El regocijo de Joseph
Daniel Manduré
Si Joseph Goebbels viviera seguramente se regocijaría de ver como en tiempos actuales perduran fieles discípulos que siguen al pie de la letra sus mandatos. A quien sus adversarios lo consideraban un temido demagógo y gran agitador de masas.
Algunos spots publicitarios de quienes pretenden derogar los 135 artículos de la Luc van dirigidos a eso. Repetir mentiras una y otra vez hasta convertirlas en verdad.
Esa vieja receta que a pesar de que quienes en apariencia tienen posturas antagónicas, utilizan esas mismas estrategias comunicacionales, donde la mentira repetida es la gran protagonista.
Hablar desde desalojos exprés, pérdidas de libertades hasta llegar a decir que con la Luc se va a privatizar la escuela pública, en esa avalancha de falsedades difícil de digerir.
Lo que más indigna en este debate, que ya se ha instalado, es que se subestime la inteligencia del ciudadano.
Un verdadero atentado a la razón.
Esa visión maniquea, esas posturas radicales donde todo lo bueno, lo perfecto está de un lado y del otro, todo lo oscuro. De un lado la luz, los iluminados y del otro satán.
No es así, nada en la vida es así.
Ese pensamiento único que pretende presentar a la Luc como ese gran lobo feroz que todo lo devora y del otro unas lindas ovejitas acompañadas de una inocente caperucita roja.
¿La Luc es perfecta? Seguramente no.
¿En la Luc todo es fortalezas? Tampoco.
Es sano en democracia que hayan diferentes visiones, interpretaciones y ello es respetable cuando hay argumentos. Nada más enaltecedor para la política que el debate con su adversario sea honesto intelectualmente y con el que se pueda debatir desde las ideas. Lo que degrada a la política y a los políticos es cuando esa práctica se realiza desde la mentira. Todo basado en engaños o donde se retuercen los argumentos.
Nosotros o el caos parecen decir algunos.
Es dificil discutir descendiendo a esos niveles, revolcarse en el fango.
Sin ser perfecta la Luc es una buena ley, que intenta atender muchos de los reclamos y cambios que los ciudadanos hacían.
No queremos volver a la era Bonomi en materia de seguridad o al deterioro contínuo de los valores en materia educativa donde nos gobernaba Fenapes.
Ahora es importante no entrar en el juego de quienes pretenden derogar estos 135 articulos y cometer los mismos errores. Algunos representantes del gobierno, a mi parecer, cometieron ese error. El Ministro Da Silveira dijo que de derogar la Luc sería retornar al régimen soviético y el Senador Botana que si cae la Luc no se iba poder salir más a la calle. Comentarios innecesarios e inconvenientes, cuando si hay algo que sobran son los argumentos serios, contundentes y reales para defender esta ley. No hay que ingresar al barro, que se embarren ellos, que seguramente Goebbels los observará con orgullo