Luchas y peripecias de un oficio antiguo
Zósimo Nogueira
Por 1970/80 era habitual la prostitución en varias zonas de Montevideo
Los bares de camareras continuaban concentrados sobre Juan Carlos Gómez. Por Ciudad Vieja y Centro habían diseminadas varias Boites o Whiskerías como se les llamada por aquellos años.
En las de mayor nivel; actuaban músicos y cantores de prestigio nacional e internacional; se presentaban números artísticos de varieté y “strepptease”, con coreografía y escenarios ambientados.
Era común la presencia de artistas brasileños y argentinos; y algunos de tierras más lejanas.
Allí ejercían la prostitución las mujeres más selectas del ambiente.
La policía controlaba que estuvieran registradas en el Departamento de Orden Público y fiscalizaba sus carnet de salud con la visita periódica a profilaxis que funcionaba en el hospital Maciel.
La prostitución callejera se realizaba mayoritariamente en Bulevar Artigas, desde la calle 21 de setiembre hasta Millán.
A toda hora, allí era punto de encuentros; intimaban en casas de Citas. Por lo general tenían paradas y horarios habituales.
La parada a veces era objeto de disputas; incluso con travestis que de manera ostentosa ofrecían sus servicios sexuales.
La mayoría eran tranquilos, pero los había pendencieros.
Cuando se embriagaban tenían un comportamiento provocador y obsceno
Se generaban conflictos con sus clientes y con el vecindario.
Invadían los jardines, dañando plantas, ocultando prendas y objetos que muchas veces abandonaban. A veces allí practicaban sexo.
Fue lugar de parada las calles interiores de 21 de setiembre frente al entonces club Sporting.
Mujeres veteranas ejercían el meretricio en Tristán Narvaja u en la plaza de bomberos.
Otras en inmediaciones de los cuarteles; en boliches o Bares de copas.
Estaba vigente el código de Instrucción criminal elaborado a instancias del Coronel Lorenzo Latorre que entró a regir el 11 de mayo de 1879.
La policía podía detener por hasta 6 horas en el caso de testigos próximos a viajar o de difícil localización y por 24 horas en averiguación de delitos.
Las mujeres y travestis detenidos, ejerciendo la prostitución callejera, eran trasladados a las Comisarias o al Departamento de Investigaciones de la Policía.
Se registraban en libretas de detenidos con el rotulo de “incitar al libertinaje” y a los travestis como “pederastas pasivos”.
Se los alojaba en celdas comunes en las Seccionales Policiales: en un patio las mujeres y en celdas colectivas los travestis cuando eran detenidos por Investigaciones.
Era usual por las mañanas que todos fueran trasladados en un ómnibus al Departamento de Profilaxis del Ministerio de Salud Pública; al regreso eran liberados siempre antes de las 24 horas desde su arresto.
Durante la detención, al medio día se les proveía de comida traída de la Guardia Metropolitana y pan elaborado en la panadería de Talleres de Jefatura.
Se llegó al caso hacerse detener para tener un lugar seguro en donde dormir. Había buena relación con la policía.
A quienes querían comprar comida, se les pedía de un bar de la zona. Cuando eran muchos los pedidos venia el mozo y hacia las entregas.
Algunas mujeres eran explotadas y denunciaban proxenetismo.
Lo común era su vínculo con rufianes, que las protegían y asistían con alimentos y abrigos cuando “caían presas”
Les enviaban las cosas por otras personas, para no correr riesgo de ser incriminados por proxenetismo, pues es un delito que admite proceso por la simple convicción del juez.
En los prostíbulos, cuando una pupila se retiraba había muchas interesadas en el remplazo que se formalizaba administrativamente en el Departamento de Orden Público de la Jefatura de Policía a propuesta de la encargada.
Estaban impedidas de tener pareja por la presunción de “proxenetismo”
En 1980, en plena dictadura, fue derogado el viejo Código de Instrucción Criminal.
La policía podía actuar solo en flagrancia. Ni ante casos de alarma pública surgúan aprehensiones. Para averiguar delitos ahora era necesario una orden judicial.
