Premio Cervantes, mujeres uruguayas
Daniel Manduré
Hace solo unos días tuve la oportunidad de estar en Madrid e ir a la Biblioteca Nacional de España. Al ingresar y ver en uno de sus principales salones, retratos fotográficos de dos mujeres uruguayas fue un momento verdaderamente especial. Las autoridades de la Biblioteca Nacional de España habían decidido exponer como forma de homenaje para todo ese año y al conmemorarse el 8 de marzo un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer, a las ganadoras del premio Cervantes. Ese premio de la literatura en lengua castellana Miguel de Cervantes que es concedido anualmente y es el más prestigioso de las letras en lengua hispana.
Al igual que Juan Carlos Onetti lo obtuvo en 1980, dos mujeres uruguayas lograron recibir, merecidamente, tan alto galardón, Ida Vitale en 2018 y Cristina Peri-Rossi en 2021.
Solo 6 mujeres lograron el premio, desde que el mismo existe, 6 en 48. Si, es verdad, apenas se supera el 12%. Pero nuestra mirada está centrada en que, de esas seis, dos fueron uruguayas. Darnos de bruces apenas ingresamos a tan prestigioso recinto con los cuadros de esas dos mujeres nos hace confirmar la importancia de la cultura como elemento central de la identidad nacional y de las miradas diversas que la componen.
Ida Vitale, a un paso de cumplir sus 100 años (2 de noviembre) que no le parecen pesar y a la que vimos muy bien y con una gran lucidez hace muy poco en homenaje a Maneco Flores Mora, fue la primer mujer uruguaya en ser galardonada. Escritora, poeta, ensayista, traductora y crítica literaria. Una de las poetas latinoamericanas más importante del siglo XX
Integrante de la denominada “Generación del 45”, con Onetti, Flores Mora, Amanda Berenguer, Ángel Rama, su primer marido, entre otros.
Escribió en “Marcha”, Època, “Jaque”, entre tantos otros.
Recibió múltiples reconocimientos, entre ellos, el Premio Reina Sofia en 2015, Octavio Paz en 2009, el Premio Internacional Federico García Lorca.
Cristina Peri Rossi fue la segunda mujer uruguaya en recibirlo. Escritora, traductora, poeta, novelista y activista política. Fue solo unos días antes de cumplir sus 80 años, en reconocimiento a su trayectoria y vocación literaria. Su militancia política la llevó en tiempos difíciles al exilio. Su vida como escritora estuvo cargada de temas políticos. Mujer que supo romper moldes en todo sentido. Con la que no era necesario coincidir ideológicamente, incluso poder estar en las antípodas de muchos de sus pensamientos, pero no por ello dejar de reconocer sus méritos literarios.
Sus inicios en la escritura y que tal vez la ayudaran a moldear sus propias posturas políticas recibieron la influencia de un tío comunista y ateo, poseedor de una gran biblioteca.
Escribió en Marcha y en el diario comunista “El Popular”. Escribió sobre libertad sexual y feminismo. Siempre desde la vereda de lo considerado políticamente incorrecto.
Recibió varios premios, entre ellos, el Premio Internacional de poesía Rafael Alberti, en el 2000, el Don Quijote de poesía o la Medalla Delmira Agustini en el 2013.
Podemos ir al Bernabéu y escuchar los aplausos a Valverde en el Real, ir al Metropolitano, del Atlético y que nos idolatren a Forlán, Godin, Suárez o Giménez.
Pero también ingresar a la Biblioteca Nacional Española y que la literatura nos diferencie y deje nuestro sello, entre tantos otros escritores, con estas dos mujeres uruguayas.
Nada más pero también nada menos que dos entre seis.
