Política Internacional

Camino a La Moncloa

Lorenzo Aguirre

El próximo domingo 23 de julio se llevará a cabo las elecciones generales en España. En un principio habían sido pautadas para noviembre, luego de las autonómicas y municipales de mayo de 2023, pero el día 29 de dicho mes el Presidente Pedro Sánchez disolvió Las Cortes Generales anunciando el anticipo de los comicios para la fecha de referencia, luego de perder frente al “Partido Popular (“PP”) la mayor parte de comunidades autónomas y alcaldías. Las presidenciales, habilitan a votar a unos 37.460.000 ciudadanos, instancia en la cual elegirán 350 escaños para el Congreso de Diputados, y 208 para el Senado.

El presidente Pedro Sánchez (“PSOE”) y Alberto Núñez Feijóo (candidato por el “PP”) intercambiaron posiciones y modelos de gobierno en un espectáculo que dejara en evidencia la posición parcializado de la organización “Atresmedia”, pues dicha línea de transmisión bloqueó a otros medios – con excepción de los vinculados a dicho servicio, y como si fuera poco, faltando ética, al felicitar y agradecer a “Antena 3”, por el monopolio que, ellos mismos, le otorgaron -, no permitiendo emitir en directo la señal.

Desde el aspecto de comunicación fue una verdadera vergüenza, aunado al carril flechado – apoyando a Pedro Sánchez – de los moderadores Vicente Vallés, y especialmente Ana Pastor – totalmente sesgada -, ofreciendo un periodístico cuyos protagonistas se ocuparon en descubrir mentiras, o medias verdades, y donde en particular el presidente español demostrara agresividad y poca educación, no dejando a su adversario terminar sus exposiciones.

En los bloques sobre economía, y política social e igualdad, de ambos lados no pararon los reproches, y la “puesta a punto” por parte del presidente, respecto a pactos de Núñez Feijóo con “Vox” – “partido machista”, como señalara el mandatario -, llevó al líder del “PP” a replicar sobre la rebaja de penas a través de la “ley del solo sí, es si” – “Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual”, considerada por la ultraizquierda la más vanguardista en favor de los derechos de las mujeres, pero, para la derecha, vulnerando la presunción de inocencia -,  como, asimismo, las negociaciones de Pedro Sánchez, con el brazo político de “ETA”.

Durante una hora y cuarenta minutos se echó mucha leña al fuego, pero fueron inexistentes las propuestas para que, el pueblo, las considerara.

Sánchez, totalmente fuera de control, inestable psicológicamente, y violento – perdió doblemente al encontrarse con un oponente de mente y sangre fría -, dejará en crisis a España, por más que tendenciosos pseudos periodistas sigan pasando franela a escritorios y sillones de la gobernación , una Moncloa convertida en casa de familia comunista, con tantos vicepresidentes y ministros rotando, poniendo la cara en televisión – “ese aparatito yanqui para mentes mediocres consumistas”, al decir cierta vez en un tiempo, del patético Pablo Iglesias, quien fuera también rostro de ese “aparatito”, frente a algún programa auspiciado por el chavismo y terrorismo iraní – para hacer un consumismo propagandístico socialista – comunista.

En este tiempo de gobierno de Pedro Sánchez, la ultraizquierda se ha pasado compitiendo dentro de La Moncloa, evaluando quien tenía mayor poder, llevando una pulseada entre la vicepresidente primera, y Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes, y Memoria Democrática del Gobierno, Carmen Calvo (“Partido Socialista”), e Irene Montero (ex pareja del siniestro Pablo Iglesias), Ministro de Igualdad, militante de “Podemos”, encuentros entre “caballeras”, que pasara a ser primordial, dejando de lado, sin importar nada, 27.000 vidas cobradas por el coronavirus en los primeros tres meses de epidemia, pero estimulando y permitiendo llevar adelante más de cuatrocientas manifestaciones y marchas multitudinarias de feminicidio nazi, “cultura y moda”, echando por tierra el verdadero sentido de igualdad ante la Ley.

Yolanda Díaz; comunista, represora

 de periodistas

Quizá, la figura de mayor y peor reflejo de Pedro Sánchez, ejemplo acentuando su ideología comunista y actitud constante como represora, buscando instaurar la “igualdad entre los hombres” – ¿se olvidó de las mujeres y demás “géneros”? -, pero, por supuesto, llevando una vida ricachona.

