesor de Blatter, a quien había secundado desde la Secretaría General de la FIFA durante la era corrupta del suizo. Infantino, colaborador de Michel Platini, pasó al frente cuando el ex futbolista galo se bajó de la postulación a la Presidencia de la FIFA tras las denuncias en su contra por la doble adjudicación de las sedes de Rusia (2018) y Qatar (2022) para el torneo mundial. Crear una Liga Caribeña, escuelas de fútbol en Oceanía y África son algunas de las promesas de Infantino en los que podría invertir 1.200 millones de dólares. Réplica de otras promesas dichas en su momento por Blatter cuando sustituyó a Havelange.

En 2020 el gobierno estadounidense acusó a 42 personas y a empresas deportivas de 92 delitos y de aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos. De los 42 acusados, tres habían fallecido. Veintidós se declararon culpables y de ellos dos ya fueron sentenciados por la jueza.

Los pájaros tirándole a las escopetas. El emir catarí Tamim ben Hamad al Thani, en la misma línea que Infantino, al inaugurar el torneo de futbol, convocó a «dejar de lado nuestras diferencias»; y días antes el jeque Mohammed bin Abdulrahman al Thani, ministro catarí de Relaciones Exteriores, acusó a los europeos de «racistas», porque países e integrantes de la sociedad civil de Occidente reclaman la plena vigencia de los derechos humanos en Catar, empezando por la indemnización a las familias de los trabajadores muertos en la construcción de los estadios, siguiendo por el cese de las arbitrariedades a que son sometidas las mujeres en esa monarquía así como las restricciones a la libertad de expresión. De eso se trata y no de justificar violaciones a la dignidad humana con conceptos como «diferencias» o acusaciones de «racismo». De la misma manera que no se puede desconocer que en las políticas coloniales europeas radica el germen de las guerras civiles ocurridas en el tercer mundo luego de las independencias: «pregunten si no a los historiadores de la India cómo los administradores ingleses prepararon a los indios de confesión musulmana para vivir separados de los indios de otras religiones», anota Georges Corm en La fractura imaginaria. Las falsas raíces del enfrentamiento entre Oriente y Occidente. Tampoco desconocer el haber aceptado por Occidente en general las torturas en Abu Ghraib y Guantánamo.

Qatar 2022 marca el inicio de la caída de la cúpula de la FIFA. El 2 de diciembre de 2010, cuando se consumía la doble designación de Rusia y Qatar como sedes para 2018 y 2022 respectivamente, las federaciones de futbol de Inglaterra y Estados Unidos sufrieron una decepción. En el caso estadounidense, fue la piedra de toque para el inicio de un seguimiento de la dirigencia del fútbol mundial hombre a hombre en toda la cancha. Soberbios de impunidad cometieron delito en Miami y ese fue el arranque de las acciones judiciales norteamericanas que derivaron en las capturas de 2015 y la debacle subsiguiente.

También es el mundial más caro de la historia. Se calcula en 220 mil millones de dólares lo invertido por Qatar en su realización, incluidos los 387 millones de dólares en operaciones de espionaje investigadas por Leo Eiholzer y Andreas Schmid, dos reporteros de la SRF (Schweitzer Radio und Fernsehen), importante cadena radial y televisiva de la Suiza germánica, según su reportaje titulado Proyecto sin piedad, cómo Catar espió al mundo del futbol en Suiza, donde describen la operación de los dirigentes cataríes para durante la última década tendientes a impedir una decisión que revirtiera la designación de  su país como sede del máximo torneo futbolístico. Y también describen «el empeño de las autoridades cataríes en amordazar a los críticos del emirato y pulir su imagen. Los documentos demuestran que el país del desierto pretende asegurarse que no escape a su atención el mínimo elemento que pudiera poner en peligro la celebración del Mundial 2022 en Qatar. Su meta es tener un control absoluto sobre todo».

Notas: [*] “Corrompieron el negocio del futbol en todo el mundo para servir a sus intereses y enriquecerse” (Ex fiscal general de EEUU, Loretta Lynch).

[**] Ricardo Texeira ex yerno de Havelange, principal imputado de corrupción por su actuación en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), consiguió que los tribunales brasileños impidieran la circulación del libro de 250 páginas, resumen de una comisión investigadora del congreso de Brasil, con el argumento de que el libro reveló datos obtenidos gracias a la suspensión de su secreto bancario y fiscal.

[***] El mercado de invierno es el período de cuatro semanas en que la FIFA autoriza a los equipos europeos a fichar a un nuevo jugador en mitad de temporada. Los casos de Luis Suarez, Daniel Sturridge, Philipe Coutinho, Patrice Evra y Nemadna Vidic, en su momento llegaron a sus respectivos clubes en ese mercado invernal.

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