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Los miserables, el Sunca y la ruta del dinero

Daniel Manduré

Robarle el techo al que de verdad lo necesita. Trabajadores estafando trabajadores, proletarios contra proletarios, pobres contra pobres. La miseria humana en su máxima expresión. Aquel discurso de la lucha de clases que algunos pregonaban parece haber quedado por el camino. La lucha contra la burguesía es cosa del pasado. El discurso de sacarle a los ricos para darle a los pobres parece ser anticuado y ha dejado paso a la nueva táctica: sacarle a los pobres para alimentar el bolsillo de algunos estafadores. Aquello de oligarquía o pueblo dejó su lugar a pueblo contra pueblo.

Ese es el crudo y muy triste resumen que se nos ocurre realizar de la desgraciada estafa que aconteció en el fondo social de viviendas del SUNCA. Un desvío de dineros que supera el millón de dólares. Dineros que debían destinarse exclusivamente a préstamos para reparar, construir o comprar viviendas de las familias trabajadoras de la construcción, con aportes de los propios trabajadores y de los empresarios.

La miseria humana parece no tener límites, se inventaban destinatarios, con motivos tan dolorosos como falsos, se adjudicaba préstamos aduciendo viviendas incendiadas, personas con un cáncer terminal o con la necesidad de trasplantes de órganos.

Por supuesto que sin ninguna documentación que acredite dichas situaciones. Más de 40 «partidas especiales» constatadas iban dirigidas a usuarios inexistentes.

Una verdadera organización de delincuentes.

Hasta el momento hay tres condenados de una lista de más de una decena de involucrados que también van a caer. Estafa, apropiación indebida, asociación para delinquir y asistencia al lavado fueron los delitos encontrados.

Unos transferían, otros recibían el dinero, otros lo derivaban, otros lo miraban pasar y algunos parecían callar, de acuerdo a lo declarado por varios de los involucrados. Lo que también varios de ellos afirmaron que parte de ese dinero tenía como destinatario final «el financiamiento de la estructura sindical del SUNCA y de las campañas del Partido Comunista»

Es casi seguro que si una funcionaria ejerciendo una suplencia no hubiese detectado la gruesa irregularidad hoy todo seguía igual.

El fiscal de la causa resalta que varias decenas de personas citan en forma unívoca que el destino del dinero era siempre el mismo. Algunos de ellos nombraron al senador Óscar Andrade y al diputado Daniel Diverio, como formando parte de la trama.

Por supuesto que todo habrá que probarlo, pero lo importante es continuar hasta las últimas consecuencias, intentando seguir la ruta de ese dinero.

Es hoy, más que nunca que se hacen necesarias leyes que garanticen la transparencia en el manejo de los fondos de las organizaciones sindicales. No como forma de coartar libertades o con carácter intervencionista que es lo que a algunos les conviene decir sino como mensajes claros al afiliado y al ciudadano en general de cristalinidad y de garantías.

Cada vez que sale una nueva encuesta de opinión pública sobre el grado de confianza y credibilidad de las organizaciones sociales, la actividad sindical se encuentra en los últimos lugares. Estos acontecimientos demuestran una vez más de la importancia de tomar medidas en ese sentido, publicando informes financieros periódicos y con auditorías externas anuales y no realizarlas únicamente obligados por las circunstancias.

Esto seguramente no termina acá, hay que seguir la ruta de ese dinero, devolvérselos a sus verdaderos destinatarios, los trabajadores.

Esto recién empieza.

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