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La receta para liberar espacios,

tratar adicciones y terminar con las bocas

Zósimo Nogueira

Práctica, de fácil ejecución. El simple imperio de la ley y a temperatura ambiente. Hay que terminar con la tolerancia a esos viciosos trasgresores  que perjudican a toda la comunidad y especialmente a ellos mismos. El Centro y Cordón atacados y colonizados por marginales de otras zonas con grave afectación de la calidad de vida y salud mental de sus moradores enclaustrados entre sus propias rejas. Ataquemos al encubridor y receptador y el impacto lo tendrá todo el mercado de drogas ilegales. Toda la cadena de introducción, distribución y venta.

Actuemos sobre ese individuo dependiente de las drogas y manipulado por sus proveedores.

Poner límites, obligar a dejar ese consumo y ayudar.  Ejerciendo autoridad dentro de la ley.

Cuando compran o reciben la droga de una boca cometen delitos de receptación.

Su identificación, requisa corporal y de pertenencias están habilitadas por la LUC. Si se incautan drogas a la salida de una boca se prueba actividad delictiva.

De ellos y de sus proveedores. La transacción es cuasi que infraganti, de fácil prueba con grabaciones visuales y escuchas. Cuanta información se puede procesar.

Horas de arribo, de ausencias, visitas habituales, medios empleados, vehículos, seguridades físicas, filtros, escapes.  

El poco monto no es eximente, lo que se debe probar es el vínculo con su proveedor. Tanto luchamos por la luc, fuimos al parlamento a fundamentar. Hay que aplicarla.

Procedimiento simple. Traslado a sede policial, requisa de la sustancia ilegal, indagatoria sobre su procedencia e informe al fiscal

A cualquier boca la concurrencia es masiva, esta operación se puede repetir muchas veces en una misma jornada. Digamos, un rato de vigilancia y seguimiento con apoyo fílmico y de audio; se cuenta con buena tecnología.

Luego, allanamiento y aprehensión de los moradores de la finca en donde se expende  droga, sea con la normativa actual o con la modificación que algunos impulsan.

A partir de ahí se estará a lo que resuelva la justicia.

Se alimenta un banco de datos con información del comprador o consumidor, tipo de droga incautada y de no mediar una resolución de privación de libertad se le direcciona a un centro ambulatorio de atención de adicciones.

Información útil para inculpar al proveedor y para tratar clínicamente al adicto.

Mientras esos consumidores estén bajo tratamiento menos demanda y si se logra que puedan desprogramarse definitivamente se recuperan vidas y se reduce el mercado consumidor.

Si en forma similar se aprehende nuevamente a alguno de estos consumidores se lo intimara por escrito para que concurra a un centro de tratamiento de adicciones y en caso de otras detenciones similares  será penado con cárcel y obligado a tratamiento de sus adicciones.

Está claro, habrá que legislar innovando o acondicionando la normativa vigente.

Sin comprador no hay vendedor. Sin comprador los negocios desaparecen, cambian de rubro, dan quiebra, se funden.

Es muy estrecha la relación proveedor-consumidor y cuando una boca es cerrada al día siguiente es reemplazada por otra, del mismo bando o de la competencia.  Es plata fácil, consumidores seguros, tolerados, intocables.

Para combatir el delito organizado hay que romper vínculos.

Romper el vinculo consumidor proveedor. Si hay menos consumidores, el mini-distribuidor tiene problemas con el mayorista y este con las cadenas superiores de origen y embarque o tráfico.

Lo que tenemos al alcance y visible es el consumidor. Ahí se debe atacar.

Hay que abordar el problema,  Si es un enfermo hay que tratarlo.

Que ya se penalizó el consumo y no dio resultado. La propuesta es otra.

En otros tiempos, cuando alguien estaba se drogaba en lugares públicos era aprehendido y en algunos casos terminaba preso, por mero consumo.

El enfoque es otro, Se debe reprimir la compra de la droga en la boca, no el acto de consumo en sí.

