Política Internacional

PSC; entre negociar, o nuevas elecciones

Lorenzo Aguirre

Con una lamentable participación del 58% de votantes, se llevaron a cabo las elecciones autonómicas en Cataluña. De 5.750.000 habilitados, concurrieron 3.140.000 ciudadanos para elegir gobierno y 135 diputados. El “Partido de los Socialistas de Cataluña” (“PSC”) – izquierda, socialdemocracia, catalanismo, feminismo -, con su candidato Salvador Illa, obtuvo el primer lugar con 852.000 votos -28% -, logrando 42 diputados, seguido por “Junst” – independentismo, nacionalismo catalán, populismo -, de Carles Puigdemont, con 660.000 papeletas (21.62%), correspondiéndole 36 escaños. En tercer lugar, “Esquerra Republicana de Catalunya” (“ERC”) – izquierda, independentismo, nacionalismo catalán -, de Pere Aragonés, con 418.000 votos – 13.69% -, 20 diputados. Más atrás, “Partido Popular” (“PP”) – centro derecha, nacionalismo español, conservadurismo -, de Alejandro Fernández, 11%, 15 diputados, y “Vox” – derecha, extrema derecha, nacionalismo español, ultra conservadurismo, antiinmigración -, de Ignacio Garriga, 8%, y 11 diputados. El partido “Aliança Cat” (“Alianza Catalana”) – independentismo, anti España, anti inmigración, extrema derecha, perfil xenófobo -, de Silvia Orriols – entra por primera vez al Parlamento -, 2 diputados, mientras “Ciudadanos” – opuestos al nacionalismo catalán -, desaparece del mapa político. El independentismo perdió 3 escaños, y 11 la izquierda, mientras el “PP” se recupera en Cataluña.  

En las autonómicas de 2021 el “Partido Socialista” (“PSC”) ganó las elecciones imponiéndose con una mayoría relativa, pero los independentistas “Esquerra Republicana” (“ERC”), “Junts”, y “Candidatura de Unidad Popular” (“CUP”) – independentismo catalán, feminismo, anticapitalismo, euroescepticismo, ultraizquierda -, lograron 74 escaños de 135, alcanzando de esa manera la mayoría absoluta.

Ahora, el “PSC” logra 42 escaños (nueve más), pero deberá negociar con otros partidos para lograr formar gobierno, hecho que podría dejar un parlamento dividido, o asimismo convocar a nuevas elecciones, aunque el triunfo de Salvador Illa es en cierta forma una especie de favorable presagio para el presidente Pedro Sánchez y la fuerza socialista – más allá que, el Jefe de Ejecutivo, para gobernar España necesita a los independentistas catalanes representados en el Parlamento Nacional – si enfocamos de cara a las elecciones del Parlamento Europeo, las cuales tendrán lugar entre el 6, y 9 de junio, estando en juego 720 bancas de diputados.

El “PSC”, “ERC”, y los “Comuns” (6 diputados), podrían establecer un tripartito de izquierdas para llegar a los 68 escaños que necesitan para la mayoría absoluta, y formar gobierno, porque si bien los socialistas triunfaron ampliamente, no le garantiza la investidura a Salvador Illa, pues, la Cámara, está quebrada, y por doquier existen votos cruzados entre partidos, pero queda claro que, el “PSC”, descarta arrodillarse ante Puigdemont, y cederle el gobierno de la “Generalitat” para salvaguardar el acuerdo de gobernabilidad por cual, “Junts”, sostiene el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Puigdemont; ¡ira incontrolable!

Carles Puigdemont considera una mala opción para Cataluña formar un tripartito de izquierdas, y no perdió tiempo en moverse para hablar con “ERC”, a efectos de negociar acuerdos, entre los cuales se encuentra legitimarlo para liderar una “Generalitat” de obediencia netamente catalana, y por supuesto ser investido presidente.

El prófugo de Waterloo, ve una terrible división entre independentistas, y entonces tiende la mano a “Esquerra” buscando estructurar un gobierno nacionalista de neo convergentes y republicanos, mientras presiona a Pedro Sánchez para que mutile a Illa, y de luz verde a un gobierno presidido por “Junts”, pues de lo contrario le retiraría el apoyo en el Congreso.

Sánchez, poco puede hacer porque tiene un precario respaldo parlamentario, pero sostiene que, el compromiso hacia “Junts” y “ERC”, se cumplirá, constituyendo los pactos firmados en el marco de la investidura, y también las conversaciones para un acuerdo sobre el reconocimiento nacional de Cataluña, como asimismo una nueva financiación contemplando las demandas independentistas.

Incertidumbre de gobierno

Si “ERC” llega a formar un tripartito con el “PSC” y los “Comunes”, logrando seguir en la “Generalitat”, no es de extrañar que intentarán borrar, o por lo menos dejar lo más lejos posible a “Junts”, y olvidar que, en estas elecciones autonómicas se contó con un candidato escapado de la Justicia, el cual, ahora, quizá no pueda apoyar sus nalgas en el sillón presidencial para que Barcelona no se sienta más española.

Por otro lado, el triunfo de Salvador Illa debilita el independentismo catalán, pero también sería oportuno resaltar que, tanto el “PP”, como “Vox”, le dieron un poco de oxígeno para lograrlo, y la derecha española ha gozado de una jornada altamente positiva para sus intereses.

La victoria de “PSC” también podría desequilibrar el gobierno de Pedro Sánchez, porque para Puigdemont, la cosa es, Illa, o Sánchez… jamás, los dos al mismo tiempo.

Si Sánchez pretende seguir en La Moncloa, estará obligado a hacer que, quien le sostiene en el Parlamento Nacional – ¡Puigdemont! -, convenza a “Esquerra” en cuanto a la gobernabilidad en Cataluña, pero “Junts” tendrá la última palabra respecto a si, Sánchez, continuará gobernando España.

Cataluña, convertida en una verdadera locura a nivel político, quedando muy lejos de aquella región de prosperidad, siendo ahora un deterioro inenarrable en los servicios públicos y colapsando en cuanto a protección de ciudadanos, probablemente a la vuelta del verano europeo tenga que convocar a su gente, para retornar una vez más a las urnas.

Mientras tanto el complejo mundo político de España continuará oscilando entre un separatismo catalán y otro vasco, e Illa poco podrá moverse. Así, pues – como señaláramos -, no es de extrañar que, el “Dr. Richard Kimble”, de Waterloo, para continuar como líder mesiánico presione a “ERC”, y Salvador Illa, que ganó de manera asombrosa estas autonómicas, quizá no sea la figura que decida, aunque tampoco sabremos quién lo hará hasta llegadas las elecciones europeas, más allá que, el próximo jueves 30 de mayo – luego de un prolongado silencio respecto a la “Ley de Amnistía”-, Pedro Sánchez perdonará a los líderes del “procés”, y por supuesto incluyendo al expresidente catalán Carles Puigdemont.

Por tanto, la “Ley de Amnistía” se transforma en una acción de corrupción en España, levantando automáticamente las medidas cautelares como asimismo todas las órdenes de detención que se encuentran en vigor

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