Dolores de coalición
Ronald Pais
Dicen que uno no debe citarse a sí mismo pero para no repetir lo que ya fue dicho, a veces es necesario.
En Opinar No. 642 del 20 de junio de 2022, bajo el título “La Coalición debe ser más Coalición”, entre otras cosas, decíamos: “Tal vez más por decisión presidencial que por otra causa no se ha querido formar un ámbito de coordinación política que aporte visiones de conjunto en muchos temas a los aún no se le hinca el diente a fondo.”
“Hay que definir y acordar estrategias, prioridades, amenazas, oportunidades y muchas otras cosas.”
“Debe hacerse con participación de todos los partidos integrantes de la coalición, respetando el rol mayoritario del Partido Nacional, pero sabiendo éste que solo no podrá llevar adelante sus aspiraciones.”
“Estoy convencido de la necesidad de funcionar mucho más en forma colectiva que en razón de intereses particulares.”
Transcurrido casi un año, este reclamo hecho desde el llano con nuestra humilde voz no encontró tierra fértil
Faltaba el hecho o la circunstancia que expusiera esa necesidad de avanzar en la consolidación de la Coalición Republicana con toda evidencia.
Y esa situación llegó con el tratamiento de la Reforma de la Seguridad Social que impulsa el Poder Ejecutivo y que necesita la aprobación parlamentaria, a sabiendas que la oposición frenteamplista sigue en la postura de no aportar nada y de oponerse a todo.
En particular, la polémica se ha localizado en la postura firme de Cabildo Abierto que pretende la modificación de algunos aspectos que son resistidos por los otros socios de la coalición gobernante.
Lamentablemente alguna de las opiniones vertidas se han centrado en el Senador Manini y lo han querido mostrar como faltando a su palabra, o pretendiendo alguna especie de canje o hasta atribuyéndole una oculta intención de romper la Coalición.
Se ha esbozado una especie de advertencia diciendo que “la paciencia tiene un límite” sin aclarar quién le tiene paciencia a quién y qué pasaría si esa paciencia se acabara.
*¿ La palabra empeñada?*. Hasta donde yo sé él único compromiso establecido en forma clara por los partidos integrantes de la Coalición fue el documento denominado “Compromiso por el País” . Según el mismo texto, son “Las grandes líneas estratégicas sobre las que hemos acordado”.
¿Y que dice de la reforma de la Seguridad Social?
El el Capítulo 9 “Proteger a los más débiles” se expresa: “Iniciar un proceso que conduzca a una reforma de la seguridad social con sólida base técnica y amplio apoyo político, con el fin de lograr un sistema previsional moderno, financieramente sostenible y menos dependiente de los tiempos políticos, que vele especialmente por los pasivos con mayores niveles de vulnerabilidad”
Como puede verse, en éste -como en cualquiera de los otros puntos de las “líneas estratégicas” se está de acuerdo en la orientación y en los objetivos, pero no se asume el compromiso de aprobar en el Parlamento los proyectos de ley que se envíen con sus puntos y comas, sin introducirles modificaciones. Lo contrario sería volver a las “manos enyesadas” del Frente Amplio en periodos anteriores y que tanto mal le hicieron al proceso legislativo.
Si después hubo algún compromiso personal o verbal en alguna reunión no lo sé y si lo hubiera habido debió dársele la debida publicidad y transparencia para que la opinión pública supiera a qué atenerse.
Falta de organicidad. Era absolutamente previsible que en éste, como en otros temas, existieran diferencias entre los partidos coaligados. La pregunta es: ¿cómo se dirimen esas diferencias?, ¿se han creado mecanismos o una mínima organización para proceder en estas circunstancias? La respuesta negativa es muy clara.
Muchas podrían ser las formas. Desde acatar la voluntad del Presidente o del Partido mayoritario, pasando por decisiones basadas en el caudal de votos obtenidos por cada partido, hasta la absoluta libertad de cada uno de ellos para encarar los diversos temas, a excepción de aquellos compromisos firmados y puestos sobre blanco y negro. Las opciones pueden ser muchas, pero debería aceptarse que la carencia de una mínima institucionalidad de la Coalición es la verdadera causa del actual desencuentro que no será el último si no se corrige su origen.
¿Paciencia? Creo que por allí está la salida. En lugar de limitarla, ampliarla. A falta de previsión, a falta de organización, las claves parecen ser Paciencia y Diálogo.
Optar por el camino de “meter la pechera” o de descalificar a uno de los socios que sostiene la Coalición- hoy es Cabildo, mañana puede ser otro- es sencillamente nefasto y puede ser mucho más perjudicial para el futuro del país que una votación dividida en el Parlamento.
Creo que estar en esta encrucijada al menos trae de bueno la oportunidad para que podamos aquilatar hasta donde llega la estatura política de nuestros actuales líderes partidarios.