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Partido Colorado

Cinco candidatos y un caudillo

César García Aosta

La semana que pasó puso luz en el camino del Partido Colorado.

Aunque los relevamientos de opinión pública sigan mostrándose adversos para la colectividad de don «Pepe» Batlle, varios de sus dirigentes optaron por comenzar a recorrer la senda rumbo a las elecciones internas.

Eso genera expectativas y provoca que la gente repare sobre sus postulantes.

Cuando este escenario se dote además de propuestas, seguramente el atractivo de las ideas ordenará hasta dónde será posible, en la lógica de las coaliciones como sistema electoral, pescar los votos determinantes que permitan reeditar un gobierno de la coalición republicana.

Casi sin advertirlo vendrán los comicios nacionales, y ya entrado el 2025, las municipales podrán fin a este largo proceso electoral.

La acción gubernamental ya está impregnada del entusiasmo de un pueblo que sabe que las decisiones radican en su voto. Y la utilidad de ese voto pasará a ser la clave a resolver: ¿qué utilidad tendrá el voto colorado en un contexto polarizado será es la interrogante?

Es cierto que importa mucho a los partidos políticos el componente insustituible del funcionamiento de la institucionalidad, porque en definitiva es quien permite que todo se conjugue. La figura del líder -del caudillo-, es relevante y excluyente a la hora no sólo de tomar decisiones políticas, como el voto, sino como generador de la utopía necesaria de la que se nutren las campañas políticas.

En este contexto los colorados decidieron dar la oportunidad a 6 candidaturas para competir en la interna por el rol presidencial: 5 son dirigentes con perfiles claramente alineados a sus actividades profesionales, pero sólo uno, además de haber sido legislador, intendente, director de empresas públicas y ministro de gobierno, es visto como el último caudillo de un partido que en el siglo XIX y XX tuvo a estas figuras como los verdaderos hacedores de los cambios sociales.

Un hecho relevante es que esta competencia interna para los colorados será el momento no para autodefinirse batllistas, sino para demostrar que ideológicamente se -es batllista-, porque todos, sin excepciones, salen de un mismo núcleo partidario, aunque no todos pueden probar el despliegue de las ideas en sus trayectorias. Los programas y las ideas serán el capital más importante para los pre-candidatos. Y a esto se sumará la estructura –porque esta será una elección de estructuras- a la que se llegará, como se sabe, desde el liderazgo natural y no del circunstancialmente que puedan imponer artificialmente las campañas.

En mi opinión, y respetando a todos quienes crean representar al Partido Colorado, esta oferta que empieza a delinearse, y que se concretará en algunos días con 6 postulaciones (Gabriel Gurméndez, Robert Silva, Andrés Ojeda, Guzmán Acosta y Lara, Gustavo Zubía y Tabaré Viera), se definirá sobre la base de las ideas y la imagen que mejor proyecte cada uno. La certidumbre para la gestión/país, a la vez de la necesaria guía que proyecte ese imprescindible sentimiento de liderazgo difícil de poseer, serán las claves de la contienda.

Los dos gobiernos en Rivera de Tabaré Viera demuestran su perfil batllista, y su capacidad como formador de «intendentes». Es evidencia de esto el ejemplo del actual diputado Marne Osorio y del hoy jefe departamental, Richard Sander cuyas gestiones municipales se han destacado con todo en contra.

Viera es la filosofía batllista reflejada en cada acción de un gobierno como el de Rivera, que no sólo ha marcado la diferencia en el norte, sino que para el partido Colorado ha sido el único ejemplo de una versión gobernante batllista, hasta en lo más adverso durante el dominio de los gobiernos frenteamplistas.

Aunque en un sentido amplio el término «caudillo» se utilice para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno,  el uso que le ha dado a la palabra caudillo una cierta connotación política, es innegable: en esta hora, además de la virtud de la gestión, se requiere del liderazgo político que marque la diferencia. Solo Tabaré Viera se ajusta a esta dinámica.

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