Política nacional

“No tienen rumbo”

“Cuanta tierra levantaron por mostrarnos su grandeza, lo que de verdad lograron fue que nos dieran tristeza” (Canción “Grito de Guerra”, Carlos Rivera. Canción Ganadora Festival OTI 2024. Viña del Mar).

Ronald Pais

Basta prestarle un poco de atención a la campaña de los precandidatos del Frente Amplio para que la tristeza sea el sentimiento que nos invada, Al ver la pobreza de sus discursos, la insistencia machacona en los viejos panfletos, la ignorancia inocultable que aflora a cada aparición y la falta de estatura política de quienes pretenden conducir a un país, uno no puede dejar de sentir eso: tristeza.

No enojo, no indignación, ni siquiera fastidio: sólo tristeza.

Los dos han elegido las banderas de siempre, la de la “contra”, la del resentimiento, la de sembrar división, la de no reconocer nada de lo bueno que ha hecho este gobierno.

Han llenado las calles con eslóganes tan vacíos como mentirosos: “El gobierno fracasó” o “No tienen rumbo”.

Saben que, desgraciadamente mucha gente vota por sentimientos y no por razonamiento y explotan esa debilidad al máximo: la movilización por la movilización, el circo por el circo, la mentira sin escrúpulos, la cizaña permanente.

No tienen límites morales y la Intendenta de Montevideo (que ni siquiera a renunciado y sigue cobrando sueldo) utiliza la base de datos de los proveedores de la Intendencia capitalina para “apretarlos” con llamadas telefónicas vendiéndole tickets de mil dólares para una cena de recaudación de su campaña.

Cuando encuentren a periodistas que le pregunten sobre esto, avísenme, por favor.

“Grito desde el corazón, qué se creen esos cobardes. Que se atreven a mandar si no sabe cuánto vale levantarse en las mañanas para ir a trabajar, un beso de despedida, una vela que apagar”.

Son ellos los que no tienen rumbo. ¿El rumbo del PIT-CNT que les marca la agenda y que quiere dinamitar el sistema previsional para apropiarse del ahorro de los trabajadores? ¿El rumbo de Díaz Canel y la Cuba castrista? ¿Será que han escuchado a los cubanos que están aquí, en Uruguay, y al que llegaron buscando libertad? ¿El rumbo de Maduro y la castigada Venezuela? ¿Será que se han dignado a oír a los venezolanos que llegaron huyendo de aquel régimen?¿El rumbo de esas “democracias diferentes” que nunca se animaron a condenar y que de vez en cuando aplauden sin ruborizarse?

Los uruguayos, todos los días al levantarse, deberían mirar al cielo y agradecer que, cuando las crisis de la aftosa y de los bancos, estaba al frente del país el Dr. Jorge Batlle. Y que, cuando la dolorosa crisis de la pandemia, estuvo el actual Presidente, secundado por un equipo que no desentonó.

¿Se imaginan si estos otros folclóricos personajes hubieran tenido el timón en esos dos cruciales momentos? En los 15 años que gobernó el Frente Amplio todo le jugó a favor. Tuvieron un viento de cola de la economía mundial como nunca antes. No sólo no lo supieron aprovechar, sino que la única crisis internacional que les tocó, cuando sus amigos los Kirchner nos cerraron los puentes, no sólo fueron incapaces de solucionarlo, sino que salieron corriendo a pedirle ayuda a Busch (h), Presidente del odiado imperialismo norteamericano.

“Que se atrevan a pensar que son eternos. No se han dado cuenta de que están enfermos. Que aquí vamos a estar todos listos para contemplar la caída de su historia y el camino a su final.”

A mucha de la tropa que los acompaña ya la conocemos. Son los canallas que organizaron cacerolazos durante la pandemia. Los que querían enclaustramiento. Son los miserables del alma que no votaron ni querían que se indemnizara a las víctimas de la sedición. Son los que aún festejan acciones armadas de los tupamaros en las que murieron inocentes como la llamada “Toma de Pando”. Hasta hace poco también festejaban la última insurrección armada contra las autoridades legítimas, pretendiendo desobedecer una decisión del Poder Judicial extraditando a etarras asesinos, el lamentable alzamiento del Hospital Filtro. Son los que en la marcha de la diversidad bajo emblemas multicolores y proclamando tolerancia, atacan, destrozan o enchastran iglesias o propiedades de particulares.

Son los sindicalistas que han contribuido al cierre de más de una empresa por pretensiones absurdas y fuera de la realidad o los que obligaron a los productores de leche a perder miles de litros cuando se les ocurrió una huelga para respaldar a un ladrón.

Son los que bajan la bandera uruguaya del frente de la Universidad y colocan la de Palestina. Son los que persiguen no sólo a profesores judíos sino a cualquiera que no responda a la línea oficial de la izquierda que gobierna nuestra casa mayor de estudios. Son los que, como el decano de la Facultad de Humanidades Pablo Martinis, firmaron un Convenio con el PIT CNT que permitirá a trabajadores ingresar a la UDELAR pese a no haber culminado el bachillerato.

Son los que han penetrado la Fiscalía y el Poder Judicial, haciendo lo que mejor saben hacer, pudriendo lo bueno, arruinando lo que vale.

Son los que se sienten molestos porque Cabildo Abierto le exige imparcialidad de los medios mientras ellos copan TV CIUDAD y convierten a ese medio en un folletín frenteamplista

“Solo queda la memoria, de la lástima que dan. Y el camino hacia su final”

Este gobierno tiene rumbo. En primer lugar, el rumbo de la libertad y la democracia, banderas que no pueden sostener comunistas y socialistas marxistas, cuya historia universal es la historia de la tiranía y de la muerte.

Es el rumbo de la estabilidad económica, recuperando empleos que se habían perdido bajo el gobierno del Frente Amplio, levantando la economía a pesar de sucesos como el del COVID y el panorama de un mundo al borde de una guerra mundial y con graves conflictos que afectan las condiciones económicas y de comercio.

Es el rumbo de reconquistar la seguridad de las personas y la propiedad privada, en lo que se ha mejorado la paupérrima actuación de los gobiernos frenteamplistas, aunque aún queda mucho por hacer.

Es el rumbo de crear las condiciones de un país confiable y creíble, no solamente para la llegada de inversores que dinamicen el trabajo nacional, que es el mejor y único medio de salir de la pobreza, en lugar de la dádiva estatal que la perpetúa, sino también para la gente que llega para radicarse aquí, criando a sus hijos y aportando a esta tierra.

Es el rumbo de respetar el derecho de huelga pero también la libertad de poder trabajar para quién así lo decida, terminando con la prepotencia de las patotas sindicales.

Es el rumbo de reformar la Educación sacando de su orientación a un sindicalismo retrógrado, defensor de sus privilegios, que solo logró que nuestro país pasara a tener desastrosos indicadores en los resultados estudiantiles.

Es el rumbo de orientar nuestra política internacional abriéndonos al mundo y buscando ampliar los mercados para nuestros productos, en lugar de depender de los “amigos” ideológicos que sólo nos aportaron freno y pérdida de oportunidades.

“Las palabras amagadas, los silencios obligados. Las mentiras que dijeron, por robarse unos pedazos” (www.youtube.com/watch?v=5aiWMcvylOg)

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