Buscar elementos incriminatorios contra el proveedor que habiliten la inspección de su domicilio y su detención. Con poca o ninguna incautación de sustancias se pueden reunir elementos de juicio suficientes para una acusación fiscal.

Requiere de un poco más de trabajo, pero se actúa con mayor profesionalidad.

Más garantías. Menos holgazanería.    

Basta con un poco de ingenio. Documentar movilidad  y objetos vinculantes, utilizando la tecnología que hoy está al alcance de los organismos públicos. Medios visuales y sonoros, incautación y análisis de teléfonos celulares. 

En este mundo de drogas; es normal la traición, soplones y se acciona con pase y cobro de cuentas.

La violencia se traslada a los lugares de residencia de los marginales, tanto a los barrios periféricos como a las actuales suntuosas residencias

Y como todo está conexo, hay repercusiones en las cárceles y de allí salen información y órdenes.

Se dice que existe una Cárcel de máxima seguridad en Comcar. No me trasmite confianza por su interacción con los demás módulos del complejo carcelario,

Algo se puede hacer. Deben funcionar allí inhibidores de señal telefónica para reducir al mínimo las comunicaciones intra y extra cárcel. 

Eso evita o retarda venganzas y cobros de cuentas, balaceras y muertes. También reyertas y muertes en la interna carcelaria.

Para quienes insisten en cárceles por fuera del Ministerio del Interior deben mirar alrededor.  En Argentina hay una policía penitenciaria muy especializada.

En muchos países de sud América como es el caso reciente de Ecuador son intervenidas por unidades militares.

Cuántas muertes de autoridades carcelarias hubo en estos días en Ecuador.

No es una actividad light como se piensa, reeducación y socialización solo es posible dentro del orden, imponiendo hegemonía.   

Es un fierro caliente que solo lo quieren y promueven “quienes aspiran a un carguito político”. 

La realidad carcelaria no es la que se muestra cuando se recibe la visita o inspección de una autoridad, un parlamentario o el Comisionado.

La realidad actual se disfraza y acomoda, lo hacen los carceleros y los propios presos que la regentean en las sombras del poder paralelo.

Ese poder difícil de contrarrestar y mucho menos con una formación civil de criterio pedagógico.

Otra unidad presupuestal, más dinero a sacar del erario público.  El problema no es la dependencia de tal o cual Ministerio, de independencia técnica o no.

Hay que construir nuevas unidades carcelarias con otro formato que permita liberar conciencias.

No es cuestión de más comodidades, es cuestión de evitar y debilitar liderazgos. Rompiendo vínculos internos y externos con sus organizaciones criminales.

Esos mismos líderes con recortes de poder, sin presiones ni necesidades de organizarse defensivamente pueden pensar en un “parate” y terminar con su actividad criminal.

Sobre prisiones y presos no se puede soñar demasiado. Quien no quiso estudiar y trabajar afuera no lo quiere hacer adentro. La ley no permite el trabajo obligatorio, ni es conveniente desde una mirada de seguridad.  Implica una gran movilidad.

Téngase en cuenta que el público de afuera es el mismo publico de adentro. Jóvenes-viejos, sanos-enfermos. Vagos y laboriosos. Sumisos y rebeldes etc.  

Desde analfabetos a universitarios. Imposible planificar trabajos acordes a las habilidades de cada uno. Se habla de privatizar, pero las tareas de mantenimiento, limpieza y elaboración de alimentos son actividades controlables. Bajan tensiones.

La orientación ha de ser generar habilidades, y conocimientos para un futuro egreso. Promover la educación y el estudio y más fácil y redituable. Otra variable muy diversa. El tiempo de egreso y la realidad social de ese momento. En eso el INR ha avanzado.

Volviendo al inicio, cuantas angustias de familiares de esos adictos serán aliviadas;  y del vecindario también, afectados en su salud mental por la presión de convivencia a la que son sometidos. Urge la liberación de espacios.

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