Política nacional

Descentralización y participación política

Jorge Bonino

A contrario del discurso erróneo, interesado y malintencionado que muchas veces se ha repetido por algunos adversarios, el Partido Colorado está históricamente identificado con la descentralización en el país, habiendo llevado la organización y operación de servicios públicos a todo el territorio y no solo a las capitales departamentales, sino a muchísimos centros poblados de todos los tamaños, desde donde se ha atendido las necesidades de las respectivas áreas circundantes.

Ese posicionamiento en el territorio, el Partido Colorado no solo lo impulsó a nivel de instituciones de gobierno, empresas públicas y servicios descentralizados, sino que lo aplicó en su propia estructura, facilitando la participación a nivel local, departamental y nacional en la vida partidaria, constituyéndose en una verdadera escuela de ciudadanía y de compromiso con el servicio público y las causas populares.

La creación de los Municipios a través de la ley 15.867 de setiembre de 2009 (modificada por la Ley 19.272 de setiembre de 2014) constituyó un avance fundamental en el proceso de descentralización política y participación ciudadana (nombre con que fue bautizada la citada Ley), creando un tercer nivel de gobierno, estableciendo así en muchas jurisdicciones una autoridad  institucional y en otras jerarquizando las que ya tenían, como era el caso de las Juntas Locales (electivas o no).

Sin embargo esta que fue al comienzo una novedad interesante en la política nacional y también en el ejercicio del gobierno,sobre todo a la interna de cada departamento, y que se consolidó como un formato imprescindible para intervenir en el territorio, generó en algunos casos cierto desconcierto en la forma de encarar la acción partidaria.

Y de los partidos grandes, al que le ha costado más posicionarse en el nuevo escenario ha sido al Partido Colorado por múltiples razones, la primera claro está, la crisis por la que ha atravesado nuestra colectividad a comienzos de siglo por la tragedia económico-social que vivió el país a comienzos de siglo, pese a que Jorge Batlle junto a un gran equipo político y técnico, supo capitanear el barco en medio de la peor tormenta de nuestra historia, lo que muchos años después -sobre todo tras la desaparición física de ese gran colorado y republicano-, muchos adversarios comenzaron a reconocer.

La crisis en la que cayó el Partido Colorado tras las elecciones nacionales de 2004, tuvo su correlato en casi todo el país en las elecciones departamentales de 2005. La única excepción la constituyó  Departamento de Rivera, donde el Partido Colorado, con la reelección de Tabaré Viera como Intendente, logró mantener el gobierno. Luego hubo un cierto repunte en las elecciones nacionales de 2009, así como en las departamentales de 2010, donde de la mano de Germán Coutinho se ganaron las elecciones en Salto y por supuesto en Rivera la lista 2000 volvió a imponerse con la elección de Marne Osorio como Intendente. En las nacionales de 2019 y en las departamentales de 2020 hubo otra vuelta atrás y solo Rivera siguió siendo el Departamento gobernado por el Partido Colorado.

Entre 2010 y 2020 se realizaron además tres elecciones municipales y los resultados obtenidos por el Partido Colorado siguieron un rumbo similar al que marcaron los otros comicios: en 2010, primera elección municipal, nuestra colectividad obtuvo la mayoría en 5 de 89 Municipios, en 2015 en 7 de 112 y en 2020 solo en 3 de 125 (dos en Rivera: Tranqueras y Minas de Corrales; y uno en Salto: San Antonio).

Pero más allá de las diversas causas que coyunturalmente concurrieron para esta situación, el desafío hoy es lograr que otra vez las ideas coloradas y batllistas vuelvan a cautivar a la gente por su actualidad, visión de futuro y capacidad de dar respuesta a las necesidades concretas  de las personas, tanto en términos individuales como de la sociedad en su conjunto. Y para ello por su puesto que el Partido requiere un gran liderazgo nacional, pero también necesita consolidar liderazgos locales tanto en el ámbito departamental, como municipal, barrial y de las pequeñas poblaciones rurales. No se trata de crecer desde la cabeza y tampoco desde los pies, es necesario crecer en forma armónica desde cada una de las células que conforman el cuerpo del Partido.

La descentralización es el mecanismo que permite llegar a cada persona no solo para poder informar, convencer y enamorar, sobre las causas públicas que nos congregan, sino sobre todo para poder escuchar las inquietudes, necesidades e ideas de cada uno de nuestros vecinos, para generar interacción y poder trasladar los planteos a la órbita que corresponda , para procesarlos y atenderlos en la medida que corresponda.

El contacto y el diálogo permanente con la gente ha sido la forma histórica de actuar de nuestro Partido y muy especialmente la única forma de hacer política que concebimos los batllistas. Hoy esa práctica está plenamente vigente con una actividad en todo el país que entusiasma y contagia, porque la participación de la ciudadanía es una de las expresiones fundamentales que debe promover la descentralización, habilitando a todos los ciudadanos para que puedan hacer llegar sus ideas y demandas a los correspondientes niveles de decisión y acción, y también para que asuman sus responsabilidades como integrantes de una sociedad en cuya evolución todos somos parte.

 Y es esencial lograr que los jóvenes se acerquen y participen de la discusión y de la acción, porque el futuro es de ellos y nadie mejor que ellos mismos para construirlo.

Es hora de agitar banderas, pero sobre todo de agitar ideas y de promover la participación ciudadana en su más amplia expresión posible.

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