Ante esto el presidente de facto Dr. Aparicio Méndez, firmó el Decreto 690/80 disponiendo que en los procedimientos administrativos de averiguación de delitos, en caso de negativa de implicados o testigos a concurrir a las dependencias policiales, se podían tomar medidas de conducción correlativas y mantenerlos en esa condición por hasta 24 horas, dando cuenta de inmediato al juez.
Las detenciones por prostitución callejera eran consideradas falta y se las informaba al Juez de Paz.
Como se sabe el meretricio está ligado a la edad, aspecto físico y salud de quién se prostituye. Está regulado con especial atención a lo sanitario.
El inicio está enraizado y vinculado con la moral familiar, el sustento y educación. Respecto a adolescentes y jóvenes “El ejemplo” era un factor de hacer prevalecer.
Muchas personas que ejercen o ejercieron el meretricio proceden de familias con la violencia doméstica incorporada y han sido víctimas de relaciones forzosas y delitos sexuales.
Han perdido el pudor y lo eligen como un camino rápido de obtener cosas materiales.
Tierra adentro en las localidades del interior los prostíbulos y lugares de prostitución se ubican en la zona periférica próxima a estacionamientos de camiones y ómnibus.
Se obtiene más o menos dinero según el ámbito en donde se muevan. Algunas/os logran comprar propiedades. Algunas enviaban a sus hijos a colegios privados.
Pero la mayoría eran el sostén de familias numerosas que apenas podían mantenerse con un mínimo confort.
Muchas veces las relaciones afectivas con clientes o personas que conoce en su actividad son una puerta de escape y se convierten en fieles esposas o parejas. Es la oportunidad siempre buscada.
En 1986 un grupo de estas mujeres formo el primer sindicato de meretrices AMEPU y obtuvieron personería jurídica. Aún sigue abierto su Facebook. Se movilizaron y generaron conciencia de su situación.
Su actividad fue reconocida como un trabajo y muchas se inscribieron en el BPS para obtener derechos jubilatorios.
Lo hicieron como unipersonales o mono tributistas. Pero la realidad es que ha habido un continuo decrecimiento de registradas y aportantes.
AMEPU ha ido desapareciendo, cobro fuerza el movimiento OTRAS, homónimo de su similar en España; pretende ingresar al Pit Cnt en cuya sede el 27/11/20 firmaron el estatuto fundacional.
Están nucleadas 174 mujeres, pero afiliadas al gremio solo 50.
Su vocera Karina Núñez comenzó de menor y dice ser 4ta generación de prostituta. Se estima en Uruguay hay unas 13300 trabajadoras sexuales.
Han estado enfrentadas con colectivos feministas que no les reconocen su carácter de trabajadoras sexuales.
Según criterio de Toni Van Pelt Presidente de la organización Nacional de Mujeres de EEUU el trabajo sexual es la versión más extrema de opresión violenta hacia las mujeres.
Más radical es el movimiento feminista-abolicionista, que dice que la prostitución debe ser abolida, erradicada, no prohibida.
Que es un sistema de opresión sexista, racista y clasista. No admite que la mujer considere ese oprobio como un trabajo.
El colectivo trans logró el 19 de octubre de 2018 una ley otorgándoles un subsidio económico de $11500 para los nacidos antes del 1975 que acreditasen haber padevido persecución durante la Dictadura, o que fueron víctimas de violencia institucional o privados de libertad por causa relacionada a su identidad de género, impedidos de libre circulación acceso al trabajo o estudio debido a prácticas discriminatorias.
Las meretrices luchan por un reconocimiento laboral pleno, las más veteranas creen que deben ser consideradas como los colectivos trans con una ley compensatoria.
Criterios antagónicos entre meretrices y feministas.
El Estado debe adoptar una postura Institucional, la regulación está en la propia Constitución.
Art. 10. Las acciones privadas de las personas que de ningún modo atacan el orden público ni perjudican a un tercero están exentas de la autoridad de los magistrados.
Ningún habitante de la República será obligado a hacer lo que no manda la ley ni privado de lo que ella no prohíbe.
