Política nacional

Foto precisa

Hugo Machín

La foto se impone y contradice aquello de que «fotografiar es esencialmente un acto de no intervención», enunciado por Susan Sotang, referido a fotógrafos en situaciones límites. Las manos del poder —del presidente de la Real Federación de Fútbol de España (RFEF)— en gesto crudo y público, aprisionan impunes el rostro de la flamante campeona mundial de fútbol femenino, Jenni Hermoso, para imponerle un beso boca a boca, que la cultura occidental solo reserva para vínculos amorosos íntimos y consensuados.

La futbolista, sorprendida por la emboscada de Luis Rubiales (46), parece estar inmovilizada, congelada, ante lo inesperado de la agresión. Por el contrario, el abusador evidencia su placer espurio: ojos semicerrados, y la seguridad del que todo lo puede incluso con quienes han llevado para su país el máximo trofeo deportivo. Macho man.

Las reacciones ante el atropello de Rubiales —quien al término del partido en que España se coronó campeona ante Inglaterra ya había realizado actos y gestos propios de un machismo trasnochado, como subirse a sus hombros a otra de las jugadoras, Athenea del Castillo—, del Real Madrid, fueron inmediatas.

La vicepresidenta del Gobierno en funciones Yolanda Díaz, habló de la necesaria «dimisión» del agresor. La ministra de Igualdad, Irene Montero, lo calificó como un acto de violencia sexual. El responsable de Deporte del Gobierno, Miquel Iceta, le pidió dar «explicaciones por un comportamiento inaceptable».

«Ha sido un gesto mutuo, totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento», comunicó la deportista afectada, en declaraciones proporcionadas por la RFEF, entidad subordinante de la futbolista.

«Eh, no me ha gustado. (…) Pero ¿qué hago yo?», fue la respuesta auténtica de Hermoso transmitida en el vestuario a sus compañeras. Posición refrendada mediante una declaración respaldada por el sindicato de futbolistas mujeres, FUTPRO, en la que reclamó «medidas ejemplares» contra el presidente de la RFEF.

 Tres denuncias a la Fiscalía General del Estado, la petición de dimisión de partidos políticos de todo el espectro; la denuncia de la Liga Profesional de Fútbol Femenino (Liga F) ante el Consejo Superior de Deportes (CSD), solicitando la inhabilitación por su «bochornoso comportamiento» y el expediente disciplinario iniciado por FIFA, hicieron pensar que Rubiales, quien también es vicepresidente de la UEFA, comunicaría su renuncia este viernes 25 de agosto. 

 Rubiales empeoró con su pedido de disculpas en el que el que quiso involucrar a la propia futbolista asaltada: no hubo «mala fe por ninguna de las dos partes» (…) ha sido un pico de dos amigos», y una infortunada broma: «Queremos comunicaros Jenni y yo que nos vamos a casar»; para rematar con agresiones verbales a quienes le cuestionaron: «Idiotas», «gilipolleces», «tontos del culo» o « pringados que no saben ver lo positivo».

Fue demasiado. Quedó en relieve quién es realmente. Al término de la final del Mundial de Futbol femenino, Rubiales sentado en el palco de autoridades, se tomó los genitales —émulo del «Dibu» Martínez— para festejar el triunfo sobre las inglesas. Una exposición que ambientó la denuncia de Tamara Ramos, dirigenta sindical de las futbolistas españolas: «He sufrido humillaciones, ha sido una barbaridad. No me sorprende en absoluto porque lo conozco desde hace muchísimos años y le he sufrido, lo que me ha extrañado es que lo haga en público», dijo. Ramos denunció que Rubiales, frente a jugadores como Gerard Piqué e Iker Casillas le había hecho preguntas obscenas. «Venga, ve, que has venido a ponerte las rodilleras» o «¿de qué color traes hoy la ropa interior?».

El presidente español en funciones, Pedro Sánchez no fue tan expeditivo: «no son suficientes» las disculpas Rubiales, sostuvo; y Carlos Ancelotti, DT del Real Madrid, apeló al ambiguo «es un tema delicado», pero más allá de la negativa de Rubiales a renunciar, y de los aplausos que recibió en la Asamblea de la RFEF, incluido el seleccionador femenino, Jorge Vilda; el hecho registrado en la fotografía explicita otras situaciones graves que viven las futbolistas en diferentes países.

Bruce Mwape, el seleccionador de futbol femenino de Zambia, quien ya había sido investigado por su federación a raíz de denunciados comportamientos abusivos —acostarse con sus dirigidas—   habría frotado con las manos el pecho de una de sus jugadoras dos días antes del triunfo de sus seleccionadas sobre Costa Rica en su último partido del Mundial, según informó The Guardian.

Hasta el momento hubo pronunciamientos de futbolistas varones españoles, incluido algún integrante de la selección nacional, en rechazo a la presencia de Rubiales al frente de la RFEF.

El Consejo Superior de Deportes, la máxima entidad deportiva española, respondió a las palabras de Rubiales diciendo —informa Los Ángeles Times— que enviaría de inmediato las denuncias que ha recibido de dos miembros de la asamblea, de la liga femenina española y de Unidas Podemos, coalición de Díaz, ante el Tribunal Administrativo del Deporte. Rubiales podría ser considerado no apto para mantener su cargo en caso de que el tribunal determine que violó las leyes respecto a actos sexistas.

«La intervención del Sr. Rubiales ante la Asamblea de la RFEF es absolutamente incompatible con la representación que ostenta en el deporte español y con los valores de una sociedad avanzada como la española», dijo el CSD.

FUTPRO es una asociación formada exclusivamente por mujeres futbolistas que compiten en España, cuyo objetivo «es defender los derechos laborales de las jugadoras propiciando el cambio y la evolución en el mundo del fútbol».

«Haz que tu etapa como futbolista cambie el mundo».

«Entendemos los retos a los que se enfrentan las futbolistas cada día y nos esforzamos por protegerlas», puede leerse en su portal.

FOTO. RTVE  .Captura de pantalla.

Compartir

Deja una respuesta