Editorial

Objetivo: Coalición

César García Acosta

El tiempo pasa inexorablemente, y su tránsito, y los partidos políticos no son ajenos a esa realidad, lo padecen igual que las personas. Los candidatos, las candidaturas, el imaginario social y político con toda su necesidad por alimentarse de la necesaria ilusión del futuro, son aspectos de la cotidianeidad que o pueden pasar inadvertidos, porque a ellos nadie escapa, ni las personas, ni las instituciones ni mucho menos sus organizaciones. Adecuarse a esas realidades es el desafío estructural a asumir, y sólo las ideas –como fuente de inspiración necesaria- serán las que nos pondrán por delante o por atrás de las cosas.

La Coalición Republicana o Multicolor se gestó por una cuestión de coyunturas.

Nadie puede escapar a la realidad de la “colcha de retazos” que tanto se le endilgó al Frente Amplio desde 1971. Hacerlo sólo tendría por significado autocriticarse, porque si algo es esta Coalición Republicana, es eso: una suma de voluntades para impedir que la otra suma de voluntades, con que se integra el país, el Frente Amplio, vuelva a editar una nueva forma de gobierno.

Y eso está a la vuelta de la esquina.

Este fin de semana la coalición de izquierdas dejó en evidencia a lo que puede llegar en el afán por definir su estructura rumbo a los comicios tanto de las elecciones internas, como de las nacionales  y las departamentales.

Con un espectáculo dirigido a las mujeres, la Intendente Carolina Cosse reunió en las canteras del Parque Rodó a miles de mujeres fundamentalmente por el mensaje del feminismo, al tiempo que Yamandú Orsi copó la interna del partido político mayoritario de la izquierda, el MPP, quien lo candidateó como presidenciable.

Cosse, institucionalidad municipalista mediante (usando la estructura del Estado, la Intendencia de Montevideo), se posicionó con visión de ciudad al tiempo que Orsi apuntará al país del interior en la búsqueda por captar el voto perdido. Para lograr esto también apelará a la institucionalidad y la Intendencia de Canelones no será ajena a ese proceso de financiador de campaña tal y como lo ha dejado en clara evidencia Cosse en Montevideo.

Pero todo esto era previsible. Era razonable que si dos Intendentes de un mismo partido se lanzan a la contienda política, sus institucionalidades –deban estar o no a servicio de su partido- los van a seguir fielmente por estas sendas.

El tema es que se hará desde el otro lado: la Coalición Republicana necesita regulaciones internas, requiere de reglas de juego precisas y delimitadas, y jamás podrá encarar una visión país, si no logra antes tener una visión local, hasta municipalista del barrios, de la aldea y del país en su enclave territorial regional.

El tiempo cada vez se acorta más: hoy se le está haciendo el juego al Frente Amplio compitiendo entre sí entre potenciales candidaturas de partidos que en un lado son gobierno y en el otro oposición. Eso genera desgaste y construye una agenda con discursos tan esquivos que hacen perder de vista el OBJETIVO COALICIÓN.

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