Política Internacional

Lula; mediador tendencioso  en conflicto bélico

Lorenzo Aguirre

El presidente brasileño Lula de Silva reafirmó su apoyo al mandatario chino Xi Jinping, manifestando su compromiso “a construir relaciones más estrechas, y dar forma a un “nuevo orden internacional” más justo y equitativo”. Luego de tratar “temas importantes”, hicieron una breve y descafeinada referencia respecto al enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania.  Lula da Silva y Xi Jinping coincidieron que, “el diálogo y la negociación son la única vía para solucionar el conflicto”, pero al mismo tiempo, el presidente brasileño se opuso a dar armamento a tropas ucranianas, y al igual que Xi Jinping, a las sanciones a Rusia. Es oportuno recordar que, el pasado mes, Xi Jinping estuvo en Rusia, estrechó lazos con Vladímir Putin, y firmó “una amistad sin límites”.

Lula da Silva, se entromete en el conflicto entre Rusia y Ucrania marcando una posición ideológica que no busca el camino del medio. De manera socarrona, aporta pólvora al asunto, además de hacer correr en los medios de comunicación un pensamiento parcializado, e infame. El mandatario, resaltó que, Kiev, de una vez por todas debe ceder la península de Crimea, a Rusia, y de esa forma poner fin a la guerra, para después enfatizar: “Volodímir Zelenski no puede quererlo todo”.

La respuesta a la manifestación insolente, no se hizo esperar, y el gobierno de Ucrania, señaló: “no renunciaremos a Crimea, y no existe una razón legal, política, ni moral, justificando abandonar el territorio”.

Lula da Silva, por más que ponga carita de apóstol inocentón, y evangelizador, no pretende en absoluto ser mediador en busca de paz, y nada le importa el respeto a la soberanía e integridad territorial de Ucrania por más que diga ser “observador de los principios de la Carta de Naciones Unidas”.

Lula da Silva, a un mes de haber asumido la presidencia de Brasil, formuló una propuesta de mediación, como así también la posibilidad de elevar un proyecto a su homólogo chino, Xi Jinping, más allá que, el ex agente del KGB, y su gabinete de pro nazis – aunque para los ultraizquierdistas y terrorista uruguayos, Zelenski, es nazi, dejando en evidencia la ignorancia, pues desconocen su origen judío, siendo su abuelo asesinado en el holocausto, mientras su abuela escapó de los nazis al ser evacuada a Kazajistán  – hicieran saber que, “las conversaciones de paz son imposibles, teniendo en cuenta el contexto actual”, para después agregar: “no solo se mantendrá la guerra, se reforzará la operación militar en Ucrania”.

Hablando de nazismo, y teniendo presente los “conceptos” de la muchachada comunista y esos “alocados” uruguayos – no fueron luchadores sociales, ni surgieron para salvar al país, sino simples vulgares escatológicos cobardes con ambiciones personales, y designios del extranjero – apoyando a Putin, sería bueno recordarles que, el “sistema Marine Le Pen”, de corte ultraderechista pro nazi, apoyó a Putin cuando anexó Crimea, siendo retribuida por el autócrata ruso, con 9 millones de euros para su campaña electoral del pasado año, en las presidenciales de Francia.

Entonces… ¿quién, es nazi?… ¿Zelenski, o ese enfermo mental con aire de “emperador” y colonialista que dice ayudar “el regreso a casa”, de lituanos, letonios, y estonios, pero muy especialmente a suecos y finlandeses, porque quiere renovación, poderío económico, y aquella Europa del Este – comunismo en tiempos de Stalin – para potenciar una unificación ultranacionalista y desestabilizar la Unión Europea?

El psicópata asesino Vladímir Putin, intenta quebrar el bloque europeo, pero por supuesto sin molestar a los burgueses de Bruselas, y con una “Nueva Internacional”, establecer un “Orden Mundial Moderno”, reflejado por supuesto en viejos tiempos imperiales, amalgamando nazismo con un zarismo articulado de “sensibilización” financiera – ¡léase capitalismo! -, y potenciar a su país provocando revolución social y desarrollando una propuesta internacionalizada.

Por su parte, el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, poco y nada quiere saber de paz, y señala que, las conversaciones al respecto, deben estar planteadas en una posición enfocada a un “Nuevo Orden Mundial”.

