Leal: Fue por lana y volvió trasquilado
Daniel Manduré
Danilo Astori lo acaba de decir a la prensa: “Leal cometió un error muy importante al ir a encontrarse con los padres de Astesiano. Complicó aún más las cosas y dificulta la salida de este tema” Contrasta la sensatez de Astori con las declaraciones mamarrachescas del resto.
Leal fue a la Barra del Chuy en esa búsqueda desesperada de información a través de la cual obtener un beneficio político y termina como indagado de la justicia. Fue por lana y volvió trasquilado
Creó una gran expectativa sobre el tenor de su reunión, nos íbamos a sorprender con sus increíbles y contundentes declaraciones decía el dirigente frenteamplista Gustavo Leal, anunciando que a la salida de fiscalía iba a explicar todo, refiriéndose a su llamativa visita a los padres de Astesiano.
Toda una gran expectativa para nada. Porque salió por una puerta trasera y sin realizar declaraciones. Huyò despavorido.
Lo único sorpresivo fue que pasó de testigo a indagado.
La tierra iba a temblar, el monte rugir, pero solo terminó pariendo un ratón. La montaña parió un ratón, como dice la fábula de Esopo.
Eso fue lo que pasó con el denominado caso Astesiano. ¿Qué queremos decir con esto? ¿Qué el caso es menor o insignificante? No, claro que no.
Fue un hecho lamentable, que se inició con un error importante del propio presidente. Él se equivocó feo. Pero lo reconoció, asumió el error.
Pero a partir de allí se inició una campaña de nunca acabar. Todo se interpretaba de acuerdo a valoraciones políticas y al lugar del mostrador en el que cada uno se encontrara, en vez de esperar las conclusiones a las que arribara la justicia.
Se llegó a hablar de inestabilidad institucional hasta se llegó a pedir la renuncia del presidente. Se hablò de seguimientos y de espionaje, que la justicia ya descartò.
Los fuegos de artificio, la estridencia de la denuncia y la desesperada búsqueda del redito polìtico parecía ser, lamentablemente, más beneficiosa electoralmente hablando, que la espera responsable de la voz de la justicia.
El dictamen de la justicia parecía no importar porque la palabra de Astesiano era sacrosanta. Los audios que trascendían valían más que la voz de la justicia, eran la verdad revelada.
Hasta que apareció en escena un importante dirigente frenteamplista, Gustavo Leal, interfiriendo con la labor de la justicia. Al que se acusa de haber ofrecido dinero y “apoyo” a los padres de Astesiano.
Astesiano, el de la verdad revelada pasó a ser un gran mentiroso. Astesiano miente! gritaba indignada la dirigencia frenteamplista.
“Solo viajò a ofrecer apoyo e interesarse en saber cómo estaba mi hijo”, se le pudo escuchar decir a su padre en una muy difusa y cuestionable declaración.
Recorrió más de 300 km, un maratónico viaje al Brasil, para saber como estaba emocional y anímicamente Astesiano. Tan ridículo como increíble.
Como en todos los casos, en el tema de Gustavo Leal la justicia se expedirá, tal vez pueda no tener otro tipo de consecuencias judiciales pero si terminò salpicando a su fuerza política, que seguramente conocía y respaldaba los pasos de Leal.
Leal le termina arruinando “la fiesta” al Frente Amplio.
Primero el senador Carrera y su affaire, que espera resolución, ahora el sociólogo Leal.
Parecería que cuando de comprar silencios en alguna ocasión o información en otras algunos se mueven como pez en el agua.
Pero en la política no vale todo, no debería, por lo menos, valer todo.
Una vez màs y como no podía ser de otra manera el inefable presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, habló, mintiendo, retorciendo lo sucedido y con falsas oposiciones que menosprecian la inteligencia de la ciudadanía.
Mantenemos lo de siempre, que todo el peso de la ley actúe sobre los responsables de posibles delitos, sea quien sea y caiga quien caiga. Repito, caiga quien caiga.
Pero que sea la justicia quien lo dictamine y ante ella nos rendimos y no el griterío de los politiqueros e inmorales de siempre.