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La embestida baguala

Verborragia de emergencia: Graciela Bianchi y Aldo Silva

La embestida baguala

César García Acosta

Mientras la senadora Graciela Bianchi la emprende con su clásica “embestida baguala”, el presidente Luis Lacalle desparrama prudencia y advierte que sólo “las medidas más el plan de vacunación, y obviamente el comportamiento de cada uno de nosotros, es lo que va a hacer que pasemos de la mejor manera posible estos momentos muy complejos para el país”. Con esto también zanjó la aparente confrontación entre el periodista Aldo Silva (CX8 Sarandí y Canal 12), quien sentenció en el marco de una tertulia de opinión, que la noticia de las muertes de 70 uruguayos por coronavirus tan solo en un día, debió ser anunciada por el Presidente en conferencia de prensa y no por la televisión.

En este contexto el MSP informó que menos del 1% del total de las personas fallecidas por enfermedad el año pasado en Uruguay fue a consecuencia del coronavirus. En 2020 murieron 32.640 personas, la cifra más baja desde 2015, cuando hubo 32.967 decesos en 2020 murieron por enfermedades 32.640 personas. En 2019 fallecieron 34.807; en 2018, 34.128; en 2017, 33.173; en 2016, 34.273 y en 2015, 32.967. Al igual que en 2020 en 2019 las enfermedades asociadas a eventos del sistema circulatorio y a tumores, fueron las que lideraron el primer y segundo lugar de grupos de personas fallecidas. Las muertes por cuadros de influenza, gripe y neumonía, o por enfermedades crónicas de las vías respiratorias, entre otras, aumentaron levemente en marzo de 2020 con respecto a febrero de ese mismo año. De acuerdo a los registros del MSP, en marzo, mientras se confirmaban los primeros casos de COVID-19, creció la cifra de fallecidos por distintos cuadros respiratorios. En los seis ítems relevados por el MSP se registra un crecimiento de los fallecidos. Por influenza, gripe y neumonía, murieron 90 personas en marzo de 2020. Un mes antes, lo hicieron 55 personas. En el caso de las infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, en marzo fallecieron nueve personas y en febrero cinco. El tercer caso es el de las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores. Por este tipo de cuadros fallecieron en marzo 76 personas, y en febrero 59. Según datos de la División Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP), en 2019 hubo 1.661 muertes por infecciones respiratorias agudas y graves. Sin embargo, el año pasado, los decesos por la misma razón bajaron a 1.204, lo que representó una caída de 27,5%

Pero la senadora Bianchi fue mucho más allá y reafirmó este lunes, sobre una controversia asociada a la pandemia, que «hambre no hay» en el Uruguay pese a la situación generada por la pandemia del coronavirus y agregó: «Me consta que hay vínculos entre las ollas populares y la izquierda».

Sobre la afirmación del Observatorio del Derecho a la Alimentación de la Escuela de Nutrición (ODA-EN) de la Udelar que sin nombrarla se refirió a ella, respondió: «hambre es no tener que comer y está asegurado que todos los hogares por acción del Estado y de la sociedad civil reciban la comida diaria. Hambre es poner en una lata una papa y no poder resistir a que se cocine e ir comiéndola de afuera hacia adentro como los europeos lo vivieron en la guerra». También dijo que le hubiera gustado ver un comunicado similar del ODA-EN durante los «15 años de bonanza económica» que tuvo el Frente Amplio en sus últimos tres gobiernos. «Lo que hizo la pandemia fue desenmascarar una realidad que ya existía y que otros querían ocultar», indicó.

Este contexto fue determinante para que el presidente Lacalle se haya referido a la situación que atraviesa el país a raíz del avance de casos de covid-19, y especialmente a las muertes por la enfermedad y la saturación de los CTI: “las medidas más el plan de vacunación y obviamente el comportamiento de cada uno de nosotros es lo que va a hacer que pasemos de la mejor manera posible estos momentos muy complejos para el país”, señaló en rueda de prensa desde Agraciada (Soriano), a donde viajó para participar del acto conmemorativo del Desembarco de los Treinta y Tres Orientales este lunes, según recogió Telemundo.

Sobre las muertes por Covid expresó que “cada vez que se recibe el parte diario con la cantidad de fallecidos por la enfermedad, `duele mucho´. Por supuesto que algunas de esas muertes podrían haber sido evitables, con otras conductas podrían haber sido evitables”, sostuvo.

Sobre los CTI dijo que «no han colapsado. El sistema está estresado, sobre todo la gente que trabaja en CTI está con mucho cansancio, con muchas horas, pero se han aumentado sensiblemente las camas en todo el país”, señaló. “Si todo sale como uno espera no va a haber un colapso”, añadió.

Si pudiéramos ponernos en el privilegiado lugar de la imparcialidad –cumbre de un castillo seguramente inexpugnable- al menos para quienes vivimos en Uruguay, podríamos decodificar qué quiso decir Aldo Silva al opinar sobre las muertes y las conferencias de prensa: si algo ha fallado en este proceso de pandemia es la comunicación institucional, y si algo ha sido exitoso, aunque resulte controversial afirmarlo, es la comunicación del presidente.

De ahí que la rigurosidad con el presidente pueda resultar inmensa y cuasi acusatoria, pero en realdad no es más que el sentir popular que se pregunta por qué falló y se demora tanto el proceso de llegadas de las vacunas a un país tan chico en población, y por qué su presidente que fue tan efectivo al principio de la emergencia hoy no muestra el mismo vigor originario.

En mi opinión, si hubiese escuchado al Partido Colorado cuando reclamaba una mesa de diálogo habría obtenido la espalda suficiente para pararse ante una opinión pública desconcertada que sólo pide seguridad y libertad.

Un día y sí y otro también sus confidentes partidarios, como la senadora Bianchi, insisten en hacerle el flaco favor de embestir en modo baguala cuando lo que debieran hacer es ser más reflexivos, tolerantes y republicanos, aunque todo eso deba provenir del ADN de cada uno

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