Historia

La presidencia de Oscar D. Gestido y la Cumbre de Presidentes de los Estados Americanos

Punta del Este 1967

El presidente Gestido y la Cumbre de Presidentes de los Estados Americanos.

Y la Guerra fría lentamente alcanza nuestro país.

Miguel Lagrotta

Al inicio de la breve presidencia de Oscar. D. Gestido en 1967, existían muchas tensiones en diversos aspectos de la vida nacional. Nueva constitución, escalada de violencia de grupos terroristas, crisis económicas y la Guerra Fría que comenzaba a meterse con fuerza en nuestra vida. En ese marco el Departamento de Inteligencia y Enlace comienza a preparar los mecanismos de seguridad que debía asumir nuestro país en la futura cumbre de presidentes de Estados Americanos que se reuniría en Punta del Este entre el 12 y el 14 de abril de 1967. Muchos agentes norteamericanos de la CIA que tenían actividad en Montevideo tomaban con mucha preocupación la seguridad de su delegación y elaboran planes al respecto. No tenían dudas de que en el mejor de los casos se produciría manifestaciones importantes de rechazo a la visita de los Estaos Unidos y tomaban en cuenta lo sucedido en México un tiempo atrás. En un informe desclasificado de la CIA se afirma que “ dudamos que los líderes del PCU arriesguen su actual posición favorable en Uruguay con actos de violencia hacia el presidente Johnson…” sin embargo más adelante afirman “hay un riesgo de todas formas, d que las manifestaciones organizadas por el PCU puedan irse de las manos o ser aprovechadas por más pequeños pero más militantes grupos de izquierda como los comunistas pro-China, anarquistas, socialistas o castristas” La visión sobre nuestros sistemas de seguridad y sobre la policía uruguaya también forman parte de l informe “ La policía uruguaya y los oficiales de seguridad ya están trabajando en cooperación con especialistas estadounidenses para asegurar las precauciones adecuadas en el área de Punta del este.(…) creemos que el gobierno uruguayo llevará a cabo la seguridad adecuada para proteger al presidente Johnson en Punta del Este (…)” Al mando de Inteligencia y Enlace estaba el comisario Alejandro Otero quién coordinaba la actividad policial con los militares y con los representantes de la CIA. Estos últimos manejaban un dossier, una carpeta con nombres de personas que creía podría implicarse en acciones subversivas y en una entrevista realizada Raul Vallarino al Comisario Otero, este reconoce tal carpeta y responde “ en esos listados figuraban Sendic, Fernández Huidobro, Rosencof, Amodio Pérez, Alicia Rey Morales, el considerado gran teórico de la guerrilla urbana, es español Abraham Guillén, y su hijo, aunque este último lo teníamos detenido(…) los amigos de Joao Goulart” exiliados en Uruguay, dirigentes del Partido Comunista y la mayoría de los miembros del MLN” Todo esto ocurre en los inicios del gobierno De Gestido. Durante su mandato, restableció el régimen presidencial y reforzó el poder ejecutivo unipersonal, además de rehacer los partidos tradicionales. En el ámbito económico, para hacer frente a una situación sumamente deteriorada y con ánimo de parar la inflación por la que atravesaba el país, devaluó el peso e intentó reorientar la economía en un sentido menos favorable a los intereses agrarios y de los acreedores e inversores extranjeros. Y se llevó a cabo la cumbre en ese entorno complejo

Los jefes de Estado de América se reúnen bajo la impronta de la urgencia. En su intervención en el debate general de la reunión, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, propuso: «Declaremos los próximos diez años el decenio de la urgencia. » Por su parte, el presidente de Chile, Eduardo Freí, destacó que en América Latina se necesita «saber si en los próximos años -y subrayo lo de próximos–, no en el próximo siglo», seremos «capaces de organizar simultáneamente el desarrollo económico y el desarrollo social». En Verdad, coexisten elementos que justifican ese sentido de urgencia. Para recordar sólo los más evidentes, debe mencionarse, en primer término, el hecho por todos conocido de que d objetivo del crecimiento medio anual de 2.5% en el ingreso por habitante, establecido en la Carta de Punta del Este, no ha sido alcanzado en los primeros cinco años de operación de la Alianza para el Progreso. En segundo lugar, el crecimiento de la producción agropecuaria apenas ha mantenido el paso con el aumento de la población, de suerte que se ha conservado estancada la disponibilidad de alimentos por habitante. El sector externo de las economías latinoamericanas sigue asolado por problemas de todo tipo, que han desembocado en el decrecimiento sostenido de la participación de América Latina en las exportaciones mundiales, por una parte, y en la aplicación indiscriminada de restricciones a la importación, incluso a la de bienes de inversión, por otra. En buen número de países de la región, a pesar de la obtención de tasas muy modestas de crecimiento económico general, los procesos inflacionarios se agudizan en la inoperancia generalizada de las políticas tradicionales de austeridad y restricción. Finalmente, como se señaló en la reciente reunión de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (Caracas, mayo de 1967), » la lentitud del crecimiento económico general es un indicador de que en la mayoría de los países de la región no se registran mejoramientos suficientemente rápidos en las condiciones de vida de la población»

La Cumbre de los presidentes de los Estados Americanos que se llevó a cabo en Punta del Este, Uruguay, del 12 al 14 de abril de 1967, también conocida como la Conferencia de Punta del Este, fue un evento histórico en el ámbito de las relaciones interamericanas. La cumbre se centró en discutir y abordar los desafíos y las oportunidades que enfrentaba el continente americano en ese momento.

