Noticias

Valorizar a la profesion policia. No improvisar en seguridad.

Zósimo Nogueira

Los planes sociales y la terapia son para el antes y el después del delito.

Por un lado la contención, acciones sobre individuos proclives al delito por sus vulnerabilidades, adicciones, derrumbe económico, sentimental. Muerte, enfermedad o prisión del proveedor etc. Por otro lado todo lo relacionado con el trabajo en las cárceles para inculcar valores, generar habilidades, separar la criminalidad externa de lo que se planifica y ocurre en el interior de esos conglomerados criminales.

La inseguridad que nos agobia, los titulares de prensa son presente y no admiten de mesas de diálogo, reuniones de entendimiento, planificaciones a futuro, pasos previos.

Solo es cuestión de acciones inmediatas por parte de los responsables del mantenimiento del orden y del combate al delito.  La policía.

De la optimización de los recursos humanos y materiales con que cuenta, de la aplicación de las estrategias que conoce, de la trasmisión de necesidades al mando político y la asignación de los recursos necesarios y demandados.  

Ahí está la clave, para un posicionamiento efectivo en el terreno.

Basta con una fluida relación entre el mando político ministerial y sus subordinados policías.

Las demandas y necesidades de la comunidad; la decisión política determinando la misión y el accionar de la policía para su cumplimiento.

Porque a pesar de que políticos, sociólogos, abogados, comerciantes, empresarios, religiosos, docentes etc. etc. lancen al vuelo hipotéticas soluciones contra el crimen hay una institución preparada para ofrecer y ejecutar soluciones en materia de seguridad.

Profesionales que han estudiado para ello y puesto en práctica mil ensayos propios y ajenos con mayor o menor éxito.

Con las limitaciones que marca la ley y la decisión política como corresponde.    

En las administraciones anteriores modificando el sistema de calificaciones y ascensos, se intento partidizar a la policía. Se favoreció por afinidades a unos y se postergo a otros.

En general primó lo profesional pero hubo lesión de derechos.

El Oficial de Policía alcanza las altas jerarquías con una carga académica superior a la media de otras profesiones.

Para ingresar a la Escuela Nacional de Policía es necesario como en toda carrera terciaria haber aprobado el segundo ciclo educativo.

Luego competir por una beca de estudios, dentro de un número de vacantes pre-establecido.

Aprobar tres años de estudio, con materias teóricas y prácticas. Actividades físicas.

Todo en régimen disciplinario.

Se egresa con el rango de Oficial Ayudante y si se quiere obtener la licenciatura en seguridad debe cursar un año más.

Académicamente ranquea mejor que la media profesional

Luego de permanecer tres y cuatro años en cada grado realiza  y debe aprobar el curso habilitante para ser promovido al grado inmediato superior.

Como un post grado de otras carreras, menos extenso pero continúa en el ejercicio práctico de la función, cerrado el año policial entra en un listado de prelación para el ascenso.

Durante toda la carrera tiene la tutoría del superior de la unidad a la que fue destinado.

Actualmente los grados de oficiales son Oficial Ayudante, Oficial Principal, Sub Comisario, Comisario, Comisario Mayor y Comisario General.

Hoy se puede alcanzar la máxima Jerarquía con menos de cuarenta años.

Eso no está bueno, muy distante a los tiempos necesarios para el retiro y la larga permanencia perjudica la carrera de las nuevas generaciones de oficiales.

Con tres años como cadetes y los cursos de pasaje de grado considero que no se puede desconocer el profesionalismo de los oficiales de policía. Todo avalado como estudios terciarios por la UDELAR.  

En el pasado reciente había más grados, más cursos de pasaje de grado y costaba más llegar a las máximas jerarquías. Más tiempo y más academia.

Se bajaron 10 años a la carrera y en ese intento de partidizar se vario el sistema de calificaciones y ascensos sobre lo que ya me he referido.

El implante del dedo, no derogado. La selección.

El personal subalterno, de la escala básica tiene menos requerimientos de ingresos.

Su función es más simple, subordinada y direccionada por los mandos superiores.

Está en contacto directo con la comunidad, primera línea de contención del delito.

También para ser promovido debe realizar cursos de pasaje de grado y puede pasar a la categoría de oficiales supliendo algún rezago académico con mucha práctica en el ejercicio de la función. También se suprimieron dos grados.     

Aún con las salvedades expuestas, la policía debe ser reconocida como un Instituto profesional y debiera ser consultada previo a esas propuestas rimbombantes que analistas improvisados difunden. 

Considero necesario una reestructura organizacional, con absoluta responsabilidad territorial de los Comandos Jefaturiales y Direcciones Nacionales en sus áreas especificas.

Los cargos de Confianza son un límite necesario de la Carrera profesional policial. Factor clave de subordinación al poder político. Nombramientos y cese por un simple acto administrativo del Presidente de la República.

 Aclaremos que esa misma formación académica la tienen penitenciarios y bomberos.

Se lograra un mejor desempeño en materia de seguridad, cuando el poder político deje de elucubrar soluciones, le trasfiera el problema  a la policía y exija soluciones.

Evaluada la situación el jerarca policial le dice al mando político de sus planes, enumera fortalezas, debilidades y los apoyos necesarios. Luego ejecuta lo planificado y concertado

Sobre esas propuestas altisonantes de presidenciables, dirigentes políticos y legisladores de formar equipos multidisciplinarios de trabajo, son cautivadoras pero no pasan de explosivas manifestaciones de deseo, de futuro.

El problema es el presente. Y quien detenta el poder es la coalición republicana.

A nivel seguridad hegemonía blanca. Se debe continuar con el posicionamiento territorial. Cumplir lo prometido. Repoblar  y potenciar a las comisarias como centro de referencia barrial y lugar  de respuesta ágil e inmediata a las demandas de la comunidad.

Intensificar el control de personas y cosas en todas las fronteras fluviales, terrestres y aéreas para minimizar las posibilidades de ingreso de marginales, contrabando y drogas.     

Discrepo con todo lo de Larrañaga en su “Vivir sin miedo” ahora reeditado parcialmente.

Ya paso sin éxito por el veredicto popular, porfiadamente se promueve una nueva consulta, ahora parcial.

A todas luces, se busca un fin electoral. 

No solucionan el problema de inseguridad.

Lo de los allanamientos nocturnos le agrega una herramienta más al combate al delito, pero aumenta riesgos y facilita desvíos de conducta.

Y mucho más enfocado en el tema narcotráfico con tanto dinero, droga y consumidores en la vuelta.    

Ni policías ni militares quieren entreverar roles, pero algunos políticos deforman la realidad, la función y las condiciones en que se realizan las misiones de paz, ámbitos de transición post conflictos bélicos.

Otro error, pretender bajar delitos con aumento de penas Ahora vemos que da lo mismo cometer una rapiña que un homicidio. Es más, en muchos casos la vida vale menos.

Yo confío en la policía, la quiero más activa. Quiero a Jefes responsables y con capacidad de respuesta, con posicionamiento en todo el territorio de su jurisdicción.

Reclamando por las necesidades de recursos humanos y logísticos al poder político y a este recuperando efectivos, proveyendo y exigiendo resultados.

Quiero que los policías sean respetados y considerados como los profesionales que son.

Compartir

Deja una respuesta