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Las universidades extranjeras en Uruguay

Claudio Rama

En estos días se ha referido la intención de dos grupos empresariales del sector inmobiliario, y con capitales americanos y argentinos, de instalar centros universitarios en Punta del Este.Uno de ellos, ya con página web (www.universidadfernanda.com) y buscando captar inversores locales, y el otro también del sector inmobiliario en Punta Ballena. A escala global, la presencia de universidades fuera de sus países de origen, y prestando servicios educativos presenciales en el extranjero, se constituyó en un movimiento importante desde los años 2000 de la internacionalización de la educación superior.

Es esta una nueva modalidad de la educación internacional impulsada por grandes grupos empresariales, y que acompaña una expansión de la educación virtual transfronteriza y que se agregan a las tradicionales dinámicas de internacionalización universitarias centradas en la atracción y la movilidad de estudiantes y de docentes.

La instalación de universidades extranjeras tuvo un fuerte auge en la región a partir de dos iniciativas empresariales importantes como fueron la expansión del Grupo Laureate que a partir de captación de fondos en bolsas de USA y Brasil fue adquiriendo múltiples universidades en la región, especialmente en los países cuyo régimen legal admite la gestión de universidades por sociedades anónimas, o del Grupo Ilumno que a partir de una muy potente plataforma tecnológica realizaba acuerdos de prestación y tercerización de servicios a través de los cuales asumía una parte de la gestión empresarial o académica.

Ambos modelos tuvieron un auge impresionante en la primera década de este siglo y llegaron a alcanzar una cobertura de más de 1,5 millones de estudiantes latinoamericanos, o sea, algo más del 5% de la matrícula regional. Sin embargo, desde el 2016, se invirtió su tendencia, e iniciaron un fuerte retraimiento de sus negocios, con venta de sus universidades y abandono de los acuerdos en casi todos los mercados regionales.

Para el 2020 el Grupo Laureate, que llegó a tener más de 20 universidades en la región y sesenta en el mundo, se había reducido a 5 entre México y Perú y no más de 10 en el mundo pero que tiene a la venta. Ilumno, el segundo grupo más grande, apenas mantiene apoyos de gestión a 5 universidades luego de alcanzar a más de 18 apenas unos años atrás.

Ambos grupos están desapareciendo y los capitales transfiriéndose a otros negocios más rentables y globalizables. Este abandono de los modelos de compra y de convenio de prestación de servicios universitarios no fue un proceso sólo a escala regional, sino que ello se dio a nivel mundial, y han sido muchas las universidades internacionales en Europa, Asia y África que también se van vendido o transferido a actores locales.

La causa central del retraimiento de esta modalidad de internacionalización de la educación superior y que ha llevado a millones de dólares en pérdidas es derivado de que el sector educativo, y especialmente el universitario, no es un sector que se pueda transnacionalizar en el sentido que sus productos educativos, infraestructuras, procesos, normas, autorizaciones o recursos de aprendizaje sean transferibles e internacionales, sino que priman múltiples determinantes nacionales que limitan la transferencia y la movilidad internacional de esos factores.

Mientras que en otros sectores económicos los productos, procesos, modelos de gestión, clientes, proveedores o insumos, tienen beneficios de escalas internacionales, y por ende mayor grado de transnacionalización, en el sector universitario su dinámica de funcionamiento es dominantemente nacional y altamente diferenciada en los distintos países. No existe un espacio común tampoco de la educación superior en la región (ni en el mundo) que permita una dinámica transnacional de la oferta y la demanda.

Incluso ni el Espacio Común de la Educación Superior del Convenio de Bolonia en Europa o el Acuerdo de Washington resuelve a escala global las diferenciaciones y prima lo local o nacional en las políticas educativas, normas, currículos e incluso en los perfiles de competencias del trabajo. Por ello, la creación de escalas globales o regionales que permitan alcanzar mayores niveles de eficacia en la gestión universitaria es muy limitada, costosa y compleja.

Las limitaciones no vienen de los formatos presenciales, virtuales o híbridos, sino de las normativas y las características de los mercados de trabajo, que establecen fuertes diferenciaciones y singularidades nacionales de sus sistemas universitarios. Por ello, estas iniciativas de establecimiento de instituciones universitarias en Punta del Este resultan a contramarcha de la realidad educativa global y se apoyan más en modelos de negocios inmobiliarios que universitarios.

A escala global las dinámicas universitarias son locales, aunque se tienda a fuertes procesos de internacionalización de los docentes, los estudiantes o incluso parte de los recursos de aprendizaje o los sistemas de apoyo tecnológicos, en tanto para la instalación de grupos internacionales mirando eficiencias o escalas regionales los beneficios de las eficiencias de la estandarización de procesos y escalas superiores son muy reducidas. En el país ya hubo iniciativas de ingreso de universidades extranjeras.

Fueron iniciativas de actores educativos sólidos y experimentados, y no meramente empresariales. Las más destacadas fueron el Instituto Universitario Autónomo del Sur (IUAS) en las áreas de informática, marketing y contaduría, reconocido en 1996 por el MEC y que fue absorbido por parte del Grupo Estacio de Sa de Brasil.

Más allá de problemas desde el MEC para la autorización de carreras que facilitaron que el Grupo brasilero decidiera retirarse del país, sin embargo, también en ese tiempo, el Grupo decidió retirarse de Paraguay donde tenía una universidad y se concentró en Brasil donde tiene una dimensión enorme. Ningún grupo brasilero, que son muy potentes, ha incursionado en la región seriamente.

También, aconteció en el sector público en el país, cuando se instaló en 1997 la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), de España, través del Centro Politécnico del Cono Sur (CPCS), con sede en Colonia. Siempre su viabilidad fue precaria y sólo sobrevivió por el financiamiento dominante externo, hasta que con motivo de la crisis de España en el 2008 y la decisión desde allá de no continuar subsidiando sus actividades derivó en su fin.

En Punta del Este, permanentemente ha habido conversaciones y declaraciones de instalación de universidades extranjeras. Hoy allí están casi instaladas la totalidad de las universidades privadas y públicas del país e incluso una notable experiencia de trabajo en Clúster Universitario para crear mayores eficiencias y escalas.

Más allá de que las universidades que se vayan a instalar deben cumplir -a rajatabla- los mismos criterios y exigencias de las Universidades instaladas, cabe analizar el gran problema de la proliferación de universidades en algunos países de la región como Paraguay, Perú, Bolivia, México, Panamá, etc, y la necesidad de consolidar universidades a escala nacional con capacidad de instalar subsedes y de ofertar a escala nacional, tanto en formato presencial como híbrido.

La regionalización de la educación superior es la tarea más importante del país en el largo plazo con modelos presenciales, virtuales e híbridos, que sólo es viable con universidades con mayores escalas. La agenda real no es la proliferación de universidades empresariales asociadas a negocios inmobiliarios, sino contribuir a mejorar la calidad y la cobertura con instituciones nacionales más potentes.

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