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Otra propuesta inconsistente. Allanar de noche

Zósimo Nogueira

Sumado a las insensatas propuestas del “Interruptor de violencia” se insiste en allanamientos nocturnos. Un atajo peligroso ya rechazado. ¿Cuál es la urgencia? Menos esfuerzo y paciencia para la búsqueda de la prueba. Menos certezas. Se habla con tanta firmeza y contundencia como si se trataran de experimentados policías. Una operación policial de esta índole es abrupta e intempestiva. Los abogados no hacen allanamientos, los políticos no hacen allanamientos, ni los jueces, ni los fiscales. A lo sumo podrían o pueden presenciar, fiscalizar y participar de los mismos con el apoyo y protagonismo esencial de la policía, brazo armado del Estado por imperio de la “Ley”. Esos policías de profesión, subordinados al poder político están inhibidos de dar opinión o conocimiento sobre su cotidiano laboral por obligada reserva. Sin posibilidad de cuestionar las resoluciones de los mandos.

Todo se maneja acorde a decisiones jerárquicas, a la responsabilidad del que ordena y a la obligación de obedecer del subalterno.  Al nivel de cada estamento jerárquico.

Políticos sin gran conocimiento del tema insisten y contrarían una reciente consulta popular que resulto negativa.

Coherencia. No a posiciones políticas oscilantes.

No al péndulo de la conveniencia electoral o “electorera”

Respeten al electorado, busquen otros caminos para el fin perseguido.

Los “hogares o domicilios” en que se presume una ilegalidad; son ámbitos muy variados. Deben cuidarse todos los extremos que establece la ley, dár garantías a los destinatarios, o “presuntos” transgresores.

En operaciones diurnas la buena visión ofrece certezas.

El destinatario de la medida cuenta con las mayores garantías, la visibilidad evita posibles excesos de las autoridades.

Esto no ocurre por la noche.

Las luces artificiales facilitan o entorpecen según quien las manipule. Pueden ser interrumpidas.

Permite fugas, ocultamientos, dificulta el hallazgo de pruebas, objetos, sustancias, documentos, dinero etc.

Pero antes de continuar detallando facilidades y dificultades tácticas y operativas pregunto.

¿Por qué y para qué se quiere reformar a la Constitución y habilitar los allanamientos nocturnos?

Se dice del gran problema del tráfico de drogas, y de la venta al menudeo de las drogas ilegales. “Las Bocas”

Para combatir el tráfico los allanamientos, diurnos-nocturnos son algo complementario, accesorio.

Las drogas que circulan ilegalmente son producidas en el exterior, solo hay que evitar su ingreso al país. Difícil. Pero es así.

Las bocas funcionan como un hormiguero, “tacuruses”; a poco tiempo son detectables.

Los consumidores deambulan, las marcan.

Tienen medidas de seguridad, espacios compartimentados, rejas, pequeñas ventanas o boquetes de expendio, poco contacto directo y en muchos casos vigilancia externa.

Algunas poseen visores, cámaras y hasta alarmas de movimiento.

En su interior; se clasifica, fracciona, envasa las diversas drogas, controlan el dinero y en algunos casos reciben artículos como forma de pago.  

En algunas hay familia, ancianos, mujeres, niños. Participen o no de la actividad criminal, comparten hogar y alimentos. 

Miran televisión, manejan comunicaciones telefónicas, duermen etc

Probar la actividad ilegal con tanta tecnología disponible parece algo simple.

Cámaras, drones, grabaciones, interceptaciones telefónicas. Sumado a esto basta con aprehender a consumidores e incautar la sustancia ilegal adquirida, documentando y enterando al fiscal que corresponda.  (La Luc lo permite)

Ya de día el allanamiento; detenciones e incautación de armas, sustancias, dinero y  todo elemento probatorio que se ubique. Chequeo y cruzamiento de números telefónicos, etc., etc. 

Un procedimiento con muchas pruebas que no se puedan lograr con un simple allanamiento.

Se obtiene valiosa información sobre la operativa criminal y sus actores.

Además; parece que el sistema no se percata de que alguien que compra a sabiendas algo ilícito incurre en encubrimiento.

