Nawrocki gana en Polonia…
el Kremlin, molesto
Lorenzo Aguirre
Teniendo presente que ningún candidato logró el 50% de votos en las presidenciales de Polonia, tuvo lugar una segunda ronda en la cual, Karol Nawrocki, candidato por “Derecha Unida”, y respaldado por “Ley y Justicia”, ganó en una elección polarizada. Nawrocki, contó con el apoyo de Donald Trump, pues, la “Conferencia de Acción Política Conservadora”, afín al presidente de Estados Unidos, pocos días antes de los comicios realizó una reunión en territorio polaco, hecho que ampliará divisiones ideológicas, como especialmente la relación con el primer ministro Donald Tusk – asumió en 2023 a través de una coalición centrista -, quien no revirtiera las reformas judiciales cuestionadas por la Unión Europea.
Con una participación en primera instancia de 19.689.000 (67.31%) de ciudadanos, y 21.034.000 (71.63%) en segunda vuelta, Karol Nawrocki, de 42 años de edad, historiador, director del “Instituto de la Memoria Nacional” – encargado de preservar la narrativa histórica desde un perfil nacionalista -, y en cuya gestión removiera los monumentos dedicados al Ejército Rojo Soviético, provocando furia por parte de Moscú, venció con 50.89% de votos a Rafal Trzaskowski, de “Plataforma Cívica” , que obtuvo 49.11% de papeletas.
Por un lado, el oficialismo apoyó a Trzaskowki – alcalde de Varsovia, diputado en el Parlamento Europeo, y secretario de Estado en el Ministerio de Asuntos Exteriores -, segundo en las presidenciales de 2020, y ganando recientemente la 1ra ronda, dejando atrás a Nawrocki, quien fuera respaldado por “Ley, y Justicia” (PiS”), principal partido de derecha, de ideología católica, conservadora, y nacionalista.
Rafal Trzaskowski, figura principal de “Plataforma Cívica” – ideología progresista, posición centro, y partido del presidente Donald Tusk -, exponía liberación económica, integración europea, legalizar el aborto, y la unión civil entre personas del mismo sexo.
Por otro lado, Karol Nawrocki – opuesto a la coalición de gobierno de Donald Tusk -, es el sólido representante de “Ley y Justicia” (PiS”), partido político que forma parte de “Conservadores y Reformistas” (“ECR”), grupo encabezado en la Euro Cámara por los “Hermanos de Italia”, del primer ministro de Italia, Giorgia Meloni.
“Ley y Justicia” sostiene una ideología de democracia cristiana, nacional conservadurismo, euroescepticismo, populismo de derecha, y en su programa es partidario de restablecer la pena capital, apoyar una economía social de mercado, como asimismo proyectar un perfil proteccionista.
En 2020, el partido de referencia – con el aval del gobierno – decretó una ley en la cual, los municipios, debían expulsar a personas “LGTBIQ”.
Para muchos europeístas “Ley y Justicia” tiene una “coloración” de “Solidaridad”, la famosa y polémica federación sindical (fundada en 1980, por Lech Walesa, Premio Nobel de la Paz, presidente de Polonia entre 1990 y 1995, y que patrocinara el ingreso de Polonia, a la “Organización del Tratado del Atlántico Norte” (“OTAN”), como asimismo a la Unión Europea), “estimulada” por Ronald Reagan, Margaret Thatcher, y la propia Iglesia Católica participando en la organización del sindicato, especialmente por intermedio de Karol Wojtyla, más tarde convertido en Juan Pablo II.
Nawrocki, sostuvo una vez más la plataforma de intervención en la economía, como así también gozar de vínculos entre la Iglesia Católica de Polonia, y el gobierno, además de resaltar la oposición al aborto, a la legalización del matrimonio igualitario, y poner énfasis en la protección hacia la familia.
NAWROCKI, MAL MIRADO POR PUTIN De ganar Trzaskowski, se pondría en marcha la implementación de una “agenda reformista”, y un “loable acercamiento” a Rusia, pero, con el triunfo de Karol Nawrocki no existe ese giro radical, más bien una especie de prolongación – posiblemente moderada – en la política conservadora.
Nawrocki, de perfil euroescéptico, ha mantenido dura crítica hacia la Unión Europea, expresando que, la misma, carece de legitimidad democrática, más allá de quejarse por la fatigosa burocracia que presenta.
Nawrocki, fue reticente hacia una mayor integración de Ucrania en la “Organización del Tratado del Atlántico Norte”, y sostiene políticas restrictivas en cuanto a materia migratoria. Por tanto, su postura es un desafío para la eurozona, y podría tensar las relaciones entre Varsovia y Bruselas.
Sería oportuno destacar que, en Polonia, el presidente puede anular, o bloquear, leyes aprobadas en el Parlamento, y de esa forma congelar iniciativas no afines a su visión política.
Hoy, Estados Unidos tiene como estrategia de disuasión frente a Rusia, alrededor de 10.000 soldados en tierras polacas, mientras el Kremlin señala que, el tiempo se agota, y no espera que ningún político polaco vaya a impulsar una “normalización” de relaciones bilaterales.
El presidente Vladímir Putin, que incluyó a Polonia – también a República Checa, Lituania, y Letonia – entre los “países inamistosos atacando los intereses rusos”, busca renovación, poderío económico, aquella Europa del Este – comunismo en tiempos de Stalin -, ignorar acuerdos con Ginebra, no molestar a los burócratas de Bruselas que hacen la vista gorda, proyectar su potencial para unificar los movimientos ultranacionalistas en una acción para desestabilizar la Unión Europea, y repensar la relación con la “Organización del Tratado del Atlántico Norte”… al final de cuenta, si el fuego renueva, y el “Pacto de Varsovia” sintió el lodo, también “se debería poner término a la “OTAN”, pues, cuando Yeltzin y Gorbachov tiraban abajo la Unión Soviética, Europa miraba todo de una manera terrorífica porque de algún modo prefería que continuara existiendo, como así también le agradaba contar con dos Alemania, en lugar de una unificación.
Si lo expresado resulta un poco gordo, recordemos que, tanto Mitterrand, como Thatcher, en alguna medida primero edulcoraron y luego estimularon a Gorbachov para que, el famoso “Muro de Berlín” siguiera imponiendo su “energía” presencial, porque, quizá, una Alemania terriblemente fuerte podría llegar a ser majadera para la Unión Europea.
Putin, enfocado en una nueva era soviética, dejando en segundo plano el obsoleto comunismo ortodoxo, quiere compartir las próximas décadas junto a ultraderechistas, fanáticos, fascistas, radicales, antisemitas, y xenófobos, para establecer un gobierno colonialista con “ideas modernas”.
Bueno … ¡a fin de cuenta, las guerras no son las que vemos sobre la superficie!
¡La realidad se transforma en distorsión, dejando un mundo totalmente erosionado!