Política Internacional

La batalla cultural en Argentina

Ricardo J. Lombardo

Las excentricidades del presidente Milei, su fundamentalismo libertario, sus tropezones en este proceso de aprender a gobernar, inundan los medios y llaman la atención del mundo hacia un país que podría ser potencia, liderar América Latina, pero que sucumbió a una crisis económica y social desesperante. Ese obligado interés hacia un caso muy excepcional dentro de una realidad internacional dominada por las guerras, el desprestigio de los liderazgos políticos en las socialdemocracias y una nueva normalidad geopolítica, esconde una batalla cultural sumamente profunda que se está dando en el país vecino.

Desde hace más de 70 años, la realidad argentina  ha girado en torno al peronismo y el antiperonismo. Generaciones enteras han sido formadas y hasta adoctrinadas en la veneración al populismo del General Juan Domingo Perón y su esposa Evita. Se trata de una rara construcción ideológica cuyas semillas fueron sembrada por el fascismo y el nazismo, que evolucionó en distintas vertientes a la izquierda y a la derecha,  pero que reivindicó el lugar de los sectores populares relegados hasta eso momento,  a costa de una destrucción de los ideales republicanos y liberales que estaban en el nacimiento del país en el siglo XIX.

Esa mezcla llena de contradicciones e intolerancias, provocó que desde la década de los 50s. nuestros vecinos deambularan entre golpes de estado, revoluciones, gobiernos militares, guerrillas, y hasta una guerra con Inglaterra por la posesión delas islas Malvinas. En 1983, sin embargo, se intentó estabilizar un régimen democrático que dura hasta ahora, pero que desgraciadamente solo supo de agudas crisis económicas y un descreimiento generalizado en la clase política.

El kirchnerismo, que restableció el populismo, la antirrepública, una corrupción desmadrada, que es hijo del  peronismo y de su estilo de gobernar,  terminó por hastiar a los argentinos que buscaron un cambio radical y se aferraron a la única alternativa de mover el péndulo hacia el lado opuesto: Javier Milei.

Y ahí transita un nuevo gobierno queriendo cambiarlo  todo, a pesar de tener una escuálida representación parlamentaria.

Además de eso, desde diversos ámbitos se procura que el cambio no sea solo de gobierno, sino de la propia cultura que llevó a que el país, que fuera el más rico del mundo, descendiera el lugar 140 en la escala mundial.

Por eso se ha comenzado a reivindicar figuras fundadoras de la Argentina, para rescatar de sus valores la esencia que permita iniciar una nueva era.

Dos figuras parecen constituirse los soportes de esa reivindicación histórica: Juan Bautista Alberdi y el general Julio Argentino Roca.

Alberdi fue el inspirador de la Constitución de 1853 que estableció las bases de un país liberal y republicano, después del período caótico de la dictadura de Rosas. Es reconocido como una de las principales figuras intelectuales no solo de Argentina sino de toda América Latina. Sus ideales tan vigentes, son iluminados ahora después de décadas donde su figura se había perdido entre los oscuros rincones dela historia.

El general Roca, que fuera presidente de la nación en dos oportunidades, es visto como el creador de la Argentina moderna. Antes de él, el país era una conjunción de provincias, desgastadas por  las luchas por el poder, las montoneras y el caos social. A partir de Roca se fortaleció el Estado nacional, paradójicamente después de vencer las resistencias de Buenos Aires a conformar una unidad con el resto del país. Además, Roca lideró la Campaña del Desierto que permitió que el país se extendiera hacia los territorios del sur conformando lo que hoy conocemos como la República Argentina, al delinear los límites con Chile. En esa acción militar arrasó con los pueblos originarios de la Patagonia, en nombre de la unificación del Estado  conquistando esas regiones controladas por grupos no integrados al proceso de modernización. Por esa razón, Roca quedó sumergido en la historia como un genocida, lo cual no permitió reconocerle su aporte fundamental en la creación de un sistema de gobierno que atrajo las inversiones extranjeras, el alambrado de los campos y un impulso económico que llegó a ubicar a Argentina, como ya se ha dicho, en el primer lugar del mundo.

Es muy interesante el proceso de transformación cultural que se está iniciando en Argentina. Se trata de un cambio muy profundo que está alentando la mayoría del país según quedó expresado en las últimas elecciones. Milei  es solo una circunstancia impulsada por millones de personas dispuestas a terminar con un pasado que los hartó. Sin embargo, su éxito será clave para no volver atrás.

Compartir

Deja una respuesta