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La ley y el poder

Orlando Aldama

Si el poder, que la Ley establece como monopolio del estado por medio del gobierno, no se ejerce por alguna causa, queda librado a que otras “fuerzas” por la fuerza lo ejerzan. Si el gobierno por mandato legal no establece los mecanismos necesarios para ejercer el poder, ese  gobierno está incumpliendo un mandato legal pero también está incumpliendo el mandato de la ciudadanía que lo ha elegido para gobernar. Cuáles serían los resultados y las consecuencias de un gobierno incapaz de ejercer el poder.

Si la Ley que establece los mecanismos que regulan nuestra interacción social es inoperante, una parte muy importante de esa inacción es responsabilidad del gobierno y seguramente nos encontraremos en una lucha desigual ante organizaciones que solo buscan su provecho.

Organizaciones que no debaten para planificar y llevar adelante sus objetivos que tienen un superior poder de acción, de dinero y también de fuego.

Existe en la democracia un intrincado laberinto de contrapesos, en el cual derechos, deberes y garantías son variables que hacen que nuestra forma de hacer política nos brinde las herramientas como para mantener una necesaria convivencia en paz.

Lamentablemente este sistema de valores e ideas es especialmente vulnerable cuando justamente la protección que la Ley nos ofrece, no es aplicada con el rigor y la fuerza necesarias, leyes que fueron creadas con esos fines para ser un escudo eficaz ante toda y cualquier adversidad.

Vale la pena pensar que nadie imaginó que pudiera existir un tiempo y un momento en donde por cuestiones netamente políticas sea viable y posible avasallar las Leyes por cuestiones partidarias o personales.

Tal vez nunca como hoy  surgen tantos ejemplos en los cuales una coyuntura o posición político partidaria genere de por si desencuentros y controversias.

La Democracia es concebible únicamente como:

a) Un SISTEMA POLÍTICO (Democrático Republicano)

b) Una forma de CONVIVENCIA (Organización social)

c) Un SISTEMA de VALORES (Éticos y Morales)

Todo esto, bajo la observancia y tutela de las Leyes, consolidando una fortaleza Institucional que permita la adecuada interacción de intereses a todos los miembros de la sociedad.

Como expresara en 1965 David Easton: “El sistema democrático es el conjunto de interacciones mediante las cuales los objetos de valor son asignados por la vía de la autoridad en la sociedad”.

Dicho en otras palabras, es el conjunto de acciones que, en el interior del Sistema Social, conducen a la toma de decisiones, imperativas y obligatorias para dicho Sistema Social.

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