Pa´ quien sea
Washington Abdala
Hijos del rencor.
No lo sean, no vale la pena.
No está bueno vivir prendiendo la hoguera para vomitar odio.
Intenten otros caminos, de entrega, de servicio, de aporte…
Pero el ladrido del perro malo no sirve, al final es solo eso un ladrido agrio.
No se hundan en el fango del fanatismo
Y los más pibes no se dejen convencer que los demonios están enrojecidos
No crean que están con arcángeles, solo están con hijos del rencor y de la bronca eterna
No vale el camino si es de sal
No vale recorrer bramando y esparciendo bilis
No vale incendiar praderas creyendo que así se verá mejor el sol
Los pueblos o son pueblos y si no se entienden son bandos.
Ya pasó la época de la barbarie
Si somos bandos, habrá mirada torva, recelo y cinismo en el trato
Y no somos así nosotros
Somos pueblo, gente unida que con matices vive en comunidad
No somos bandos.
O no fuimos así, espero que no lo seamos como alguna vez lo fuimos
Al enojado estirarle la mano
Al odiador hablarle y hablarle
Al cínico silencio ante su hipocresía
Pero no nos dejemos engañar
Y sigamos con el optimismo en los rostros, con la voz altiva y con el sueño intocable
Los anhelos no son nuestros son de la gente, de toda la gente
Y a la gente no se le falla
Se trabaja por ella
Se entrega todo por ella
Y se muere en el trabajo digno y en la honradez por ella.
El resto es ira y mala onda.
Que queden enojados en sus cajoncitos levantando la voz.
Nosotros sigamos haciendo y haciendo.
La verdad siempre resplandece para el bien de la patria.
La república se pone de pie.
La paz gana los espíritus