Política nacional

Presidenciables de lujo

Fátima Barrutta

Lentamente (tal vez más lento de lo que reclamábamos), se están definiendo las precandidaturas coloradas que disputarán la elección interna del año que viene. Y la verdad es que las noticias no pueden ser mejores. El sector Batllistas se ha inclinado por Tabaré Viera, Ciudadanos por Robert Silva y la lista 15 por Gabriel Gurméndez. Con estos nombres, ¡cómo no sentirnos orgullosos de nuestro partido!

Tabaré Viera es hoy uno de los ministros de mejor imagen del gobierno de coalición, como resultado de una gestión impecable y proactiva, de un don de liderazgo (que entre otras cosas explica que su departamento, Rivera, sea un bastión de nuestro partido) y de un estilo de comunicación llano, tolerante y siempre respetuoso del adversario.

Robert Silva se ha puesto al hombro la Transformación Educativa, demostrando que con trabajo y coraje es posible lograr un cambio que prometieron, pero nunca concretaron los tres gobiernos anteriores.

Gabriel Gurméndez, por su parte, está llevando adelante una gestión tan brillante en Antel que bien vale calificarla de revolucionaria. Con el antecedente de una empresa pública que, al mando del actual intendente Cosse, se había embarcado en proyectos faraónicos como el Antel Arena, de improvisada presupuestación, Gurméndez reencauzó el ente con criterios de eficiencia y mejor servicio. Los uruguayos, durante los gobiernos anteriores, nos habíamos acostumbrado a gestiones voluntaristas y poco transparentes, en las que la empresa no estaba al servicio de sus clientes sino de objetivos electorales personalistas.

Esa realidad tuvo con Gurméndez un giro de 180 grados: la cobertura llega a más localidades del país, se abaten los costos para el cliente, y gracias a Antel la tecnología 5G es hoy una realidad.

Mirado en perspectiva, este “seleccionado” de tres grandes dirigentes colorados pone de manifiesto la calidad del aporte técnico y político que ofrece al país nuestra colectividad.

Es verdad que hace veinte años debimos pagar el costo en imagen de la gravísima crisis de 2002 (una crisis que vino de afuera y que fueron justamente Jorge Batlle, Alejandro Atchugarry e Isaac Alfie quienes lograron derrotarla). Sin duda esa crisis, sumada a una comunicación demagógica y oportunista del Frente Amplio, obró en la disminución de nuestro caudal electoral en elecciones siguientes, marcando una declinación de la exitosa tradición colorada en tal sentido.

Tampoco obró a nuestro favor el alejamiento de la actividad política de líderes de peso como Pedro Bordaberry y Ernesto Talvi.

Sin embargo, estos nuevos liderazgos que emergen son indicativos de que el partido goza de buena salud y se pone de pie con renovados bríos.

En el contexto de las precandidaturas de las distintas colectividades, los nombres de Gurméndez, Silva y Viera se destacan por innegables condiciones personales.

La llama sigue encendida y la posta pasa a nuevos líderes, para que el partido que construyó la mejor historia del Uruguay, consolide su mejor futuro.

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