Los escribanos no dan “fé” al proyecto de reforma previsional
La reforma de la seguridad social propuesta por el Gobierno, “no es buena para el colectivo de la caja notarial, ni para la sociedad”. Los escribanos en función de la realidad de su actual sistema previsional, rechazan el sistema mixto del proyecto de reforma, reclamando mantenerse, como marco, “en los principios de solidaridad y redistribución que han sido el orgullo del sector”. Para los notaros su propio régimen “brinda prestaciones de seguridad social y ayuda a la producción de nuestro país, invirtiendo en las finanzas como en la ganadería, forestación, en el sector inmobiliario o ayudando a la producción del país a generar fuentes de trabajo. Esa capitalización colectiva, a juicio de Miguel Corradi, presidente de la Caja Notarial, “derrama en el pagos de jubilaciones, pensiones y servicios de nuestros afiliados.” Parafraseando la máxima de los notarios, “es imposible otorgar fé” a un proyecto de cambio del régimen previsional, porque el actual se autofinancia logrando con su derrame una justicia social que no se observa en otros sistemas del país”.
El proyecto de ley no nos garantiza sustentabilidad, según el informe del Centro de Investigaciones Económicas ( CINVE), la Caja Notarial tendría una sustentabilidad hasta la década del 40, y según el proyecto de ley la sustentabilidad sería igualmente hasta la década del 40 con algún año más de subsistencia.
La Caja Notarial se encuentra recién aplicando la última reforma realizada (Ley 19826), la cual comenzó a regir a partir del 1/1/2020, año critico por la pandemia, comenzando a obtener resultados favorables para el organismo desde el año 2021, 2022 y las proyecciones nos indican que el 2023 va en el mismo camino.
Según estudios realizados en el régimen proyectado no hay cambios en la aportación, o sea que se aporta lo mismo que el régimen vigente. Los que tienen destino distintos son los aportes. En el primer tramo hay cinco quinceavos que no quedan en el sistema de solidaridad y van para la cuentas individuales, en el segundo tramo el 100 % va al régimen de ahorro individual obligatorio (consagrado por el proyecto) y en tercer tramo a diferencia del régimen general queda financiando al régimen de solidaridad, con la gran duda del cálculo del sueldo básico promedio, que es el que se aplica en la jubilaciones
El régimen mixto, el costo de implementación y como será absorbido. El proyecto prevé un costo por transición, para un periodo de 30 años, con una extensión de 10 años, un gasto que implicaría para el estado U$S 850.000.000 (que según las proyecciones de CINVE oscilaría en U$S 100.000.000), estimándose que al final de periodo el 80% de las pasividades corresponderá al régimen de solidaridad intergenaracional, siendo servidas íntegramente por la caja.
Por eso “nos preguntamos ¿qué va a ocurrir cuando cesen esas transferencia?” reflexiona Corradi. Y concluye: “… no se les va a poder pagar a los pasivos cuyas prestaciones devienen de un régimen de reparto, o sea que vamos a tener que seguir pagando las jubilaciones y pensiones que estén en curso de pago con menos recursos. Este costo al que se refiere son las transferencias de rentas generales, del fisco a cada una de las instituciones paraestatales que van a destinar sus aportes al ahorro individual de los afiliados que contemplan.
La Caja Notarial
En 81 años de existencia la Caja Notarial jamás se le pidió dinero al Estado, nuestros aportes lo constituyen: a) Montepío Notarial, b)- las rentas de las inversiones rurales, ganaderas e inmobiliarias, c) el aporte de nuestros jubilados en un 2 %.
Tenemos un directorio honorario formado por 7 directores (electos por los escribanos activos, 1 representante de los trabajadores, 1 designado por el Poder Ejecutivo, 1 por el Poder Judicial, 1 por los Jubilados).
La Caja Notarial es proactiva cada vez que advirtió alguna dificultad en su régimen, desde su creación, hace 81 años, la última reforma se da luego del estancamiento o crecimiento marginal del PBI llegando así a la reforma del año 2019 que entro en vigencia el 1 de enero de 2020 (año muy complejo por la pandemia) , comenzando a dar resultados positivos a partir del año 2021, 2022 y las proyecciones nos indican que el año 2023 va a tener los mismos resultados. Ya elevamos la edad normal de retiro a los 65 años y si bien permitimos la edad mínima de 60 años se establecieron sensibles abatimientos a la tasa de reemplazo, asi como el montepío de 15,5 % pasamos a un 18,5% y el periodo de transición de esta reforma prevé la posibilidad de aumentarlo a un 19,5 %.
La caja brinda subsidio de maternidad, que soportamos los activos con un suplemento al papel notarial siendo una caja con un 78 % de profesionales femeninas, asi como cobertura médica en el exterior, servicio fúnebre, etc.
La Caja Notarial se entiende que no puede ser vista como una caja elitista, sino solidaria, porque tiene un sistema de ahorro y capitalización, siendo su derrame el que permite que los escribanos puedan invertir y generar fuentes laborales.
Para los escribanos su actual régimen “es un sistema que funciona bien”, por lo cual no hay argumentos para destruir lo que funciona bien. Y agrega: “no estamos en desacuerdo de adaptarnos a las paramétricas que la nueva ley determine, a estar sujeto al control de una Agencia Reguladora como prevé el proyecto, pues no tememos a los controles ya que estamos acostumbrados a ellos (Tribunal de Cuentas, AIN, etc).”
Para el presidente Corradi, escribano de profesión, “pedimos que nos permitan antes de obligarnos a ingresar al sistema mixto ver el funcionamiento e incidencia de la reforma del 2019 que como dije llevamos recién 2 años y medio de aplicación con los resultados referidos, y estamos abiertos a seguir dialogando como los hemos hecho en comisión de senado, de diputados, con legisladores de todos los partidos políticos, pero algo si quiero aclarar no estamos negociando con nadie.”