Yolanda Díaz, Ministro de Trabajo y Economía Social, y vicepresidente segunda – además de sus limitaciones intelectuales está rodeada de otros “iluminados” que también demuestran ignorancia y ansias de poder –, tuvo entre sus pensamientos coercitivos uno de los tantos destellos de idiotez al ocurrírsele la idea – lo escribió y expresó públicamente en su programa – respecto a la “necesidad de reprimir a periodistas mentirosos, echarlos de su profesión –¡ por supuesto, todos los comunicadores de derechas! -, y que se dediquen, si pueden, a otra carrera”.

Lo señalado me hizo acuerdo a aquella reflexión “brillante” de “Che” Guevara –  pobre pensador sin brillo, tonto panfletario, hombre lleno de odio destilando veneno por doquier, y engendro al mando de “La Cabaña”, campo de exterminio para quienes no apoyaban el régimen, católicos, y “homosexuales degenerados” – : “hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede llevar a cabo con libertad de prensa”.

Ahora, claro, luego de veinticuatro horas, a Yolanda Díaz le prendió la única neurona de 1 watt, se dio cuenta lo desprolija que estuvo, la barbaridad expresada, y entonces, desesperada, pretendió rectificar, pero era tarde. Para solucionar el “pequeño” inconveniente, en primer lugar, se tiró contra su equipo de asesores porque no le avisaron que dicha expresión podía comprometerla, y luego, poniendo cara de hipócrita, se ofendió, enojó, y comenzó su grosera representación teatral – como actriz y libretista…  ¡espantosa! – manifestando que “la interpretaron mal”.

Se acercan las elecciones – faltan apenas seis días -, y doña Yolanda, en lugar de fortalecer su campaña tiene que apagar las majaderías expuestas días atrás. Ergo, anular las burradas escritas en “su programa” – en realidad casi no existe -, donde figura el articulado de aplicación de sanciones a periodistas.

Por lo expresado, su partido político, “Sumar” (progresismo, feminismo, antiliberalismo, posición de ultraizquierda, y coalición que agrupa a veinte partidos), se vio obligado a enmendar, y finalmente eliminar, el apartado donde se implantaba el “código de la información” que incluía “expulsión de la carrera periodística, a aquellos que manipulan la información”.

Diez horas más tarde, expresaron: “solamente estaba en un borrador”.

¡Cuando más hablan, más se enlodan!

¿Justamente, ellos, los comunistas, infiltrados en todos los medios de comunicación del mundo, bastardeando noticias, y otras subiéndolas en carriles tendenciosos, son los que hablan de “código de la información”?

¡Por favor!

Encuestas descaradas

Dentro de una campaña plena de mentiras e indiferencia por gran parte de candidatos hacia la ciudadanía a la cual le piden el voto, se está viviendo tontamente un mundo de encuestas, la mayoría pagas, que, obviamente, se retroalimentan.

Cuando se habla del “pulso de encuestas en la gente”, se trata de redes sociales que, descaradamente, ellos mismos están administrando, y deberíamos señalarles que no cuenten “historias”, porque son paleolíticas, y sabemos como funcionan.

Al final de cuentas la mayoría del pueblo español votará contra Pedro Sánchez, a través de “Vox”, y el “PP”, partidos transformados en herramientas para que, los españoles, puedan sacar al presidente, no porque el pueblo esté pasando un romance de verano – pese a los 35 grados que vive España – con Núñez Feijóo, que lo único válido para su campaña electoral es continuar hablando y apoyándose en el “PP” de Madrid, dejar claro que sigue el modelo de Isabel Díaz Ayuso – Presidente de la Comunidad de Madrid, Presidente del “Partido Popular de la Comunidad de Madrid” -, resaltar que sostienen una política liberal, contraria a las tonteras del expresidente Mariano Rajoy, y finalmente poner énfasis – algo que todos los medios guardan silencio – que, Pedro Sánchez, le retiró a Díaz Ayuso el protocolo y la invitación, a los “Actos de la Presidencia Europea”, dejando a España, sin capital.

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