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La orquesta del Titanic (II)

Alvaro Vero

Escribíamos en la nota anterior sobre la similitud del naufragio del Titanic en 1912, de la voluntad de los 8 integrantes de la banda musical de luchar por la esperanza de los pasajeros hasta el final, a costa de sus propias vidas y la omisión de la tripulación que aparenta que no pasa nada y  deciden no hacer nada.

Las decisiones no dependen (o al menos no deberían) de los instintos o la intuición, son decisiones que requieren un pensamiento lento, no rápido,y no deberían estar influenciadas por atajos emocionales o reacciones viscerales. Dependen de pensamientos deliberativos.

En los últimos años ha ido cobrando cada vez con más fuerza la opinión que los servicios médicos que conocemos, precisa una serie de reformas en profundidad, los grandes hospitales públicos cambiarán por hospitales inteligentes, donde el paciente sea el centro, digitalizados, la dilución de responsabilidades no tendrá lugar, el caldo de cultivo del anonimato profesional es pernicioso en los resultados, la coexistencia de la excelencia y la mediocridad está siendo un freno al progreso.

Los directores han llevado que la definición de puestos, salarios, cantidad de funciones, amiguismos, favoritismos «de confianza» han primado sobre lo fundamental que es la práctica clínica y ni hablar de la intromisión espúrea de la política partidaria.

Quizás lo que sea hoy más molesto es la falta de efectividad, calidad y celeridad de los servicios de urgencia y no en los servicios de consulta externa pese a las demoras, burocracias e incomodidades. El factor tiempo ha cobrado importancia en la sociedad actual.

Mientras la orquesta sigue tocando la sociedad espera que controlada la pandemia se esboce un programa de avance según prioridades y no lo vemos o no lo hay. Recordemos que el Arca se hizo mucho antes de que lloviera y sus objetivos fueron marcados previo al diluvio que estaba anunciado.

Y no lo hay.

La política «reactiva» a eventos, decisiones de voluntad diaria, con más contenido político de marketing, la falta de conocimiento público de los factores de salud dejan simplemente un cúmulo de visitas sin otro sentido más que el político, y entrega de útiles médicos pero no de programas o proyectos sanitarios ni prioridades, fugaces, sin deliberación y sin conocimiento de la realidad del interior profundo.

La incapacidad reinante ha logrado que el naufragio cobre víctimas; basta ver las dificultades de la cirugía en Salto, «dentro de lo normal» nos dice el Dr. Cipriani, (no sé qué es normal si 2000 0 700 números oficiales en su momento) y qué es lo que realmente se puede operar en el Hospital Regional, y cuanto y qué enfermedades van a sociedades anónimas a otro costo, o a otros departamentos, sin contar con el tráfico permanente a los países fronterizos. Aquellas malas decisiones tomadas por la burocracia de ASSE no dejan de ocultar gravedades como la ignorancia de la laicidad, y la incapacidad gerencial frente al daño que provocaron en la sociedad.

Se nos ha dicho que viene la telemedicina con mucha fuerza (la primera ley es de 2014 ¡¡), que hay un programa de salud rural (no existe como tal pero además para 10 pueblos), nada importante en salud mental que es prioridad, emergencias insuficientes e ineficientes, pacientes salteños trasladados a Bella Unión a operarse (sin fundamentación),ignorancia de dictámenes de Facultad de Medicina y de la Sociedad de Cirugía del Uruguay, de las auditorías anunciadas nada, de la fiscalización ministerial tampoco, del análisis de la tecnología adecuada para Uruguay quedamos en el año 2008 sin actualizaciones generales.

Existe una fractura entre lo que es Hospitalario, la Red de Atención Primaria, y las Direcciones Departamentales y Regionales. Aunque hay algo que liga que es la incapacidad en la materia de los emisarios políticos; es decir 2 problemas: uno estructural de coordinación y otro de llamativa incapacidad de las direcciones.- Tampoco existe una descripción de funciones o términos de referencia que en definitiva son 10 salarios que paga el estado para un expedienteo sin aporte.

Como en el Titanic los de arriba se salvarán por 16 dólares mensuales en seguros internacionales.

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