Pensando en los presos
Zósimo Nogueira
La LUC en sus artículos 87 y 88 crea una comisión para fijar la Estrategia Nacional de Reforma del Sistema Penitenciario y un Consejo de política Criminal y Penitenciaria con tres representantes del Ministerio del Interior, uno de Educación y Cultura, uno de Fiscalía General de la Nación y uno del Poder Judicial.
La situación carcelaria sigue sin respuestas adecuadas y sostenida por impulsos personales.
A todo esto el Comisionado Parlamentario Dr Petit compareció a la comisión de derechos humanos de la cámara de Diputados.
Dice faltan políticas sociales y que sus informes se basan en evidencia.
Que en las cárceles grandes hay poco o nulo acceso a patio y recogen información recorriendo celda por celda.
Que su Oficina tiene 11 funcionarios y apunta a 4 ejes estratégicos. Fortalecimiento institucional; las contrapartes; medidas alternativas y empezar a recorrer el camino de las medidas alternativas.
Dice que hay 13700 presos y la tendencia indica que para el final del período habrá unos 19300 y que hay un gran hacinamiento.
Mantiene reuniones con la oficina de seguimiento de libertad asistida y han intervenido en audiencias tratando de encaminar a lo que se conoce como justicia terapéutica. Que delitos leves se cumplan en clínicas de rehabilitación y que todos los meses se reúne con los jueces de ejecución.
Que en 2010 Uruguay comenzó una reforma penitenciaria, antes eran 18 sistemas departamentales más la zona metropolitana.
Habla del buen ejemplo de Rivera con sala común de ver Tv y rueda de mate.
Que falta de acceso a información sobre localización de presos y reciben quejas por falta de asistencia letrada.
Han hecho guías para presos de cómo moverse en la cárcel y sobre los recursos para liberados.
De cómo y dónde plantear una libertad anticipada y reclamar respuesta.
Han hecho folletos y librillos para bajar tensiones, y evitar generar vergüenzas en las visitas. Habla con mucha sensibilidad sobre la tortura y degradación.
Sobre las reglas Mandela que establecen al aislamiento en solitario por más de 10 días sin al menos 2 horas de contacto humano relevante como forma de tortura.
Que es grave cuando no funcionan cosas como la sanitaria, la luz, el agua, pero también es grave cuando no hay derecho a la intimidad.
Habla del derecho al tratamiento, y cuando no lo hay, es trato cruel, inhumano, degradante. Considera tratamiento al acceso a educación, cultura, deporte, a la comunicación a la familia; tratamiento médico y de salud mental.
Que conformaron grupos de internos, hacen reuniones y les dieron planillas para seguimiento de existencias de alcohol en gel, tapabocas, hipocloritos y si tuvieron asistencia médica, si tienen colchones etc.
Considero que su sensibilidad lo lleva a realizar cosas que no le corresponden y utilizar a internos para controles genera roces y dificulta el relacionamiento con las autoridades carcelarias
Las cárceles y la degradación del humano, tienen sus inicios con la organización de la vida en sociedad.
En nuestro país el mayor hacedor en esta materia fue un colorado Juan Carlos Gómez Folle. Paysandú 1888-Montevideo 1971.
Fue director de la cárcel penitenciaria en 1922. Jefe de Policía de Montevideo 1923-1927; Director de Institutos Penales 1938-1943; Jefe de Policía de Montevideo 1943-1945.
Fundó el Instituto de Enseñanza Profesional de la Policía de Montevideo, luego Escuela Nacional de Policía.
Organizo al sistema penitenciario e impulso la creación del Hospital Penitenciario y la Escuela de Funcionarios Penales.
Fue un adelantado a su tiempo y el gran propulsor de la profesionalización de la policía.
El máximo órgano académico policial lleva su nombre. Promovió políticas sociales y trato digno para los presos en procura de la recuperación
Reglamento el funcionamiento de los Centros de reclusión dividiendo a las cárceles en Establecimientos de Detención y Penitenciaria en base a la sanción penal recibida.
