KIMBA, EL LAGARTO JUANCHO Y EL VASCOLET
Al paso de la “masollerización”
José Luis Ituño
¡Mis épocas de Kimba, Meteoro y el Vascolet de las 5 de la tarde con pan marsellés y manteca mirando “los dibujitos” en canal 4 en blanco y negro en mi pequeña casa de Malvín con mi hemano!. Que recuerdos……..¡Ni la túnica nos sacábamos!. Sentaditos en el piso con los “Incal Flex”, asistíamos la mayor fiesta del día.
La noche del 24 se me vinieron a la cabeza junto con los recuerdos de mi niñez las tantas derrotas electorales que ya tiene mi lomo, que sumadas triplican las victorias. Las primeras de ellas siendo yo un niño tomado siempre de la mano de mi mamá Dorita, militando en los clubes del Partido Colorado, allá por 1968….cincuenta y cuatro años atrás.
Lamentablemente ni “Kimba” ni “EL Lagarto Juancho”, me ayudaron a sobrellevar lo del domingo 24, en una elección en la que el FA creció un 13,6% de octubre a noviembre y ganó las elecciones con una diferencia de 95.502 votos.
Dando una mirada retrospectiva a la campaña, a mi juicio fueron dos los factores causantes de esta debacle y tal vez los más importantes: la mala elección de Valeria Ripol como candidata a vicepresidenta (ese es un tema del que deben hacerse cargo los blancos) y por otro lado la excesiva “masollerización” de la campaña hacia el balotaje.
Si bien la Coalición Republicana funcionó orgánicamente; el control de la campaña, los actos en Montevideo e Interior, las movidas de campo, etc. fue todo dirigido, controlado y coordinado desde el Partido Nacional.
No se logró crear una consciencia de grupo, de pertenencia política a la Coalición, porque Delgado (más allá de sus esfuerzos) nunca pudo dejar de ser “el candidato blanco” tal vez por su entorno más que por él. Incluso en todos los actos, se nos advertía que sólo había que llevar banderas del partido colorado o uruguayas, pero cuando llegábamos, nos encontrábamos con al menos 4 o 5 banderas de diferentes sectores de esa colectividad blanca, mostrando una disputa interna fuera de lugar para una Coalición de todos.
Es crucial para cualquier coalición entender la importancia de construir una identidad colectiva que trascienda las individualidades de los partidos que la conforman.
La comunicación efectiva, la estrategia conjunta y el liderazgo inclusivo son claves para crear un entorno en el que todos los miembros se sientan comprometidos y representados.
Muchos errores acumulados que la COALICIÓN REPUBLICANA deberá analizar antes de sentarse a mirar los dibujitos y comer el pan con manteca, si queremos no repetir muchos “yerros” en mayo 2025 y noviembre 2029.