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“…una vivienda que nos está matando de a poquito”

El 12 de julio de este año concurrieron a la Comisión de Vivienda y Territorio de Diputados, los integrantes de la Cooperativa Dionisio Díaz 8 que se encuentra enclavada en las inmediaciones de Manga en la ciudad de Montevideo. La denuncia, que se repite sobre estas viviendas construidas en el año 2002, recae en lo que se denomina “asbesto amianto” sobre el que están diseñadas las paredes interiores, exteriores y el techo. En la jerga constructiva se lo conoce como el “sistema equinox”. Esta modalidad constructiva registra habilitada no sólo en el Ministerio de Vivienda sino también en la Intendencia de Montevideo. Mientras las responsabilidades parecen esfumarse se reactiva el debate parlamentario entre perjuicios para la salud y depreciación de las fincas que no logran ni siquiera escriturarse en favor de sus ocupantes.

SEÑORA PRESIDENTA (Cecilia Cairo).- Habiendo número, está abierta la reunión. La Comisión de Vivienda y Territorio da la bienvenida a la delegación de la Cooperativa Dionisio Díaz 8, integrada por Adriana Rodríguez, María Inthamoussou, Isabel Peraza, José Francia, Tereza Guarch, Néstor Acosta, María Barboza y Heber Maciel. Recibimos la información que nos enviaron acerca de la situación edilicia de las viviendas y del barrio.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- Buenos días. En este momento tengo el cargo de presidenta en la cooperativa de viviendas. Traje unas carpetas que tienen el racconto de todos los años de lucha que hemos tenido, a partir de este material de construcción, desde el año 2002 a la fecha, sabiendo que es cancerígeno y que nos está afectando a los pulmones y a la salud en general. Debemos tener presente que este material no solo nos contamina a nosotros, sino también al barrio, porque las microfibrillas vuelan por el aire y permanecen diez días en esa situación. Los niños tienen cinco veces más posibilidades de contraer la enfermedad que los adultos mayores. Nosotros estamos rodeados de escuelas. Tuvimos un período en el que fallecieron nueve socios, todos de problemas pulmonares. Recibimos la visita de la doctora Adriana Sosa, del Ministerio de Salud Pública. En la carpeta que dejamos se encuentra el acta que hizo en el momento. En el año 2020 Salud Pública pidió al Ministerio de Vivienda que hiciera el estudio de los materiales, el estudio de la salud humana y remitiera una solución para este problema tan importante. El Ministerio de Vivienda no hizo nada, así que la cooperativa hizo el estudio de los materiales -que les envié-, a partir del cual comprobamos que estamos en un índice medio de contaminación. No obstante esto, estábamos tratando con el Ministerio de Vivienda el asunto de cancelar nuestros saldos. La propuesta era cancelar nuestros saldos a cambio de la escrituración, pero llegamos a un punto en el que tenemos que pagar tasas, aranceles, el 3 % y una escrituración a un precio muy elevado. Esto implica que lo pagado sería el triple de su valor, por una vivienda que nos está matando de a poquito. Por eso tenemos este logo que dice: «Genocidio silencioso en el Uruguay». La enfermedad se descubre diez años después de que la microfibrilla entra en el organismo, y ahí ya no hay solución. Estamos buscando una solución para exonerar la caracterización urbana, las tasas, los impuestos, los aranceles, el 3 % y para que las escrituraciones se hagan a un precio módico. A su vez, en el Ministerio pedimos que nos ayudaran con otras cosas, como materiales o algo para paliar la situación. No olviden que somos viviendas sociales; hay gente que tiene muy bajos recursos y tenemos socios que no tienen ingresos. Se nos hace difícil mantener o hacer algo para que el material no sea tan contaminante. En realidad, la única manera de que esto no contamine es sacarlo totalmente y que nos realojen o encapsularlo por dentro y por fuera. El costo de revestir la unidad es muy grande, porque tenemos que hacer como si fuera una doble vivienda, además de cambiar los techos, obviamente.

SEÑOR REPRESENTANTE VEGA (César).- El tema del asbesto es viejo conocido. Lamentablemente, creo que había suficiente información sobre la problemática del asbesto antes de construir esas viviendas. Es un tema muy complejo, según lo veo ahora mismo Lo que quiero preguntar, por desconocimiento, es si además del techo la vivienda tiene otras partes de asbesto.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- Es totalmente de asbesto amianto: paredes interiores, paredes exteriores y techo. Es el famoso sistema equinox.

SEÑOR REPRESENTANTE VEGA (César).- Lamentable que esto sea así. Hay que hacer todo lo posible para que esto cambie muy rápido. Como usted dice, la problemática siempre se va revertir tardíamente y cuando queda poco por hacer. Tengo la tristeza de que mi mamá trabajara en telas con asbesto en Paylana. Murió de cáncer al pulmón. Aquí en Montevideo, cuando vino, le preguntaron: «¿Cuándo va a dejar de fumar?». Mamá nunca había fumado un cigarrillo. Es muy triste. Es una de las peores maneras de morir para un ser humano. De nuestra parte, creemos que la Comisión deberá hacer todo lo que pueda por mejorar su situación.

SEÑOR REPRESENTANTE CERVINI (Walter).- Buenos días. Quiero preguntar cómo ha sido el vínculo con el Ministerio de Vivienda. Me gustaría que explicaran cómo han planteado el problema, cómo fueron intercambiando con el Ministerio hasta llegar a la situación actual. Es decir, qué planteos han hecho y qué respuestas han tenido de parte del Ministerio.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- En el año 2016 presentamos un escrito solicitando el estudio de los materiales y de los costos. Tuvimos la respuesta del director de Vivienda, que era Salvador Schelotto, en el sentido de que no correspondía, y que en todo caso lo deberían hacer los IAT. Luego mandamos carta a Tabaré Vázquez, cuando era presidente. Mandamos mail al Ministerio de Vivienda, a la señora Irene Moreira, pero no tuvimos demasiado contacto. Yo siempre estuve presionando para que se diera algo.

