Los colorados
“Todos… menos uno”
Es cierto que las “campañas electorales” complejizan las relaciones internas en los partidos políticos: siguiendo con una regla no escrita, se juntaron 5 de los 6 precandidatos colorados para excluir a Tabaré Viera de un acto público. Y no hay peor violación a la libertad que no igualar a todos los contendientes bajo un mismo lema. No invitarlo fue una censura política que no pasará desapercibida. Pero más allá de las controversias circunstanciales, resulta difícil asumir la exclusión de compañeros de ruta, cuando después de junio, al otro día de las `primarias´ de los partidos, todos quienes profesan una misma ideología van a tener cruzar los mismos puentes: la meta es el camino, dinamitar los puentes es censura. Que 5 de los 6 presidenciables colorados hayan sido invitados al acto de campaña de un futuro postulante a intendente, y se haya excluido al único colorado con antecedentes municipalistas, provoca un desasosiego que impone más firmeza. El desafío debe estar en las ideas. La búsqueda constante por preservar la “unión” también debe ser un objetivo. Para Tabaré Viera llegó el tiempo de reivindicar los postulados del batllismo para hacer viable su ideario en la coalición republicana, rumbo a un nuevo gobierno. Sus ideas pasan por una reforma tributaria que suavice el Irpf, eliminando las franjas más bajas, generando mayores posibilidades de deducciones para quienes ganan más; el fortalecimiento de los gobiernos de cercanía, con la creación de una escuela de gobernantes municipales; la modernización de las empresas públicas; y el apego a la institucionalidad con acento en los derechos humanos, serán áreas de especial consideración. En su programa de gobierno habrá espacio para reivindicar el laicismo, la incidencia estatal y el necesario republicanismo para cohabitar a partir de las diferencias sin exclusiones. No descarta que su idea del “espacio abierto” abra el juego a la vinculación con otros partidos para horizontalizar al batllismo como meta. Su “propuesta” serán las reformas estructurales del país.
Todos en política -el que más y el que menos- enfocan su accionar futuro sobre la base de las “estrategias” que encaminarán el largo proceso electoral que se avecina. Posicionarse en un contexto de supuestos liderazgos, es algo bien complejo cuando las perspectivas son limitadas por lo compartimentada que se observa a la coalición. Los colorados, en particular los batllistas, parecen haber “copado” al partido. Con 6 precandidatos en el menú no se observan colorados ubicados por fuera del “batllismo”. ¿Cómo te ubicas en este contexto y hacia dónde apuntan tus propuestas?
El batllismo ha sido tan importante para el Uruguay, que ya no hay quien lo combata, sino que en casi todos los Partidos, hay quien lo reivindica.
Yo soy Batllista por ideas, y además por la forma que he encarado mi gestión al frente de diferentes responsabilidades de gobierno. Pero fundamentalmente lo soy por las propuestas que voy a impulsar y a defender dentro de una coalición como la Republicana, que alberga diferentes partidos con muchos matices.
Seguramente en la primera etapa del proceso electoral, de cara a las elecciones internas y primarias que serán en junio próximo, estaré expresando diferencias con los demás precandidatos del PC.
El Batllismo es reformismo, es trabajar con un estado presente para asegurar el desarrollo con equidad. Por ejemplo, hay mucho para trabajar en materia de desarrollo territorial, de descentralización, de elaboración de políticas públicas que atiendan las realidades sectoriales. Para eso fue que reformamos la Constitución en 1996 y establecimos, entre otras cosas, la creación de Comisiones Sectoriales y fondos especiales como el de Desarrollo del Interior. Hay que avanzar con esa herramienta teniendo en cuenta que apenas se proyecta y trabaja con un tercio del Fondo, que es el que corresponde a los Gobiernos Departamentales. El complemento está en el presupuesto de varios ministerios, y si bien no digo que no se lo ejecute, no se rinde debida cuenta en el ámbito de la Comisión Sectorial, lo que impide tener la sinergia necesaria con los proyectos departamentales de desarrollo. Eficiencia en el gasto; planificación y ejecución coordinada: esos deben ser los objetivos. ¡Cuánto más podremos hacer con los mismos recursos!
Si ponemos en la mira el “sobretodo de don Pepe”, ¿qué ideas concretas de aquél viejo batllismo recrearías a futuro, para dotar a la coalición de aquella filosofía política que impregnó al siglo pasado, e incluso a éste, con sus ideas sobre el rol del Estado y el progresismo. ¿Se puede ser batllista y coalicionista?
La coalición es una herramienta de gobierno que exige la realidad política de la República hoy.
Somos y seremos la voz batllista dentro de ella.
Defendiendo las empresas públicas eficientes, modernas y en competencia, estaremos haciendo batllismo. Una educación pública fuerte y de calidad, como la base fundamental para la equidad, cohesión social y progreso, serán esencialmente los formadores de ciudadanos para una República democrática y libre. La justicia social como eje de una acción de gobierno centrado en la ley, y en el desarrollo del individuo por sobre lo colectivo, sigue siendo nuestro compromiso político e ideológico.
En tu trayectoria el “municipalismo” como fenómeno social es tu esencia: difícil es desligar a la Intendencia de Rivera de Tabaré Viera. Dicho esto, los colorados no han sido muy afines en fomentar la descentralización que sirvió de base a la estructura que don Pepe Batlle recreó en su reforma partidaria. ¿Cómo pensas desafiar a las bases para que los colorados busquen ser referentes en los concejos vecinales, en los Municipios y en las Intendencias?
