Noticias

La semana de Maneco y Cristina

Fátima Barrutta

Esta semana hubo dos acontecimientos conmovedores. Uno fue celebratorio y planificado. El otro, inesperado y triste. El primero consistió en el homenaje a Manuel Flores Mora en el centenario de su nacimiento, realizado en la Biblioteca Nacional con la participación del expresidente Julio María Sanguinetti, el docente e investigador Gustavo Toledo, el director de la Biblioteca y escritor Valentín Trujillo y la poeta Ida Vitale.

El segundo, la partida de Cristina Morán, emblema de las mujeres uruguayas, pionera como comunicadora y extraordinaria actriz.

Maneco

Nacido el 4 de setiembre de 1923, el inolvidable Maneco Flores Mora fue protagonista, junto a Carlos Maggi, Idea Vilariño, Ángel Rama y la misma Ida Vitale, entre otros grandes, de la generación del 45, una pléyade intelectual que en muchos sentidos diseñó la cultura uruguaya.

Con emoción, Trujillo abrió la ceremonia compartiendo la foto en la que aparecen casi todos juntos, rodeando al español Juan Ramón Jiménez en ocasión de su visita al país.

(Tal vez como un misterioso augurio de que sería al día de hoy la única sobreviviente de ese grupo, Ida aparece en el centro exacto de la foto, mirando a cámara con expresión melancólica).

El profesor Toledo trazó un entrañable retrato de Maneco, quien fuera sucesivamente diputado, senador y ministro, constituyéndose en figura clave del Partido Colorado: “un intelectual que se esconde detrás del político o un político intelectual”. Recorrió su amistad con Carlos Maggi desde la juventud, cuando escriben juntos un libro sobre Artigas que es premiado y se convierte en uno de los primeros best sellers del Uruguay, por la masiva distribución que hace de él la autoridad de la enseñanza. Su participación brillante en el periodismo escrito: desde crónicas policiales y deportivas hasta columnas de opinión que influyeron fuertemente en varias generaciones: una que lo leyó en los 50 en las contratapas de Marcha y otra que lo hizo en los 80 en las de Jaque. Su pasión por la democracia y la libertad, en suma, expresada de manera siempre elocuente, que no escasual que lo haya llevado a morir el 15 de febrero de 1985, el mismo exacto día en que retornaba la democracia al país, un objetivo por el que luchó con coraje y denuedo.

“Yo siempre tenía una gran angustia: si Maneco y Maggi discuten, ¿a quién tengo que creerle?” añadió con humor Ida Vitale. Y Sanguinetti agregó anécdotas muy jugosas, sobre la facilidad extraordinaria con que Maneco era capaz de escribir el guion de un programa de radio en quince minutos, o los códigos de honor de una época que condujeron a ambos a enfrentarse en un duelo, con un abrazo posterior que Sanguinetti describió visiblemente emocionado.

Por una ironía del destino el evento tuvo repercusión por una circunstancia menor: el escándalo que hizo uno de los hijos de Maneco antes del comienzo, por razones personales ajenas al cariño que todos los presentes sentían por el homenajeado.

Pero eso no empañó la emoción de la jornada y tal vez reveló algo más: una simiente de rebeldía que Maneco legó a su familia y que, en cierto modo, es un activo que también nos identifica como uruguayos.

Cristina

La semana terminó con la triste noticia del fallecimiento de Cristina Morán, luego de 93 fecundos y hermosos años de existencia. La mujer que se abrió camino en el periodismo, en una sociedad tradicionalmente machista. La mujer que le puso cara a la televisión uruguaya desde la primera imagen que llegó a un aparato. La fundadora de la Asociación de Mujeres Periodistas, la madre y abuela que protegió ella sola amorosamente a los suyos, la columnista que opinó fuerte y claro sobre los grandes temas del país, la actriz que emocionó e hizo reír desde los escenarios y también desde la pantalla de cine.

Sin duda la mejor síntesis del legado de Cristina fue la que dio su propia hija Carmen a la prensa en estos días: “Fue una mujer icónica, fue un emblema, pero sobre todo fue mi mamá, fue una gran madre que estuvo en los momentos más importantes de mi vida y en los más duros también”.

Vale la pena recordarlos a ambos en esta nota.

Hablar de Maneco y de Cristina es referirse a un Uruguay culto, libre, tolerante, intransferiblemente comprometido con la libertad y con el amor a sus hijos.

Compartir

Deja una respuesta