El estudio de los materiales lo tuvimos que hacer nosotros para poder avanzar. El laboratorio es argentino, porque en Uruguay no se trabaja con ese tipo de estudio. Cuando quisimos el estudio de salud, nos mandaron con la doctora Laborde. Algunos vecinos fueron al Hospital de Clínicas, pero los estudios salen muy caros, Salud Pública no los cubre, y mis socios no se los pudieron hacer. De hecho, creo que no han antecedentes en Uruguay de que se haya investigado esto, a pesar de que en el año 2001 la Auditoría Interna de la Nación solicitó hacer un seguimiento de este tipo de construcciones y su efecto sobre la salud humana, pero nunca se hizo o, por lo menos, no hay documentación al respecto. Después fuimos nominados para los Premios Cardozo de cooperativas, y en ese momento hicimos entrega en mano al señor presidente de la República de una nota y de un pedazo de nuestra pared, para que tuviera idea de lo que era el chapón, nuestras paredes. Ahí nos volvió a pasar al Ministerio de Vivienda. Llegar hasta aquí nos ha costado desde el año 2020 hasta ahora. Muy lento, muy lento.

SEÑOR REPRESENTANTE CERVINI (Walter).- Con respecto al IAT que los asesoró, ¿en algún momento les planteó algún inconveniente después del proceso de haber elegido los materiales? ¿Entienden que hubo un acompañamiento del Instituto después de realizada la elección y el proceso de construcción? Quiero entender el proceso que tuvieron con el Instituto que los asesoró en ese momento.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- El Instituto de Asistencia Técnica nunca nos dijo a qué se refería este material; solamente nos hicieron elegir por un tema de costos. Las chapas no tienen ningún logo que diga que son cancerígenas, venenosas o contaminantes. Por lo tanto, no lo sabíamos. Como siempre digo, la pobreza tiene cara de hereje, y al tener la necesidad de una vivienda, en el momento estas cosas no se piensan. El IAT no hizo el apoyo. Somos tres complejos de viviendas, con la misma cantidad de unidades, con el mismo nombre, diferente número. La última cooperativa quedó sin planos. Los IAT se llevaron toda la documentación y los dejaron sin planos. Ellos están haciendo los planos recién ahora. O sea que los IAT nos dejaron en banda, por decirlo de alguna manera; nunca tuvimos ningún tipo de apoyo de ellos.

SEÑORA REPRESENTANTE CAPILLERA (Elsa).- Buenos días para todos. ¿Lo denunciaron a los IAT? ¿Llegaron a hacer una denuncia penal o algo así?

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- No pudimos hacer una denuncia penal porque cuando descubrimos el material y nos hicimos conocer un poco, ya era tarde. Mis vecinos empezaron a hacer movimientos en el 2002, y el Ministerio en ese momento los callaba, no los dejaba hablar. Inclusive, fueron al Ministerio, lo coparon; fueron a la Comisión de Vivienda del Senado -hay unos diarios de esa época-, pero nunca nos dijeron nada y siempre se trataba de tapar las cosas. Entonces, cuando nos dimos cuenta, ya había pasado la cantidad de años establecida para poder hacer la denuncia o reclamo.

SEÑOR REPRESENTANTE CERVINI (Walter).- ¿Cuántos años de garantía otorgaba el método de construcción, que era el período en el que podían haber reclamado?

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- Normalmente, son diez años.

 SEÑOR REPRESENTANTE CASARETTO (Federico).- Buenos días, bienvenidos. Ustedes hacen un planteo atendible, que es la quita de saldos y colgamentos para poder encarar el encapsulamiento del material. ¿Ustedes tienen algún presupuesto de lo que puede significar el costo de llevar adelante esta obra? Lo pregunto para saber si las quitas logran cubrir el costo de la obra. Además, habría que ver la forma en la que cada uno de los titulares de las viviendas se compromete a llevarla adelante. ¿Tienen pensado algún mecanismo? ¿Han hablado con algún asesor sobre esto? Hacer este tipo de exoneraciones y de quitas no siempre redunda en que se haga la obra. Podemos llegar a tener dos problemas: que se siga afectando la salud, no haciendo la obra, y hacer la quita de los colgamentos y que tampoco se haga la obra.

SEÑORA RODRÍGUEZ (Adriana).- Teníamos dos propuestas: hacernos cargo de los materiales a cambio de la escrituración o hacer la quita de los saldos a cambio de la escrituración.

Hacernos cargo del material para poder hacer la escrituración es totalmente inviable. Como dije, somos viviendas sociales de muy bajos sueldos. El encapsulado de una vivienda no baja de los US$ 70.000, porque hay que revestir por dentro y por fuera. Solo el cambio de los techos significa unos $ 300.000 a $ 400.000 por unidad. Es muy difícil para nosotros hacernos cargo del material a cambio de la escrituración. En cambio, si sacamos los saldos, podemos ir avanzando con el tema del encapsulado, que no va a ser de un día para el otro, obviamente. Ya estuvimos averiguando precios y pidiendo presupuestos para los techos, que a mi modo de ver es lo más difícil de hacer y lo más caro, porque tenemos que hacerlo dúplex. Y después que – 4 – cada uno de los socios vaya, a medida que pueda, encapsulando su casa. Hay socios que no tienen ingresos, por lo que los otros socios deberíamos ayudarlos a hacer ese cambio.

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