Ese gran coto de omisión debe ser tratado entre los comandos operativos de los organismos con responsabilidad, llámense policía, fiscalía, jueces  y Ministerios del Interior, MIDES e incluso Salud Pública por problemas de salud mental de consumidores.

La solución del micro trafico de drogas y la drogadicción no pasa por habilitar allanamientos nocturnos.  

Otros temas deben ser abordados y considerados.

Ya hemos dicho del control de fronteras, la movilidad de personas, vehículos y bienes. Control migratorio.

Hablemos de cómo se realiza un allanamiento; operativas de la autoridad y reacciones de los destinatarios en este caso “presuntos” malvivientes.

Se conforman equipos de policías, las direcciones y directivas se divulgan por lo general a último momento para evitar fugas de información.

Se rodea el lugar con discreción, por lo general se bloquean salidas, se golpea advirtiendo la medida dispuesta y se irrumpe arma en mano de la manera más rápida posible,

Si esto ocurriera de noche.

  1. Los del interior apagan luces, ocultan armas, droga, dinero y si pueden se dan a la fuga. Si no pueden fugarse luego de de eliminar el máximo de pruebas o indicios permiten el ingreso.
  2. Si son peligrosos y poseen armas bloquean ingresos y la emprenden a tiros con quiera ingresar a su recinto.
  3. Tácticamente quienes están adentro se encuentran con grandes ventajas, conocen el entorno en que se mueven aún en la obscuridad.
  4. Quienes ingresen necesitan de luz artificial, linternas, focos, y eso de por si los hace detectables.

Una balacera en esas circunstancias tiene resultados impredecibles ¿Quién asume responsabilidades?

Seguramente quienes proponen allanamiento nocturno votaron o apoyaron la LUC.

En su articulado un tema muy elaborado y detallado.

Se amplió el espacio hogar para ejercer la legítima defensa (balcones, terrazas jardines, garajes, galpones, patios interiores, barbacoa  etc.) y se incluyo como válido el derecho a la legítima defensa patrimonial.

Al ampliar el ámbito considerado espacio domiciliario, se reivindica “expresamente” su valor y tutelaje.

Parece un gran contrasentido habilitar ingresos e inspecciones nocturnas al hogar sin consentimiento de sus moradores, del jefe de familia.      

De esa confluencia de derechos vigentes (la legítima defensa) y la intención de habilitar inspecciones nocturnas surgen mil hipótesis de conflictos.

Sabido es que hay asaltantes que se disfrazan de policías o de cualquier actividad para engañar y que las sombras de la noche son buscadas para delinquir.

  • Ingresan en silencio “policías encapuchados” a esos recintos accesorios de la vivienda; se produce una balacera, mueren policías. ¿Que prima?
  • La legítima defensa del homicida. ¿O eso se descarta?

El que se esté realizando o no una actividad “presuntamente” ilegal no habilita ingreso sin identificación y notificación de la orden judicial. La búsqueda de sorpresa y aproximación a la zona de operaciones es lo habitual.

¡Pobre Juez, que lo deba dilucidar¡

A considerar:

Una reforma de la Constitución mediante plebiscito solo puede derogarse o modificarse por un nuevo pronunciamiento popular.

Pero las situaciones y realidades varían.

Si en el futuro, un gobierno resuelve perseguir a disidentes ideológicos lo podrá hacer con todo el amparo de la nocturnidad. “Las sombras pueden ser tenebrosas”

Corrupción. Hubo, hay y habrá. Vicios, sustancias, dinero.

La nocturnidad favorece al ocultamiento y fuga de personas, requisas ilegales, “plantación de pruebas” 

Todo esto puede ocurrir de día, pero la noche favorece

Los consumidores; un público enfermo de adicciones propenso a negociados e ilegalidades esta enquistado en la sociedad y en el Estado.  Venalidad por dinero, venalidad por drogas.

Una jornada de contralor detecto que 13  funcionarios policiales del Comcar consumieron drogas prohibidas de manera reciente.    

 Para que complicarla más. No a los allanamientos nocturnos.

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