Noticias

Las hermanas Mariposas

Ricardo Acosta

El pasado 25 de noviembre se cumplió como todos los años el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

Se conmemora para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.

La convocatoria fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981 en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en República Dominicana.

Las hermanas Mirabal eran conocidas por su activismo y representadas como “las Mariposas”. Ese era el nombre secreto que usaba Minerva Mirabal en sus actividades políticas clandestinas.

“Las mariposas” fueron perseguidas, torturadas, juzgadas y finalmente asesinadas en el marco de la lucha contra la resistencia del régimen de Trujillo.

Las vidas de las hermanas comenzaron en la lucha por la igualdad y la justicia desde temprana edad, se involucraron apasionadamente en movimientos feministas, defendiendo con determinación los derechos de las mujeres y desafiando las estructuras de poder arraigadas en la sociedad.

La oscura sombra de la persecución pronto se cernió sobre las hermanas. Su activismo valiente y su negativa a someterse a la opresión las llevaron a enfrentar tormentos inimaginables. A través de narrativas desgarradoras, se revela el calvario que soportaron, resistiendo con coraje inquebrantable.

Su sacrificio trascendió el tiempo y el espacio. Su historia se convirtió en una fuente de inspiración para muchas que, motivados por su valentía, se unieron a la lucha contra la violencia de género. Este legado perdura, recordándonos la fuerza transformadora que puede emerger de la resistencia.

El 18 de mayo de 1960 las hermanas Minerva y María Teresa, que eran las más activas políticamente, fueron juzgadas en Santo Domingo junto a sus esposos “por atentar contra la seguridad del Estado dominicano” y condenadas a prisión. Más tarde, el 9 de agosto Trujillo decidió poner en libertad a las mujeres, pero dejó en la cárcel a sus compañeros.

El 25 de noviembre de ese mismo año, cuando las dos hermanas volvían de visitar a sus maridos en la prisión, junto a su hermana Patria, fueron interceptadas en la ruta.

Un Escuadrón de la Muerte del Servicio de Inteligencia Militar, que ya había intentado eliminarlas antes, pero fracasó por encontrarlas siempre con los niños, las obligó a subirse a un vehículo en el cual fueron trasladadas hacia una casa en la localidad de La Cumbre y allí fueron asesinadas.

Sus cuerpos golpeados y sin vida fueron devueltos al auto para simular un accidente automovilístico.

El juicio por el asesinato de las hermanas Mirabal se inició en junio de 1962, una vez caído el régimen, los responsables fueron a prisión, pero nunca cumplieron la pena. Durante la Guerra de Abril, de 1965, los condenados escaparon durante un operativo que tomó la fortaleza donde estaban recluidos.

Los asesinos recibieron asilo en Estados Unidos y murieron de causas naturales.

En el presente, la historia de las hermanas Mirabal resuena con una urgencia renovada. Su lucha sigue siendo un faro de esperanza en un mundo que aún enfrenta desafíos significativos en la erradicación de la violencia contra las mujeres. Sus experiencias proporcionan lecciones vitales para abordar los problemas actuales con empatía y determinación.

Recordando la valentía de las hermanas Mirabal, se nos insta a no solo reflexionar sobre el pasado, sino también a comprometernos activamente en la construcción de un futuro donde la violencia de género sea un recuerdo doloroso y no una realidad persistente.

Compartir

Deja una respuesta