Antecedentes: En la década de 1960, América Latina enfrentaba una serie de problemas socioeconómicos y políticos, como la pobreza, la desigualdad, la inestabilidad política y la influencia creciente de movimientos guerrilleros. Además, las relaciones entre Estados Unidos y América Latina habían sido tensas debido a la percepción de una excesiva intervención estadounidense en los asuntos internos de la región.

La idea de convocar una cumbre de presidentes americanos fue propuesta por el  futuro presidente uruguayo, Óscar Gestido, en 1966. La Organización de los Estados Americanos (OEA) se encargó de organizar la cumbre y coordinar los preparativos. Se realizaron reuniones previas entre los países miembros para discutir los temas que se tratarían en la cumbre y para negociar posiciones comunes.

Discusiones y temas abordados: Durante la cumbre, los presidentes y representantes de los países americanos discutieron una amplia gama de temas de interés regional. Algunos de los temas principales tratados incluyeron:

Desarrollo económico y social: Se debatió sobre la necesidad de promover el desarrollo económico y social en la región, con un enfoque en reducir la pobreza, la desigualdad y el analfabetismo. Se propusieron medidas para fomentar la industrialización, el comercio y la cooperación regional.

Integración latinoamericana: Se discutió la importancia de fortalecer la integración regional en América Latina y se exploraron propuestas para impulsar la cooperación económica y política entre los países de la región.

Política exterior y relaciones internacionales: Los líderes debatieron sobre las relaciones internacionales de los países americanos y la necesidad de fortalecer la unidad y la autonomía de la región en el escenario mundial. También se abordaron temas relacionados con la Guerra Fría y el conflicto Este-Oeste.

 La Cumbre de Punta del Este produjo varios resultados importantes. Se adoptó la «Declaración de Punta del Este», que estableció los principios y objetivos de la política de desarrollo económico y social de la región.  La cumbre también sentó las bases para una mayor integración regional y el fortalecimiento de la OEA como foro para la cooperación y el diálogo entre los países americanos. Además, se estableció el Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) como un mecanismo para promover la cooperación en materia económica y social.

La Alianza para el Progreso fue una iniciativa lanzada por el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1961 como un programa de ayuda económica y social destinado a promover el desarrollo y mejorar las condiciones de vida en América Latina. Su objetivo principal era contrarrestar la influencia creciente de los movimientos revolucionarios y promover reformas económicas y políticas en la región.

La Alianza para el Progreso propuso una inversión significativa de recursos por parte de Estados Unidos en América Latina. Se planificaron proyectos de desarrollo en áreas como la agricultura, la educación, la salud, la vivienda, la infraestructura y la industrialización. También se buscaba promover la reforma agraria, el crecimiento económico sostenible, la redistribución de la riqueza y la participación democrática.

Sin embargo, a pesar de las intenciones iniciales, la implementación de la Alianza para el Progreso no logró cumplir plenamente sus objetivos. La ayuda económica proporcionada no siempre se distribuyó de manera eficiente ni se utilizaron de manera efectiva para abordar los problemas estructurales en la región. Además, los desafíos políticos, la corrupción y la inestabilidad en algunos países dificultaron su aplicación.

Aunque la Alianza para el Progreso se anunció en 1961, se discutió y mencionó en diversas ocasiones en cumbres y reuniones posteriores, incluida la Cumbre de Punta del Este en 1967. En dicha cumbre, se continuaron las discusiones sobre los desafíos económicos y sociales de la región y se evaluó el progreso realizado hasta ese momento en relación con la Alianza para el Progreso. La Conferencia de Punta del Este en 1967 se llevó a cabo en un contexto regional marcado por tensiones y desafíos socioeconómicos que contribuyeron al surgimiento de movimientos revolucionarios en varios países latinoamericanos.

En Uruguay, en particular, la década de 1960 fue un período de agitación política y social. El país enfrentaba problemas como la desigualdad, la polarización política y la influencia de guerrillas y movimientos revolucionarios. La conferencia en Punta del Este pudo haber sido un catalizador indirecto al resaltar las brechas económicas y sociales existentes en la región, lo que aumentó la conciencia de las desigualdades y las demandas de cambio.

Además, la conferencia y las discusiones en torno a la Alianza para el Progreso generó expectativas y desilusiones en algunos sectores de la sociedad uruguaya, lo que podría haber contribuido al descontento y a la búsqueda de alternativas más radicales.

Sin embargo, es importante señalar que los movimientos revolucionarios en nuestro país y en otros países latinoamericanos tenían raíces más profundas y estaban influenciados por una variedad de factores, como la desigualdad socioeconómica, la represión política, la búsqueda de justicia social y el contexto internacional de la Guerra Fría. Que motivaron las acciones terroristas para llevar adelante un proceso revolucionario a la cubana.

Ver: Vallarino, R. Otero El comisario que enfrentó a los Tupamaros. Fin de Siglo. Montevideo 2017. https://www.elobservador.com.uy/nota/los-45-dias-en-los-que-la-cia-temio-por-uruguay-2017122500

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