Desde entonces, y hasta el retorno a la Democracia para el alojamiento se consideraba la pena recaída y la peligrosidad.
Con la promulgación de la ley 15737 del 08/03/85 nuestro país refrendó el Pacto de San José de Costa Rica (Convención Americana sobre derechos humanos de 1969-Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Protocolo Facultativo)
En consonancia con ésta norma surge la creación del sistema carcelario progresivo.
Un experimento avalado por Naciones Unidas y con la participación en su inicio de técnicos de esa organización.
El emblema es el Comcar, lo promueven Oscar Raveca y su pléyade de técnicos y profesionales.
Formados los cuadros de profesionales con maestros pedagogos, maestros de oficios, profesionales del derecho (procuradores-abogados-escribanos) de la medicina (médicos generales con sistemas de guardia-especialistas en particular siquiatras, sicólogos y asistentes sociales.
Se seleccionaron efectivos policiales para las guardias interna y externa. Personal subalterno y oficiales de la antigua Guardia Blanca dependientes del Ministerio de Cultura que pasaron al Ministerio del Interior integrando la Dirección Nacional de Cárceles Penitenciarias y Centros de Recuperación. (DNCP y CR.)
A esto se le agregaron oficiales Jefes de la Policía de Montevideo; al poco tiempo y a pedido del Director Nacional debí sumarme.
En el módulo 13 o módulo de ingreso funcionaba toda la Administración del Establecimiento, con el despacho del Director, salas de reunión y locutorios.
En cuanto a la prisión, había un sector en donde eran alojados previo al ingreso administrativo, control médico y asignación de celda alojamiento con entrega de ropa y puesta en conocimiento de las normas de convivencia.
Estas celdas eran individuales o para tres personas.
En su inicio los ingresos provenían de otras cárceles y seleccionados acorde a los criterios de la Dirección Nacional en coordinación con el Director del establecimiento.
Todas las semanas se realizaban consejos interdisciplinarios de evaluación de los ingresos, con divergencia de criterios.
Vulnerabilidad como lo presentaban los técnicos y profesionales que los habían entrevistado y peligrosidad manejado por la seguridad, y en cierto grado los abogados que estudiaban la causa y los antecedentes.
El proyecto funcionaba, los presos de otras cárceles pedían traslados.
Pero por divergencias en los criterios para administrar el establecimiento, los recursos y los ingresos renunció Raveca y a poco se fueron varios técnicos.
Sin embargo se fueron amalgamando los criterios de vulnerabilidad-peligrosidad y hubo un largo periodo de buen funcionamiento.
Muchos advertimos que las fortalezas del proyecto se basaban en la recompensa de mejor calidad de vida. El régimen progresivo de vida de los presos variaba.
En orden de menor a mayor libertad. Máxima seguridad, media cerrada, media abierta, mínima y confianza. Patio, espacios de recreación comunes, talleres, biblioteca, acceso a libros, horarios de visita. Todo cronometrado.
Pero otros Directores del Penal de Libertad creyeron que un acercamiento a las políticas del Comcar bajaba tensiones; mayores libertades, gente en tareas laborales sin los controles ni las capacidades edilicias adecuadas.
Aumentaron los conflictos hubo motines en libertad y comenzaron los traslados por orden superior sin la selección acostumbrada.
Se fueron llenando los primeros módulos, se habilitaron otros y continúo el crecimiento.
Mucha presión, imposibilidad de desarrollar una tarea en forma adecuada, se terminaron los diagnósticos, los espacios saturados de una mescolanza de presos de los más variados orígenes y modus operandi.
Desbandada de técnicos, renuncias, pases en comisión, cambios permanentes en los mandos policiales. El proyecto se vino a pique
Hacinamiento, violencia interna, ramificación con el delito externo, custodia perimetral militar, droga, corrupción, miedo.
Imposibilidad de brindar seguridad, connivencia entre custodios, la nueva figura del operador penitenciario y los presos.
¿Cómo reencauzar la actividad penitenciaria? La viabilidad del GACH penitenciario.
Su composición, expectativas,