Por supuesto, ese “equilibrio” tendría una hegemonía, siendo los protagonistas la propia Rusia, y China, cuya posición es determinante en la resolución bélica, pero ahora Pekín está amenazando en emplear sus “reales fuegos de artificio” nucleares – ¡pedimos disculpas a Händel, por la chanza! -, y poco ha servido que Ursula von der Leyen – Presidente de la Comisión Europea (brazo ejecutivo del poder comunitario) -, y el camaleónico mandatario francés Emmanuel Macron, se reunieran con el gobierno del gigante asiático.

La Jefa del Ejecutivo europeo solicitó que, China, no envíe armamento a Rusia, pero mirado desde intereses políticos y económicos en función a proyecciones internacionales, suena vulgar, porque los envíos directos (o indirectos) de armamento a Rusia ya violan la ley internacional pues el hecho de “estimular” a un país agresor, tiene a la larga consecuencias nefastas en la interrelación Unión Europea – China, más allá que, el pedido se convierte en coreografía burda, pues Rusia está anunciando desde hace una semana, el despliegue de armas nucleares en territorio de Bielorrusia, ahora convertido en principal aliado de Moscú.

Por su parte, el presidente chino está “estimulando” al ejército, a “entrenarse para el combate real”, a efecto de “defender con determinación la soberanía territorial, los intereses marítimos de China, y esforzarse por proteger la estabilidad periférica en general”.

Dichas declaraciones fueron luego que, el ejército chino realizara “ejercicios militares” – ¡nada tiene que ver con hacer lagartijas! – cerca de Taiwán, formando una especie de cerco a la isla del gobierno autónomo y democrático que, desde 1949 se separara cuando los comunistas ganaron la guerra civil.

            Xi Jinping, considera que Taiwán es una provincia aún no incorporada a su territorio, y ahora pretende, si fuera necesario, tomarla por la fuerza, pues “la política exterior de Beijing se estructura en el principio de una sola China”.

Lula, no es experto en

política internacional

El presidente brasileño y líder del ultraizquierdista “Partido de los Trabajadores” está lejos en capacidad y conocimiento, para ser “experto en relaciones internacionales”. Más bien, es un verdadero ignorante – ¡para los comunistas es un “preclaro iluminado”! – teniendo la insolencia de manifestar, “Zelenski, no puede quererlo todo”, reflexión miserable, porque una propuesta sobre una situación así de extrema, es apuntar a comerciar territorios.

Hace un año, cuando Lula da Silva era candidato a las presidenciales, ya había “motivado” los corredores de chismes para divulgar su vil pensamiento: “Zelenski, es el culpable de desatar el conflicto”. Una reflexión de “destello cósmico” tomada como “acto de fe” – reflejada en la revista “Time” -, dejando en evidencia otra vez, ignorar la realidad ucraniana.

Es oportuno destacar que, cuando Ucrania pidió a Brasil buscar apoyo, Lula demostró cinismo al declarar ser neutral, y no estar implicado en esa guerra.

Sin embargo, Brasil, no sumó a las sanciones occidentales contra Moscú, y en forma paralela autorizó el atraque en Río de Janeiro, de barcos de guerra procedentes de Irán, hecho que provocara asombro e irritación por parte del gobierno de Israel, que tomó el acontecimiento como lamentable y altamente peligroso.

¡cuestión de incomodidades!

Xi Jinping, no ha condenado la invasión rusa, y la Unión Europea hace mímica sacando pecho, al decir que se alejaría de China, si esta consagra su apoyo a la invasión rusa, y suma al “Nuevo Orden” multipolar que busca Putin.

Pero, guste, o no, hay que desenmascarar la hipocresía, y decir que, la Unión Europea, se jugaría – ¡no creo lo haga! – sus dependencias de proveedores sobre materias primas, poniendo en juego el intercambio comercial de 1.000 millones de euros, en bienes y servicios, además de alguna otra monedita en exportación de vehículos, maquinarias, y productos farmacéuticos, “bazar” que coloca a China como el segundo socio comercial y de inversiones, en el bloque europeo.

El riesgo nuclear es cada vez mayor, y los logros científicos para un “menú” de esa índole, no han tenido en forma paralela los avances morales deseados.

Desde la crisis de Cuba, en 1962, la humanidad nunca estuvo tan cerca de una guerra nuclear como hasta ahora, y el empleo de armamento de dimensiones inimaginables, sería devastador – dejando el bombardeo en Hiroshima y Nagasaki, como “petardos menores” -, sumiendo a la humanidad en una global oscuridad invernal.

Quedaría como posibilidad, para que no ocurriera, confiar en la talla moral de los gobernantes de grandes potencias, aunque debo confesar que, al respecto…. ¡no jugaría mis cartas!

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