A esta altura de mi vida, y con mi trayectoria tanto a nivel parlamentario, como en el ejecutivo nacional y departamental, creo que puedo representar en el Partido Colorado la síntesis del interior y la capital.
A nivel partidario estoy convencido qué hay que trabajar diferente a como lo venimos haciendo, porque han cambiado muchas cosas y la realidad partidaria es distinta. Cambió la sociedad y el mundo es otro.
Lo he propuesto reiteradamente.
Tenemos una linda oportunidad de reorganizar la tarea partidaria formando nuevos militantes y líderes a partir de los Consejos Municipales, como cargos de gobierno accesibles en todo el país.
Con la separación de las elecciones en el tiempo se puede acceder a casi cualquier gobierno departamental, siempre que preparemos propuestas, candidatos y campañas inteligentes y convincentes. Además, ya no deberíamos desangrar a los dirigentes con campañas internas agotadoras en todo los sentidos. Hay que elegir al candidato único del Partido un año antes y guardarnos para las que valen que son en octubre. Así, de abajo hacia arriba, debemos encarar la tarea partidaria.
En Salto el desafío electoral es na constante. Por tu asociación con Germán Coutinho, el precandidato a Intendente Marcelo Malaquina, no te invitó a su lanzamiento de campaña, como sí lo hizo con los otros 5 presidenciables a la interna colorada. ¿Ese “todos menos uno” puede verse como una oportunidad para marcar la diferencia?
Cada uno es libre de convocar a un acto propio e invitar a quien quiera. Por lo que tengo entendido Marcelo Malaquina, hijo del gran intendente y particular amigo mío Eduardo Malaquina, está lanzando su candidatura a la Intendencia de Salto. En ese sentido decidió convocar a todos los precandidatos a presidente del PC, ya que aceptaría a su vez apoyos de todos los sectores. Me ha exceptuado a mí en su invitación por lo que interpreto que no acepta apoyos departamentales de quienes me siguen a mi. Creo que cometió un gran error con esa discriminación, lo compruebo con la cantidad de llamados que he recibido desde esa ciudad, de amigos comunes que estaban entusiasmados con su propuesta y no quedaron contentos con esa actitud. Trabajamos en un proyecto político junto al Senador Germán Coutinho, nuestra propuesta está abierta a todo el mundo, no excluimos a nadie. Son todos bienvenidos.
¿Cómo encaras tu campaña `país ́: en las redes, entre la dirigencia, sobre la base de propuestas, con `gabinetes en las sombras ́ para marcar la cancha no sólo respecto a los adversarios políticos, los de los otros partidos, hacia adentro de tu partido y hasta de la coalición republicana?
La campaña se basará en una comunicación amplia hacia la ciudadanía. Utilizaremos todas las herramientas que hoy ofrecen las TICs.
Lo importante será el contenido.
Por eso ya comencé a trabajar en la formación de equipos, algo que es parte de mi estilo de trabajo. Esos equipos serán abiertos y la incorporación de voluntarios a hacer sus aportes en ideas y propuestas, también será abierta.
Así construimos el exitoso proyecto departamental de Rivera. Con amplia participación.
En estos últimos días -Virginia Cáceres- una dirigente en la que los colorados habían puesto su punto de mira rumbo a la interna, optó por gerenciar la educación, autolimitándo su futuro en la contienda electoral. ¿Cómo debe leerse esta actitud?
Virginia Cáceres es un activo del Partido. Es una gran batllista, una gran profesional y mejor persona.
No podremos contar con ella como habíamos pensado para la carrera electoral, pero el país contará con ella en la gran tarea de ejecutar la reforma educativa tan necesaria para nuestro futuro.
Creo que hizo una opción con mucha generosidad personal, porque se que es un sacrificio para alguien que tiene una real vocación política partidaria. Le deseo mucho éxito y estoy seguro que lo tendrá.
Si fueras el candidato de la coalición: ¿encararías una reforma impositiva?, ¿qué harías con el Imessi, por ejemplo?, cómo priorizarías el bienestar en las zonas de frontera?, ¿dolarizarías al Uruguay como Milei propuso para Argentina?, ¿mantendrías el Irpf?
El IRPF es el impuesto más injusto que tenemos en Uruguay, porque es un impuesto al trabajo. Tampoco es fácil eliminar una fuente tan importante de ingresos para un estado que sigue siendo deficitario.
Hay que hacer una reforma tributaria para ir suavizando su impacto y eliminando las franjas inferiores, generando espacio para las deducciones fiscales de quienes ganan más. Un gobierno serio y responsable no debería amputarse una herramienta económica tan importante como la monetaria, eso nos diferencia con Argentina. En ese sentido, creo que Uruguay debe seguir con una política monetaria y tipo de cambio libre como el que tiene.
Los batllistas somos una mezcla de liberales políticos con intervencionismo económico. En todos los casos la institucionalidad del país es la clave para que esto suceda, por eso la reforma de la seguridad social era un objetivo inmediato, tanto como resolver el camino para la transformación educativa.
Hay colorados que han sostenido –opinando en la prensa- que las candidaturas podrían atomizar al Partido. Sostienen que si la diferencia de votos entre los precandidatos no fuera relevante, se podría pensar, en el marco de una Convención, elegir otro candidato de acuerdo. ¿Qué opinión te merece tanto escepticismo?
El que manda es el voto.
El tiempo de resolver las cosas en un “cuartito” es cosa del pasado.
Sea cual sea el resultado de los números en las internas, se va a respetar el voto a rajatabla. Que nadie imagine un camino oblicuo como herramienta para las construir candidaturas. Lo colorados dirimiremos el futuro en libertad.