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El poder como “modus operandi”

En política como en la vida, la regla es “ser o no ser”

Gustavo Penadés está siendo investigado como presunto autor de varios delitos de explotación sexual infantil y adolescente. Pesan sobre él 8 denuncias por pagar «por actos eróticos y sexuales». La pena puede llegar hasta los 12 años de cárcel. Sus acusadores, además presuntas víctimas, tenían, al momento de esos abusos, entre 13 y 14 años de edad. Detalladamente esto es lo que dice el documento que la Fiscalía envió al Senado, y que habilitó la aprobación de la Suprema Corte de Justicia y su desafuero como senador votado por el Parlamento. Los abusos sucedieron paralelamente a su etapa parlamentaria. Es por eso que algún modo estos episodios no pueden desvincularse de la política. Todo empezó con una querella entre blancos: Romina Celeste –la militante trans- que generó esta nueva «embestida baguala», entró en discordia con Penadés cuando éste le negó su condición de dirigente política, durante el affaire de la visita del presidente Lula da Silva al Palacio Municipal. De ahí en más la confrontación no paró: como si se tratara de un «castillo de naipes» (house of cards), el Partido Nacional ha visto demorarse a su principal senador sin adoptar resoluciones. Por lo grave de las acusaciones sobrevino la judicialización de las denuncias a las que se sumó la caída social y el desafuero del más importante senador del gobierno.

Por todo esto el debate subliminal que ocurrió durante varios días a todo nivel de la sociedad uruguaya, estuvo relacionado con los conceptos de Ética y Moral tomando como directriz el ejercicio de la Política.

Precisamente, esta disyuntiva de ¿cuál sería la relación entre la Ética, la Moral y la Política?, es por donde transitó el desafuero del senador acusado. La doctrina más recibida en esta materia da cuenta que los “valores y principios de las conductas que deben regular la acción de las personas que hacen política, persiguen el fin de conseguir la seguridad y el bien común de todos los individuos que forman parte del Estado.” (defensa en Ciencias Políticas; profesor Fernando Ayala [Unam, México]).

En síntesis, para la doctrina “la etimología de la palabra moral viene del latín morale, la cual viene de mos, moris, que significa como ethos, la conducta habitual, la costumbre. 1 Por lo tanto, hemos de entender a la Moral como aquél conjunto de reglas internas con las que cada individuo cuenta para regular sus costumbres y formas de comportamiento. Por ello, la moral es “(…) la fuerza coercitiva que hace cumplir leyes (internas y subjetivas) (…) con la conciencia interior, por la cual nos sentimos contentos o avergonzándonos de nuestras acciones, sentimos satisfacción o sentimos culpa, ante el tribunal de nuestra misma conciencia.” 2 No se debe olvidar que esa costumbre que determina la Moral del individuo está influenciada por el entorno social; en consecuencia, la Moral de cada individuo está determinada por la estructura social en la que se encuentra inmerso. Así, ella busca una adecuación de la conciencia individual a comportamientos socialmente aceptados por todos aquellos individuos que forman parte de la comunidad política.”

En este contexto, el actual ministro del Interior Luis Alberto Heber, recientemente declaró declinando posiciones anteriores: «A mí me cuesta creer que eso sea verdad. Parecería que estamos hablando de una persona que no conozco. Ahora, si es verdad, es imperdonable. No lo puedo perdonar, porque querría decir que después de 40 años de amistad no termino de conocer a esa persona. Yo estoy esperando la defensa y el fallo judicial».

En la instancia de votación el senador de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, explicó: “Tengo la imagen de que Penadés era el articulador a nivel del Parlamento, que de alguna forma vinculaba al Partido Nacional con los otros partidos de la coalición y con la oposición”. Domenech, en la instancia de parlamentaria, no había pruebas suficientes en el informe que aportó la Fiscalía a la Cámara.

Para la Vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, “hay que aprovechar esta situación para hablar del tema”, por entender que la explotación sexual de niños y adolescentes es algo de lo que no se suele hablar sistemáticamente. “Como sistema [hay que] dar una respuesta transparente, porque también la sociedad nos está mirando”, opinó, y dijo que “no hay lugar a pactos: la respuesta debe ser transparente y cuidadosa”, en referencia a los dichos de un senador blanco a LA DIARIA en el sentido de que espera que no haya debate sobre el tema. “Es un tema emblemático el desafuero de un senador de la coalición de gobierno, es importante que se aproveche para emitir estas señales”, dijo, y añadió que, “llegado el caso, la definición no puede tener vueltas”.

AMBITO FINANCIERO, sobre este escándalo en claro –estado políticointrodujo la visión de Eduardo Botinelli, director de la consultora de opinión pública Factum, será muy difícil prever hasta dónde puede llegar el impacto del caso Penadés.

Según dijo a Télam, Uruguay está frente a un hecho histórico por dos razones: es la primera vez que el Senado aprueba el desafuero de uno de sus integrantes y porque el hecho en sí supone una cuestión inédita, ya que el país no ha tenido a nivel político este tipo de casos, «que además de gravísimo, es altamente repudiable y condenable socialmente».

Botinelli señaló que la imagen personal de Penadés ha caído fuertemente en la opinión pública. «Lo que resta por conocer con el paso del tiempo es cómo y cuánto impacta en su sector (la Lista 71 o Herrerismo) y cuánto impacta en el Partido Nacional, incluso cuánto puede impactar en la imagen del Parlamento y hasta en todo el espectro político», agregó el sociólogo.

Según Botinelli, hubo casos en el mundo con repercusión en las personas o en los partidos, y otros sin impactos importantes. Por ejemplo, hubo casos de personas con graves acusaciones, e incluso comprobadas, que luego mantuvieron su actividad política sin grandes repercusiones electorales.

Uruguay, dijo Botinelli, carece de este tipo de antecedentes, «ha habido otros que no son comparables», y que también han tenido efectos diversos según el caso y según cómo actuó su partido en cada momento.

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